Archivo de noviembre de 2015

El paso pirenaico occidental a la llegada de los romanos

miércoles, 25 de noviembre de 2015

Control del paso por los vascones

 

Llanada de Orreaga desde Lepoeder

Llanada de Orreaga desde Lepoeder

Los últimos descubrimientos realizados por el equipo de Aranzadi Zientzia Elkartea sobre la edad del hierro y romana, nos empujan a desarrollar, aunque sea de manera somera y puntual, una hipotética propuesta de cómo vemos, partiendo de estos descubrimientos, el estado de la cuestión en este punto concreto e importante, como es la llanada a la que el insigne historiador José Mª Jimeno Jurio denominaba Errozabal. De paso damos a conocer estos descubrimientos, importantes para contribuir a entender mejor este paso en el periodo protohistórico.

mapa-fisico-navarra

No hace falta extenderse en explicar la extraordinaria importancia de este llano a través de todos los tiempos. A la privilegiada situación en el paso se une la característica de tratarse del plano o llano mas extenso en la vertiente Sur de la cordillera, dentro de ella misma, con amable orografía aunque con clima duro, frío y húmedo. Importante también estratégicamente, de cara a salvar la dificultad geográfica, como área de descanso y aprovisionamiento.
Salvando las distancias temporales y las posibles variantes climáticas, vemos que desde el Neolítico ha sido habitualmente utilizado este llano como lugar de habitación y consiguientemente de enterramiento, hecho que nos demuestran los dólmenes, túmulos, menhires y crómlech que en gran abundancia los vemos en collados, lomas, laderas y orillas de cursos fluviales.
Baste decir que en este llano y el entorno cercano, tomando como centro Auritz-Burguete, en un radio de 10 kms (dos horas de marcha), se localizan mas de 40 dólmenes, 30 túmulos, 70 cromlechs, 10 menhires e innumerables fondos de cabaña.

Dolmen de Artzilo en Aurizberri

Dolmen de Artzilo en Aurizberri

En este plano ligeramente inclinado discurren varios pequeños cursos de agua, procedentes generalmente de manantiales mas o menos cercanos, como las distintas regatas que, procedentes del macizo de Mendiaundi, Menditxuri y Lindus, se juntan en Mugakolarre para desembocar en la de Xoringoa y rápidamente aguas abajo con la de Aetzubiko Hugaldea. Esta a su vez ha recibido aguas de Arrañosingo Erreka y Basajaunberroko Erreka, para formar entre todas la cabecera del Urrobi. Así se denomina al río que desde este llano discurre encajonado hasta su desembocadura en el Irati.

En los espacios entre regatas se localizaron hace unos años un buen número de “talleres” de sílex (asentamientos) con distintas cronologías que abarcan desde un neolítico tardío hasta un bronce inicial o pleno, teniendo en cuenta la existencia de varios dólmenes en el mismo espacio. Varios de ellos fueron excavados por Telesforo de Aranzadi y José Miguel de Barandiaran en 1925-26.

Algunos de estos talleres no pasarían de ser campamentos temporales estacionales sin otra pretensión, pero los enterramientos en dólmenes (como tumbas colectivas) parecen indicar un uso continuado de estos espacios. Lo cierto es que se recuperaron materiales interesantes sobre todo líticos, tallados, pulimentados, molinos de mano, afiladeras, cerámicos y metálicos.

Silex tallado de Baratzeko erreka

Sílex tallado de Baratzeko erreka

Estos talleres tienen una dificultad añadida a la descontextualización, al solaparse restos de diferentes talleres y épocas en las mismas áreas. Aparecen los materiales revueltos como consecuencia de la practica agrícola, pero al menos nos sirven para asegurarnos una ocupación del territorio desde una época muy antigua, con una continuidad aunque fuera solo estacional, y poder hacernos una idea de la excelencia de estos lugares para la caza, pesca, recolección y pastoreo.
Así se fueron fijando las diferentes rutas pecuarias que atravesaban los pasos pirenaicos en su transito hacia el Sur y viceversa. Se fue estableciendo una población y una cultura, habituada desde siempre a ver pasar gentes de todo tipo, con lenguas y costumbres diferentes, que sin duda traían, practicas, técnicas y nuevos rituales, que los nativos adoptaron e introdujeron como propias en el acervo mitológico y cultural de su pueblo.

Cromlechs en Adiko Soro

Cromlechs en Adiko Soro (Adikosoro M. C 2)

Sirva como ejemplo la costumbre europea del crómlech como espacio ritual, que llega desde el norte, se adopta en el área pirenaica y al aspecto ritual que traía, se le añade otro funerario, dimensionando estos espacios para las necesidades de los nativos como espacios funerarios individuales. Por cierto, en este llano últimamente hemos hallado un sólo crómlech hasta el momento. Esto es algo que siempre nos había extrañado, pero los trabajos llevados ahora a cavo nos han convencido de la utilización intensiva de estas tierras para la agricultura, con una gran población en época romana. Esto de ninguna manera les permitía prescindir de ellas como fuente de recursos alimentarios, facilitando de esta manera la desaparición de estos pequeños megalitos.

De todas formas a partir del bronce medio-final, parece que es necesario una cierta protección colectiva y en el pirineo occidental no podía ser diferente, con el paso de las bandas celtas, fuera como una única invasión o varias, se hace necesaria la defensa, característica además común en los diferentes territorios y pueblos peninsulares, incluso continentales, pues es un fenómeno que se viene dando en todo el occidente europeo.

Interpretación de habitación nativa no encastrada

Interpretación de habitación nativa no encastrada

Ante la dificultad que esto entraña, por la dispersión de los establecimientos familiares asentados en las tierras mas cómodas y productivas (ya fuera por agricultura o pastos), los nativos se ven en la necesidad de organizarse tribalmente de manera amplia, no podemos saber el periodo de tiempo mas o menos largo que les habría llevado el conseguirlo o si esta cohesión ya venía forjándose desde tiempo atrás, pero tubo que darse un hecho suficientemente grave para que un pueblo que probablemente se estaba constituyendo por inercia, sintiera la necesidad imperiosa de organizarse, no solo sobre el terreno a fortificar y proteger sino con el reparto de tareas y funciones dentro de un ámbito territorial mas amplio, donde la propiedad era comunal y el trabajo colectivo era tan necesario que supuso un cambio de hábitos, con el resultado de una mayor cohesión social de unas gentes no demasiado acostumbradas a los problemas que les tocaba vivir, pero que ya eran conscientes que la supervivencia individual y colectiva como pueblo dependía de ello.

Recinto fortificado de Irube en Oroz Betelu

Recinto fortificado de Irube en Oroz Betelu (Irube)   SITNA

El tener conciencia de pueblo suponía el control exhaustivo del territorio, la amplitud del mismo obligaba a relacionarse con gentes de costumbres diferentes, que en determinados momentos eran competidores con problemas que había que conciliar, si bien es verdad, que en nuestro caso les uniría la lengua común que sin duda era el euskera, verdadero aglutinante social.
Todo esto empujaría a los nativos pirenaicos, igual que en el resto del territorio, a la búsqueda de la seguridad, agrupándose en lugares donde con el menor esfuerzo posible les asegurara esta condición y a la vez estructurar el control del territorio, dotándolo de una vigilancia y rápida comunicación con los diferentes núcleos aislados, familiares y colectivos, recintos fortificados que fueron construyendo ex novo, en un territorio eminentemente montañoso, difícil de controlar pero fundamental para la seguridad de todo el resto del territorio que los romanos denominaron vascón .

Recinto fortificado de La Cerca, Faceria 9 (Salazar)

Recinto fortificado de La Cerca facería 9 (Salazar) SITNA

Concretamente en Navarra, tenemos un déficit importante de investigación planificada que venga al menos desde la edad del bronce, que nos permita vislumbrar estos aspectos, que al menos, nos proporcione pistas y conocimientos sobre el origen temporal de estas formas de vida.
Estos castros, de los que desconocemos su origen temporal, todavía mantienen muchas incógnitas también sobre su uso, motivación y pretensión , mantienen  preguntas todavía sin resolver, el ¿quién?, y el ¿cómo? lo intuimos, el ¿por qué?, no esta claro aunque intuimos que no fué por moda, el ¿para que? tiene diversas facetas mas difíciles de contestar, desde los que pensaban que solo se utilizaban en caso de necesidad como refugio de urgencia, entre los que destacaban B. Taracena y A. Fernandez de Aviles (1945), José Miguel de Barandiaran 1961), y F. Gaudeul (1985), esencialmente por la carencia de estructuras o ajuares en sus excavaciones, incluso se apuntaba que algunos no hubieran sido ocupados jamás después de su construcción, otros que tuvieran ocupación solo estacional por pastores en épocas de luchas y otros como marcadores territoriales de propiedad o dominio, en fin, estos enigmas hoy se van resolviendo poco a poco con el avance en las investigaciones arqueológicas y sabemos que se ocupaban con intensidad por pequeñas poblaciones, aunque quedan muchas facetas sin resolver, como organización del control territorial, formas de vida, oficios y practicas habituales, minería, metalurgia, enterramientos y rituales, claro que sin una visión global, sin una planificación de los trabajos arqueológicos desde el Calcolítico, o al menos desde el Bronce, nos tememos que los resultados siempre serán parciales y poco prácticos para contestar a estas preguntas y muchas otras sin resolver.
No tenemos demasiados datos para saber la extensión del territorio de los vascones antes de la llegada de los romanos, por tanto debemos aludir a las primeras noticias escritas por estos cuando hacen referencia a ciudades y centros habitados por aquellos, como ESTRABON (63 a. C.-24 d. C.) con Kalágouris, Pompelon u Oiásson .
Las primeras referencias a los vascones datan de las guerras sertorianas (77/74 a. C.) TITO LIVIO en el libro 91 fechando en el 76 a. C. leemos que Sertorio “llegando en un día por Bursao, Cascantum y Graccurris hasta Calagurris y el día siguiente, a través del territorio de los vascones, hasta la región de los Berones” .

As de bronce

As de bronce

Denario

Denario de plata

SALUSTIO en el 75 a. C. cita “tum Romanus exercitus frumenti gratia remotus in Vascones est…” , después vienen VARRON, PLINIO, ESTRABON, SILIO ITALICO,
TOLOMEO, ALEJANDRO SEVERO, AUSONIO, que aludiendo a los vascones nos dejaron un mosaico de datos para hacernos una idea de la territorialidad vascona, desde Calagurris hasta Oiasso y la Jacetania y desde las Cinco Villas hasta Los Arcos, un extenso territorio para una sociedad que nos invita a pensar en una buena estructuración territorial y organización social.
Sobra decir que además de estos recintos fortificados que ofrecían una seguridad pero que eran incómodos sobremanera, existían otras formas de vida, en cuevas como esta demostrado por la arqueología y al aire libre en terrenos propios para la agricultura, con abundante agua, cómodos pero inseguros en su época, que eventualmente usarían los enclaves fortificados como refugio temporal, pero que de alguna manera les obligaría a colaborar en la organización social, con trabajo comunal, impuestos en especie o algún tipo de contrato con las élites que estaban conformando una incipiente jerarquización o estructuración del solar tribal.

No pretendemos ilustrar una explicación sobre la organización de las sociedades protohistóricas previas a la romanización, muy bien desarrollada por Javier Armendariz en su tesis doctoral: DE ALDEAS A CIUDADES, El poblamiento durante el primer milenio a. C. en Navarra, que ha sido fundamental en el registro y catalogación del poblamiento protohistórico estable en Navarra, sino aportar algunas observaciones realizadas sobre el terreno, sobre todo a partir del estudio de los megalitos y los antiguos caminos, que a lo largo de muchos años hemos ido realizando en el Norte de la actual Navarra.
No consideramos probable diferencia alguna importante entre las comarcas, como montaña, zona media o ribera, salvando los distintos recursos condicionados por la orografía y el clima, unas serían mas ganaderas y otras mas agrícolas o mixtas, si acaso, diferentes soluciones al mismo inconveniente, pero los grandes problemas de organización, defensa, poliorcética, relaciones, mercado y comercio debía ser la misma, salvando las diferencias demo-geográficas.

Interpretación de habitación encastrada

Interpretación de habitación encastrada

Si vemos que las macro-estructuras de los poblados tienen las mismas soluciones, debemos considerar que las formas de habitación serían parecidas, con los materiales a su disposición en el entorno.
Este comentario viene a cuento por la inexistente investigación arqueológica en poblados de este tipo en la zona pirenaica y el desconocimiento absoluto de formas y materiales que nos puedan orientar, aunque la intuición nos indica, la utilización abundante de materiales vegetales, no debemos presuponer la inexistencia de otro tipo de formas, presentes en los territorios limítrofes donde si se han estudiado como Alava, Baja Navarra, Guipuzcoa, Ribera y Zona Media de Navarra.
El relato tópico que de este territorio se venía dando, con una aislada y salvaje vida pastoril, creemos que poco tiene que ver con la realidad de una zona donde existían importantes reservas de oro, plata, plomo, cobre, hierro, agua y madera, cruzada por importantes caminos, que difícilmente hubiera permitido mantener ese aislamiento.
Nosotros mas bien lo vemos como un territorio, donde las diferentes actividades eran complementarias, celoso pero abierto, con una lengua, cultura y organización suficientemente consolidada como para tener claras sus prioridades, una actitud esponjosa con las nuevas técnicas y hospitalaria de cara a las personas.
Volviendo al lugar de este artículo, vemos muy claro el interés que tenían en controlar este paso y a la vez encontrar la seguridad necesaria con tres castros junto al llano: Irumeaka al Este (camino de Aezkoa), Bidausi al Sur (sierra de Osa), Mezkirizperro al Oeste (sierra de Labia) y un cuarto Zerkupe (Saint Michel) al Norte, sin descartar algún nuevo descubrimiento que refuerce aún mas esta hipótesis.

Paso de Roncesvalles y la llanada con sus tres castros

Paso de Roncesvalles y la llanada con sus tres castros. Google

Es muy posible que ninguno de los recintos fortificados fueran inexpugnables, pero si tenían las suficientes dificultades para que grupos de saqueadores habituales en esta época, se lo pensaran y pasaran de largo dando tiempo a los nativos a neutralizar el peligro.

Irumeaka, Garralda

 

Recinto de Irumeaka

Recinto de Irumeaka. Google

• Tipología: Núcleo de población
• Superficie fortificada: 7770 m2
• Perímetro fortificado: 350 m
• Eje máximo: 127 m
• Eje mínimo: 63 m
• Emplazamiento: Loma
• Término municipal: Garralda,
• Entorno: Terreno mixto de pastizales naturales, praderas y bosque predominantemente de hayas con sotobosque de boj, espinos, avellanos, acebos y pacharanes, en loma ascendente orientada de Oeste a Este, aprovecha por el Sur un fuerte escarpe natural consiguiendo un amplio dominio visual del paso hacia Aezkoa, la llanada de Otegi y el paso de Orreaga-Roncesvalles. Frecuentados por el Jabalí, Ciervo, Corzo, Zorro, Tejón, Marta, Fuina, Turón, Comadreja y anida el Pito negro, Pito real, Pito picapinos, Cuervo, Corneja, Arrendajo, Azor, Gavilán, Milano real, Ratonero común, Cernícalo y un amplio número de aves menores. Con una orografía amable de lomas y cerros redondeados, viejos caminos como la pasada 26 de la Cañada Aezkoa-Fitero al Sur por debajo o el precioso sendero que desde tiempo inmemorial ascendía desde Zakarloa y daba acceso al castro .
• Conservación: De conservación incierta, no tiene que ser mala a pesar de haberse utilizado agrícolamente, los fosos aunque con abundante vegetación se hallan bien definidos así como los terraplenes, dentro del espacio fortificado una franja se encuentra reservada por la existencia de un afloramiento calizo y la ausencia de piedras en los terraplenes puede ser
debido al reciclaje y utilización de estas en épocas históricas para la construcción o por encontrarse enterradas bajo la capa vegetal.
• Materiales: por el momento no disponemos de ningún tipo de industria de este lugar.
• Circunstancias del hallazgo: Prospección de Juan Mari Martínez Txoperena, Javier Puldain Huarte y Rafa Zubiria Mujika en el contexto del poblamiento protohistórico pirenaico de la calzada romana y su entorno.
• Localizado: el día 14 de junio del 2015.
• Valoración: La valoración que hacemos de este castro es importante, tanto mas, cuanto estamos ante uno de los núcleos habitados mas cercano al paso de Roncesvalles, dominando además la llegada desde el valle de Aezkoa, por tanto importante en la articulación del territorio antes de la llegada de los romanos y cerca del lugar que escogieron los romanos para instalar una mansio de la calzada Asturica-Burdigala en el paraje de Otegi-Zaldua (Aurizberri-Auritz); Es posible por tanto, su temprano abandono en el siglo segundo a. C. por tratarse de la principal vía de penetración del pirineo occidental hacia la península ibérica. Los castros mas cercanos serían: Bidausi 1.800 m (Auritz) Mezkirizperro 3.500 m (Aurizberri-Espinal),  Sagardigain 6.900 m (Artzi-Arce, Irube 7.300 m (Oroz Betelu), Burdingain 8.400 m (Garaioa-Aezkoa), El Castillo 8.400 m (Artzi-Arce) y por el Norte Zerkupe 13.000 m (Saint Mitxel-Garazi).

(Fue Javier Puldain Huarte quien vio indicios de este castro y su insistencia nos hizo visitar varias veces el lugar, hasta que logramos identificar este recinto fortificado. .)

Interpretación ideal del recinto de Irumeaka

Interpretación ideal del recinto de Irumeaka

 

Bidausi, Auritz-Burguete

 

Recinto de Bidausi

Recinto de Bidausi. Google

• Tipología: Núcleo de población
• Superficie fortificada: 5.700 m2
• Perímetro fortificado: 310 m
• Eje máximo: 100 m
• Eje mínimo: 70 m
• Cronología: Hierro
• Emplazamiento: Loma
• Término municipal: Auritz-Burguete
• Entorno: Bosque de hayas con sotobosque de boj en sustrato calizo, situado al sur de la llanada de Otegi por encima de la confluencia de Aetzubiko Ugaldea y Xuringoa Ugaldea.
• Conservación: Los problemas propios del clima y el tiempo transcurrido, son los únicos que en principio podemos esperar, no vemos alteraciones antrópicas importantes ni por caminos ni otras causas que las propias de las explotaciones forestales, por tanto suponemos que existirá estratigrafía conservada.
• Materiales: No disponemos de ningún material
• Circunstancias del hallazgo: Prospección de Juan Mari Martínez Txoperena, en el contexto del poblamiento protohistórico pirenaico a la llegada de los romanos.
• Localizado: El 16 de octubre del 2015
• Valoración del yacimiento: Creemos que tiene mucha importancia como ejemplo del control del territorio, sobre todo en referencia a la llanada de Otegi donde llegaban varias rutas prehistóricas que atravesando el Pirineo confluían en este llano y desde aquí,tomar distintas direcciones por las diferentes sierras hacia el Sur,  mas tarde a este mismo lugar, llegarían las calzadas romanas desde Asturica Augusta y Caesaraugusta para desde aquí juntas llegar a Burdigalam. Con esta localización, Mezkirizperro e Irumeaka (los tres conectados visualmente) se completaba el control del paso, por el Sur, Oeste y Este. El recinto aprovecha un fuerte escarpe rocoso natural por el Sureste que apenas necesitaba atención y completaba el cerco con un terraplén probablemente amurallado, un foso natural (en parte) reforzado o agrandado y un pequeño tramo de muralla al Este, por donde se realizaría el acceso.

Interpretación del castro de Bidausi

Interpretación del castro de Bidausi

 

Mezkirizperro, Aurizberri-Espinal

 

Recinto de Mezkirizperro

Recinto de Mezkirizperro. Google

• Tipología: Núcleo de población
• Superficie fortificada: 35.665 m2
• Perímetro fortificado: 950 m
• Eje máximo: 400 m
• Eje mínimo: 80 m
• Cronología: Hierro
• Emplazamiento: Valle
• Término municipal: Erroibar-Erro
• Entorno: La antigua localización de Julio Altadill en un promontorio junto a la localidad de Aurizberri-Espinal, se halla colonizada para la agricultura en terrenos de propiedad particular, conserva grandes terraplenes e incluso creemos que tubo un foso hoy colmatado. Desde este altozano se puede controlar la vieja ruta y calzada romana de Astorga a Burdeos que discurre junto al sur de su muralla y un amplio espacio de la plana de Otegi.
• Conservación: La concentración parcelaria afecto gravemente a algunos de los terraplenes defensivos explanados con maquinaria pesada pero todavía conserva la mayor parte de la poliorcética aplicada para su fortificación. En dos sondeos estratigráficos practicados, solo se recuperó un fragmento cerámico de una vasija manufacturada cocida en horno reductor. De todas formas nos informados por la propiedad de la gran cantidad de piedras que se retiraron de la zona central y se arrojaron a uno de los terraplenes, comprobamos que así era. Se trata de areniscas transportadas desde una cierta distancia al Sur expresamente para su construcción, confirmando de paso lo que Altadill dejo escrito sobre reciclaje del material pétreo.
• Materiales: un solo fragmento de cerámica manufacturada
• Circunstancias del hallazgo: Comprobación de Juan Mari Martínez Txoperena y Rafa Zubiria Mujika en el contexto del poblamiento protohistórico pirenaico de la calzada romana y su entorno.
• Localizado: Por Julio Altadill a principio del S. XX
• Valoración del yacimiento: Altadill nos decía refiriéndose a Mezkiritzperro y Billarostegieta (dos colinas cercanas) y a propósito de las investigaciones que llevo a cabo sobre la vía iter XXXIV en Aurizberri-Espinal, “Las dos en sus cresterías o mesetas no reducidas, se dedican al cultivo de heno, y en sus centros hay amontonados sillares informes, alternados con otros de frentes desbastados; esos sillares recogidos al labrar las tierras, son arrancados de las líneas de cimentación que a poca profundidad se hallan; de esta suerte, los vecinos que necesitan piedra para edificaciones, la tienen allí preferible a las lejanas canteras y además los prados de heno quedan exentos de lunares incultivables. No vacilo en reconocer que las posiciones defensivas de Iturrisa se hallaron situadas en estas dos crestas, porque en las vertientes meridionales de ambas han salido también constantemente líneas de cimentación en forma y disposición tales, que denuncian desde luego una población protegida por ambas fortalezas. La calidad de este material de construcción es arenisca roja, la cual (según los prácticos del país) se encuentra no cerca y representa un esfuerzo el aportarla a Espinal; para completar antecedentes, haré notar que un buen número de estos sillares presentan señal de calcinación, si bien dejo a salvo la época del incendio origen de este signo. Mas adelante dice “Dedicadas a cultivos diferentes las laderas de las dos colinas, han resultado estas las únicas tierras que en jurisdicción de Espinal han revelado la existencia de un pueblo anterior desaparecido, ofreciendo repetidamente a los labradores el obstáculo de unos muros de piedra enterrados, cimientos sepultados que si despertaron sorpresa, no llego a cristalizar en curiosidad, como tampoco pararon su atención ni se despertó la extrañeza a la vista de los fragmentos cerámicos que acompañaban a las ruinas de los pueblos extinguidos. La vía romana al ascender y tocar en Iturrisa brindaba al caminante el agua pura y cristalina de una fuente cuyo nombre de Iturrizar subsiste único y generalizado todavía”. Este topónimo existe pero no la fuente, que con motivos de la concentración parcelaria fue enterrada bajo la pista que asciende hasta Mezizperro (Mezkirizperro). Estos prados los habíamos prospectado hace muchos años por haber sido labrados para sembrar patata y recogimos cerámica que no supimos entonces identificar, pero desde la distancia, hoy diríamos que eran del hierro e incluso romana aunque no se conservó. La prospección visual de los terraplenes nos ofrecieron mas indicios, confirmando de alguna manera lo que D. Julio Altadill dejo escrito en su visita a principios del S. XX, la mayor parte de las piedras en estos terraplenes son areniscas amarillas y rojizas, transportadas hasta el lugar desde Asibar (al menos a un kilómetro y medio al sureste) donde afloran, puesto que Mezkirizperro se trata de un paraje de margas, arcillas y calizas pobres. Anteriormente hablamos con el propietario del terreno que nos informo de “la gran cantidad de piedras que salían al labrar estas tierras y que se retiraban a las ezpondas” , nombre que se da en Aurizberri a los setos que separaban las distintas piezas de labor y que en este lugar son especialmente grandes y de gran desnivel como corresponde a los terraplenes de un recinto fortificado. Comprobamos la existencia de una depresión en el punto donde debió estar el foso de la fortificación (al Norte y evidentemente colmatado), coincide con la alineación de los prados (como se aprecia en las orto fotografías históricas) que siguen la dirección de los terraplenes hasta llegar al foso donde se interrumpen. Revisamos los terraplenes de las defensas adelantadas y a pesar de la alteración sufrida a través del tiempo, se manifiestan con unas dimensiones de gran tamaño, denotando que su construcción se debió a un motivo diferente que el de un simple prado para uso agrícola. Como conclusión diríamos que efectivamente J. Altadill, vio estas evidencias cuando todavía los arados no profundizaban y por tanto no llegaban a destruir todo el substrato, posteriormente los tractores y la maquinaria pesada utilizada en la concentración parcelaria “limpio” estos indicios eliminando incluso algunos tramos de los terraplenes, que gracias a las orto fotografías históricas se pueden restituir, que tenemos seguridad que en este lugar estaría situado un poblamiento nativo a la llegada de los romanos, aunque no tenemos constancia de la posible romanización de esta fortificación como intuía Altadill.

Interpretación del recinto de Mezkirizperro

Interpretación del recinto de Mezkirizperro

Si bien en este artículo hacemos referencia a un espacio importante pero reducido del área pirenaica, podemos sin mucho riesgo, extrapolar estas observaciones a cualquiera de los demás valles vecinos, que eran rutas de trashumancia y penetración y había que controlar y proteger, de hecho, mas de 80 castros o recintos fuertemente fortificados en el área pirenaica, la mayoría de ellos inéditos, nos dan una visión totalmente diferente aunque previsible, de la organización que los vascones habían gestado desde la edad del bronce hasta la llegada de los romanos. Esta llegada no debió ser traumática, puesto que no destruyen pueblos y ciudades, mas bien, lo que se ve es una evolución en los mismos lugares, se abandonan los asentamientos mas agrestes en aras de una mayor comodidad y mejor aprovechamiento de la tierra y el agua, se construyen caminos de acuerdo con las necesidades romanas, caminos que condicionan fuertemente la forma de vida de los nativos facilitandoles seguridad y alternativas mas cómodas y productivas, pero no parece que tuvieran grandes pleitos entre ellos.

¿Que llevo a los vascones a no chocar con los romanos? es un enigma que invita a especular, intuyendo que disponían de medios suficientes para una larga resistencia… ¿que visión tenían los nativos pirenaicos sobre estos? o… ¿que acondiciones les ofrecieron y acordaron?, lo cierto es que hasta lo que sabemos, las fuentes clásicas no recogen grandes diferencias con los vascones, si acaso opiniones y visiones no siempre laudatorias, sobre las costumbres y formas de vida de los vascones, pero nada indica que se llevaran mal.

 

Bibliografía utilizada

 

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Altadill  Julio,  Vías y vestigios romanos en Navarra, De Re Geographico-Histórica Diputación de Guipúzcoa, 1928, homenaje a Carmelo Etxegarai, págs. 465-566.

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Castiella A. La edad del Huierro en Navarra y Rioja, 1962

Estrabon, III, 3, 4, 10, 34, “ambas poblaciones, con Kalágouris, una de las ciudades de los Ouáskones” y otra cita como “esta misma región esta cruzada por la vía que parte de Tarrákon y va hasta los Ouáskones del borde del océano, esta calzada mide 2.400 estadios y se termina en la frontera entre Akyitania e Iberia” […] “Después por encima de la Jakketnia, en dirección al Norte, esta la nación de los Ouáskones, que tiene por ciudad principal a Pompelon, como quien dice “la ciudad de los Pompeios” (traducción de A. García Bellido)

Gaudeul Francis, Les enceites de type protohistorique des Pyréneés-Atlantiques, Archeologie en Aquitaine, 5, pp163-174

Jimeno Jurio José María, El mito del camino alto, Príncipe de Viana, 1973, pág. 34

Llanos ortiz de Landaluze A. La edad del Hierro y sus precedentes en Alava y Navarra, Munibe 1990

Michelena L. La Lengua Vasca y la prehistória, 1966

Salustio, hist. 3, 93 y Salustio, hist. 3, 86-87

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