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PRESENCIA MILITAR ROMANA EN EL PIRINEO VASCÓN

viernes, 16 de agosto de 2024

Fig. 1 Localización de los castella en el mapa de Navarra

INTRODUCCIÓN

El objetivo de este trabajo es dar a conocer una serie de observaciones o localizaciones, que ayuden para la comprobación arqueológica de las mismas, estas nos parecen lo suficientemente relevantes como para preparar un proyecto de investigación, este se basaría en intervenciones puntuales a base de sondeos, para la caracterización de los mismos y la confirmación de su origen romano.

Las investigaciones que se han realizando estos últimos años, con relación a la calzada Tarraco-Oiasso, tras la exploración y publicación del recorrido de la Iter XXXIV ab Asturica Augusta Burdigalam (Martínez y Zubiria, 2017: 151-204), nos ha permitido identificar trabajos romanos que no acabaron en esta vía, sino que nos llevaron a reconocer otros que tenían que ver con caminos mineros. Profundizando en este sentido, nos propusimos localizar las zonas mineras y el porqué de estas vías.

Coincidiendo en el tiempo, se estrenó el actual mapa de relieve generado por la tecnología LIDAR, que el Gobierno de Navarra colgó en el Servicio de Información Territorial de Navarra (SITNA), este nos ha ayudado en la localización de interesantes vestigios en áreas donde se desarrollaban nuestros trabajos, estos indicios comprobados sobre el terreno, nos ha obligado a preocuparnos por su significado, insertos como están, en una zona hasta ahora carente de referencias, tanto arqueológicas, como documentales clásicas o históricas, de esta manera nos animamos a preparar una propuesta, aunque solo sea como hipótesis de trabajo.

Propuesta con una potencialidad y atractivo científico indudable por las diferentes facetas que presenta, la comprobación arqueológica y el análisis de este complejo de emplazamientos militares, ayudará al conocimiento que de esta época tenemos hoy, del Pirineo Occidental y que la historiografía clásica nos niega, recuperando una información que nos acerque a la realidad del territorio en época romana.

Estamos de acuerdo con la idea de M. Urteaga (2008:171-184), cuando deja la puerta abierta a la posibilidad de entender el concepto Saltus Vasconum, como referente al distrito minero y a los pasos del Pirineo incluido el de Oiasso, que demuestran las buenas comunicaciones con la Aquitania romana, y la intensa romanización de todo el Pirineo occidental.

    Así, el ámbito del Saltus Vasconum que propone Urteaga (2014: 24) como distrito minero, no se limitaría al triángulo Irún-Lesaka-Bera, sino al Pirineo occidental desde Aezkoa hasta el Cantábrico y concordamos con la hipótesis de esta investigadora, que, el paso principal del Saltus Vasconum sería la Astorga-Burdeos por Roncesvalles (Urteaga, 2008: 179-180) en pleno territorio minero, donde existieron explotaciones de oro, plata, cobre, plomo, cinc, hierro y mercurio y donde no es difícil de entender lo que nos dice Domergue (2008: 33 ss) “no hay zonas mineras que los romanos no hubieran localizado y explotado”. De esta manera el concepto Saltus, nada tendría que ver con el discutido binomio Agger Vasconum-Saltus Vasconum y sería referencia al distrito minero como tal.

    Recientemente hallamos tres calzadas romanas mineras, que se han identificado con seguridad, la primera, comunica el yacimiento de Zaldua ¿Iturissa? (Auritz-Burguete) con el coto minero de Txangoa-Mendilatz partiendo de la calzada Astorga-Burdeos, la segunda, partiendo de la Tarraco-Oiasso vía Etxalar, por el puerto de Lizarrieta se dirige hacia Sara y la tercera, también partiendo de la misma vía en Bera, por Ibardin hacia Urruña, todas son caminos de servicio a las explotaciones mineras, con características perfectamente asimilables a calzadas de primer orden.

Fig. 2 Calzada minera en Lizarrieta, Etxalar

Fig. 3 Desmontes a pico entre Etxalar y Sara

Fig. 4 Desmonte con escalón y cuneta perfectamente talladas a pico entre Auritz-Burguete y Txangoa

Fig. 5 Desmontes a pico entre Bera e Ibardin

    Es factible y probable, que al menos el segundo de ellos, que se dirige hacia Sara, se proyectara a otras minas de la comarca de Xareta y Baztán e incluso al valle de Baigorri, no vemos grandes dificultades, y prestaría un buen servicio a las minas de oro del Camp de Cesar, en Itxasou, las de Aritzakun y Urrizate en Baztán y las de Urepel, en el valle de Baigorri; las de plata, plomo, cobre y hierro, que los aquitanos ya explotaban, cohesionando todo el distrito e integrando plenamente estos territorios en la economía del Alto Imperio romano y como bien lo expresa Oriol Olesti (2017: 188) refiriéndose a otro territorio pirenaico como es la Cerdaña, “nos aleja de la visión de un mundo romano poco interesado en las áreas montañosas” ayudando de paso a comprender, porque Augusto acometió en este territorio como en toda Hispania, una compleja reorganización fomentando la urbanización y la promoción jurídica, implantando en este caso un distrito minero como forma de integración dentro del nuevo modelo imperial romano, no, porque fuera una estrategia para los territorios conquistados, sino por la existencia de una riqueza mineral que necesitaban para mantener su sistema.

Fig. 6 boca mina en Ansestegi, Baztan

Esto nos ha llevado, a ocuparnos de la localización de minas antiguas, pudiendo comprobar la gran cantidad de explotaciones en el entorno inmediato a la actual frontera interestatal, por más, que nunca sabremos todas las que explotaron, pues la mayoría de ellas habrían sido a cielo abierto, lo que dificulta en gran manera, su localización y comprobación, camufladas como simples accidentes orográficos y cubiertas con espesa vegetación.

    Como consecuencia de las prospecciones, nos hemos encontrado con evidencias y vestigios de fortificaciones que nos obligan a analizar las diferentes formas de su poliorcética, puesto que al ser zona fronteriza han proliferado y se han solapado a través de los tiempos, sobre todo en época Moderna y Contemporánea.    En la mayoría de los casos, los vestigios son claros reductos contemporáneos, muchas veces documentados y con fuerte incidencia visual, pero un grupo de ellos, nos ha indicado un origen romano por sus formas y emplazamiento, vemos que las evidencias están desdibujadas y muy consolidadas, como corresponde a su antigüedad, es verdad que algunas son poco canónicas, pero no es extraño, porque la naturaleza facilitaba ventajas que había que aprovechar y sobre todo, porque su existencia se entiende mejor, por su relación con las minas.

ANALISIS

    Últimamente, se vienen publicando noticias sobre vestigios militares romanos en Navarra e interpretando los mismos como indicios de resistencia y enfrentamiento de los vascones con Roma, no es fácil compartir esta teoría sabiendo, que esto habría dejado rastro en la historiografía clásica de lo que no tenemos ninguna constancia. Después de muchos años investigando en el pirineo navarro y sus aledaños donde la orografía y la cobertura vegetal hace difícil la localización de los hábitats protohistoricos, creemos que hemos adquirido un poco de experiencia y conocimiento, para hacernos una clara idea de que estaban bien dotados para ejercerla, sino con éxito, al menos, causando los suficientes problemas como para que hubiera sido reflejado por alguno de los cronistas militares de la época.

    Que sepamos no fue así, pero la ingente cantidad de recintos fortificados localizados en el área montañosa del solar vascón, sus pequeñas dimensiones, su poliorcética y los lugares escogidos, nos están indicando tiempos difíciles y una compleja organización, aspectos que sin duda, habrían jugado a favor del invasor, por cuanto traían ventajas nunca vistas, que no pasarían desapercibidas para los nativos y una seguridad que primaba la vida más cómoda junto al agua, en contraposición, al refugio incómodo, eventual o permanente en los castros. Si bien la mayoría de estos emplazamientos protohistóricos permanecen inéditos y puede que no sean, ni mucho menos contemporáneos, de hecho, muchos no llegaron a conocer habitados la conquista romana.

    Es más que posible que, a la llegada de Roma a este territorio, encontrara un pueblo con una organización, donde ni los grandes oppida ni las civitas estaban presentes en ella, donde todas las pequeñas poblaciones formaban parte de esta, como entes comunales de caracter horizontal, por tanto, asamblearia.

    Falta definir la forma administrativa por encima de esta asamblea, aunque es fácil, que sería parecido al que ha trascendido a través de la historia en el Pirineo navarro. Esta dispersión poblacional, en parte jugaría a favor de Roma a la hora de los pactos, pero entorpecía una rápida solución militar.

    Si a esto unimos que el Pirineo occidental, aunque nunca habría sido una barrera, si, habría tenido una incierta función de frontera, hasta que Marco Vipsanio Agripa, calmara a los aquitanos en el 38 a. C. (Apiano, BC, 5.92) y en el 28-27 a. C. Marco Valerio Mesala Corvino, aplastara la sublevación de los Tarbelli por mandato de Octavio.

    Hasta este momento, no se habría tenido demasiado en cuenta esta zona periférica del cauce medio del Ebro, solo se habrían destacado, geólogos prospectores de minas, topógrafos y militares en misión de reclutamiento, en una zona de la que ya, eran conscientes de su riqueza.

    Más de un siglo de presencia al Sur del Pirineo, fue un tiempo suficiente como para que la información acumulada sirviera al Princeps para el novus status, la reorganización que estaba proyectando y los tres viajes que realizó nos confirma el gran interés que puso en ello, aunque fue en el 15 a. C., en su tercer viaje, cuando acomete  la reorganización administrativa de las provincias (Dion Cassio 54, 23, 25; Floro 2,33,59) esto originó una gran actividad tanto con la construcción de calzadas como instauración de un distrito minero, la indispensable fundación de centros habitados que asegurasen todas estas infraestructuras y la romanización territorial.

    Todo esto trajo que el ejército se hiciera presente con veteranos de las guerras cántabras que había que mantener activos, la posible participación de sus técnicos architecti, Fabri, gromatici, liberatores, curatores operum etc. en la construcción de las vías como cree Javier Andreu (2017: 556), que veteranos de la legión IIII Macedonica, VI Victrix y X Gemina, con las que fundó Caesaraugusta, (Aguarod, Lostal,1982; Magallon, 1987: 142) habrían participado en la modificación de un trazado antiguo de una calzada que coincide con la Tarraco-Oiasso, cuya presencia no se habría parado en las cinco villas aragonesas, se habría prolongado hasta las cinco villas del Bidasoa y Oiasso, también, porque su presencia aportaría la necesaria seguridad tras la revuelta tarbela poco antes sofocada y la presencia de prisioneros y condenados a damnatio ad metalla que esta habría aportado a las minas ya en manos romanas (Pérez y Delgado, 2014: 256).

    Las circunstancias en este momento histórico, en cierto modo, algo parecido a lo que estaba sucediendo en la región astur-cántabra, habría sido gestionado de manera análoga. Aunque referencias directas no conocemos, si existen indicios que se habrían deportado mineros aquitanos a minas del Sur de la península (Cesar, 3, XXI; Estrabón, 4, 2, 3 C190 a-d), y podemos trasladar al distrito minero pirenaico, las referencias de algunos clásicos, al entorno de la minería asturiano-leonesa de Floro (II, 33, 50-51), Dion Cassio (53, 25, 3 y 54, 11, 2-3) u Orosio (VI, 21, 5)

    Es factible que, se hubiera destinado durante un tiempo una legión que, además de ayudar en la construcción de las vías organizara el sistema de protección que estamos viendo hasta que su presencia no fuera necesaria, quedando unas guarniciones con mandos pertenecientes a la legión compuestos por tropas auxiliares de nativos conocedores del territorio y sus gentes.

    El estudio de la red viaria principal y su evolución en este territorio, nos ayudara a comprender como estas vías fueron fundamentales, para la organización, la puesta en producción de los recursos mineros, agrícolas y forestales, dejando en manos de los nativos la cabaña ganadera y su gestión. 

    Hace un tiempo Miguel Echegarai de Lesaka, nos comunicó la existencia de un cerco que coronaba el monte Otsango situado encima del Bidasoa en esta villa, a 312 m de altitud, en la visita que giramos, comprobamos que efectivamente se adaptaba al terreno con forma ovalada, existiendo en la cumbre un gran túmulo de piedras, esto, junto a su emplazamiento, controlando visualmente el cauce del Bidasoa y la vía Tarraco-Oiasso, nos dio pie a atribuirle origen romano, aún antes de disponer de artefactos que pudieran asegurarnos este carácter, pues se encuentra en plena zona minera de Lesaka, Bera, Igantzi y Etxalar al sureste de Peñas de Aia.

    Su extensión es de 9.600 m2, con 380 m de perímetro y dotado de fossa, agger, vallum y turri, con extraordinarias condiciones, para una función de vigilancia, control de la vía, comunicación con otros puntos y la ayuda en caso de urgencia en las explotaciones mineras.

    Mas tarde envió las coordenadas de unos vestigios que, aunque de menor tamaño, pudieran ser también de época romana, se localizan en un promontorio de la loma de Eskolamendi-Deskarga (Lesaka), con extraordinario dominio visual del término de Bera y todo el pasillo del Bidasoa y Endarlatsa hasta Hendaia, punto especialmente estratégico para el control de todo el coto minero al Este de Peñas de Aia, denotando un exhaustivo conocimiento topográfico para la ubicación de estos destacamentos.

    En verano del 2012, realizamos una visita a las minas de Teilari (Urepel) de la mano de Eric Dupre y Chistian Saint-Arroman (2012: 299-302), nos acompañaron con el propósito de darnos a conocer las minas y un emplazamiento asimilable a un castellum en Itsantzarai (Urepel). Reconociendo un cierto escepticismo en aquel momento, hoy después de nuestras prospecciones lo vemos ciertamente probable, se trata de un recinto delimitado con foso y Agger o parapeto, dividido en dos ámbitos con una pared también de tierra. La superficie protegida es de 10.460 m2 y un perímetro de 403 m, adaptado a un terreno inclinado, pudiendo albergar cómodamente dos centurias.

    No descartamos que en el monte Lidus, donde existe una fortificación terrera de aspecto moderno (s. XVIII), estuviera solapando un Castellum romano, esto deducimos, por la persistente alusión en la cartografía antigua del topónimo Gazteluzar (Castillo viejo) muy anterior a la Guerra de la Convención, época atribuida al actual reducto terrero.

    Se localiza, en la confluencia de dos rutas pecuarias milenarias, jalonadas de megalitos, muy utilizada históricamente y cercana a varias minas con labores romanas (Dupre, Saint-Arroman, 2012: 88-112), otro indicio que también nos lleva a esta deducción es, la repetida presencia en el lugar de los inevitables “piqueros” que siempre van por delante de los arqueólogos, señalamos que toda esta zona fronteriza ha sido y sigue siendo de especial “atención” de furtivos.

    Para terminar con las localizaciones, no referiremos a Lepoeder, donde repetidamente se hace pasar la vía Astorga-Burdeos incluso después de localizado todo su recorrido por el Barranco de Luzaide-Valcarlos, es un collado a 1432 m de altitud y aquí también existe un reducto terrero de la guerra con la Convención, emplazado entre otras dos fortificaciones más potentes, al Norte en Astobiskar y al Este en Ortzanzurieta. Este reducto se localiza en lo alto del promontorio, y debajo en el collado, se aprecian vestigios de otro recinto más antiguo, que nosotros consideramos de origen romano como castellum.

    Tras la entrega por un ciudadano francés, de unos materiales recogidos muchos años atrás en este lugar para su depósito en el almacén de Patrimonio de Navarra,  el año 2013, La Sociedad de Ciencias Aranzadi, realizó unos sondeos estratigráficos con el fin de contextualizarlos, uno de ellos, se realizó junto al parapeto de la fortificación moderna, por indicación del donante que también participó en los mismos, pues algunas monedas se habían recuperado en el mismo escarpe de dicha fortificación, otro sondeo en la parte baja donde se sospecha que se situaba la romana.

    Los sondeos fueron de un metro cuadrado y paralelamente, se realizó también una búsqueda geomagnética, este trabajo, proporcionó materiales de diferentes épocas que sirvieron para interpretar tres diferentes contextos, uno antiguo romano (s. I, a. C./I d. C.), otro moderno (s. XVIII-XIX) y otro contemporáneo (s. XX).

Fig. 7 Fragmento de vaina de Gladius hallada en Iturriapurregi

    Cerca de Lepoeder siguiendo el viejo camino artillero tras pasar Izandorre Lepoa, se alcanza el collado de Iturriapurregi, en este lugar en 2019 el ilustrador gráfico Juan Luís Landa, en un recorrido montañero, reconoció en superficie un artefacto que identifico como parte de la funda de un gladio, dio parte y tras un reconocimiento en el lugar se llegó a la conclusión de que había sido obra de detectoristas furtivos que, o no supieron reconocerla o no les interesó, la despreciaron junto a la senda y así fue hallada. Tras conseguir el correspondiente permiso, se realizó una investigación con aparatos geomagnéticos y una estación total, se recuperaron artefactos compatibles con la época romana y también de la Edad del Bronce, así mismo detectamos la piedra estática de un molino giratorio de dos piezas, esto nos llevó a reconocer antiguas evidencias mineras en el ámbito cercano del coto de Txangoa.

Fig. 8 Puñal despreciado por “piqueros” en Iturriapurregi. foto Rafael Zubiria

    Esto es importante señalar porque este viejo camino, es una milenaria ruta pecuaria por la que se ha venido conduciendo reiteradamente, la vía Astorga-Burdeos, confundiendo una importante ruta nativa, que sin duda, sería muy usada por las tropas romanas para la pacificación de Aquitania, con una calzada de primer orden como era la Iter XXXIV y de esa manera reforzar la hipótesis del carácter monumental romano de la torre de Urkulu. Hoy estamos más cerca de reconducir lo que hasta ahora no eran más que deducciones de gabinete, partiendo de una entidad teórica, con poca investigación sobre el terreno y menos, ganas de poner en tela de juicio corrientes estereotipadas preestablecidas.

    Hay un lugar muy importante como es la necrópolis y el asentamiento de Ateabaltsa, descubierta en agosto de 1982 (Martínez, Zubiria, 2017: 156), fue excavada en tres campañas en 1986 1987 y 1988 (Perex, Unzu, 1988: 75-155), en estas se consiguió recuperar mucha información, artefactos de época romana y fuertes indicios de pertenecer a un complejo castrense, por la recogida, tanto en superficie como en las excavaciones, de 20 puntas de lanza, un pugio, armaduras de ballista, un hacha, cuchillos, fíbulas y abundantes restos cerámicos etc.

    En referencia a estas fíbulas, diremos que se catalogaron como tipo Iturissa, su expansión hasta Britania, Francia, Suiza, Alemania, Portugal y parte de la Hispania central y oriental, se dio preferentemente, en ambientes militares y como equipamiento (Erice, 1988: 157), poco arriesgamos al interpretar el lugar de Ateabaltsa como un asentamiento castrense de cierta importancia, esto se reforzaría, con la cercanía del gran yacimiento de Zaldua (¿Iturissa?) 800 m al Este, que lo confirmaría, como un complejo militar contemporáneo con la construcción de la calzada Astorga-Burdeos, la instalación de una mansión y la creación del distrito minero, por tanto, podemos pensar en una base militar de la que dependerían varios destacamentos de vigilancia y control del territorio.

Fig. 9 Espacio castrense de Ateabaltsa, necrópolis y calzada sobre mapa LIDAR

    Añadiremos que en 2014 se taló la plantación de pinos situada al norte y tras los trabajos de la nueva repoblación, quedaron a la vista una serie de evidencias de fácil interpretación, se correspondían, con varios acondicionados del terreno de poca profundidad hasta encontrar las margas formando pequeñas plataformas planas donde instalar chozas o viviendas, en general se apreciaban restos de piedra que pertenecían a cimentaciones de una o dos hiladas, como forma de aislar del suelo la construcción de madera al estilo nativo, las cubiertas serían de la tradicional tablilla u otra materia vegetal pues no se vieron en este ámbito resto alguno de tegulas u otros  materiales susceptibles de usar en los tejados.

    En estas plataformas y su cercanía, aparecían restos de vasijas cerámicas en muy mal estado por la persistente humedad, en general se trataba de recipientes de almacenamiento, cocina, común romana, terra sigillata, vidrio, clavos de hierro, carbones etc.

    Se pudo comprobar, un espacio de circulación donde se utilizaron cascajos de río para su saneamiento, se recogieron artefactos e industria material coherente con el carácter militar, compuesta por restos metálicos variados donde destacaban armaduras de ballista, otra de pilum catapultarium, una espuela, dos puntas de lanza fragmentadas, dos armaduras de pilum, dos botones de doble disco en bronce, una podadera, una cerradura muy bien conservada, una cuenta de collar incompleta de pasta vítrea, argollas, restos metálicos indeterminados y abundantes clavos, fue también significativo, la recogida de un buen número de afiladeras personales, molinos en arenisca triásica del lugar, giratorios de dos piezas y de vaivén, pesas de telar, una fusayola y otros materiales compatibles con un contexto familiar más que militar. Estos restos materiales se depositaron en el almacén de patrimonio del Gobierno de Navarra en Cordovilla.

Esto, junto con el resultado del análisis de los restos óseos de la necrópolis (Perex, Unzu, 1988: 75-155), donde se registra la existencia de mujeres, nos indica con un alto grado de seguridad, que las tropas aquí acantonadas estarían formadas en su mayor parte por auxiliares nativos con misión de policía, por tanto, adoptaban las formas de vida habituales de la zona, que poco tenían que ver con la disciplina castrense legionaria.

Fig. 10 Idealización de viviendas en Ateabaltsa

    Estas formas de habitación, no significa que no dispusieran de ciertas fortificaciones, que, aunque aquí no se aprecien con claridad, el propio lugar escogido nos indica, que buscaron el terreno de fácil defensa, junto al agua, en un espacio relativamente cómodo y llano. Al Norte protegido por un fuerte escarpe natural y al Este, con uno más pequeño en parte antrópico, este terraplén, en su zona central tenía el acceso en rampa de fácil protección. Al Sur y Oeste, no adivinamos ningún indicio del sistema defensivo que pudo tener entre el recinto y la necrópolis, pero sin duda, habría dispuesto de un vallum. También comprobamos que dispuso de una salida hacia el noroeste, y viendo una rampa que atraviesa el escarpe Norte, facilitando el acceso al agua de la regata de Mugakolarre, junto a la que se localizó un asentamiento rural de la misma época. (Martínez, Zubiria, 2017: 157)

    Todo esto que reflejamos en este trabajo, es solo una parte de la que estaría dotado y solo es comprensible como equipamiento habitual de un distrito minero que se administraba con autonomía territorial y protección imperial.

Fig. 11 Recreación del modo de vida de acuerdo a las evidencias observadas

    Nos faltan datos que permitan establecer una cronología absoluta, pero contamos con las dataciones aportadas por los análisis realizados en la necrópolis, situádolos en los siglos I-II, (Perex, Unzu, 1988: 75-155 ) y las características poliorcéticas que pueden aportarnos una relativa, Peralta Labrador (2002: 53) apunta que, en época Julio-Claudia se construían de tierra, césped y madera, aspecto que con la llegada de los Flavios cambia, utilizando más la piedra y el ladrillo para sus defensas (Lander, 1984; Le Bohec, 1990: 167), aunque estas condiciones se refieren a los campamentos legionarios, bien se pueden trasladar estas normas a los pequeños castella. La previsión de que estos, se asentarían en época de Augusto, concuerda con la hipótesis de la reorganización llevada a cabo por éste en territorio vascón, con la construcción de la Iter XXXIV Astorga-Burdeos, la creación de un distrito minero y la subsiguiente dotación de estructuras camineras y de protección en este territorio, en nuestro caso, un buen indicio son las monedas recuperadas en Lepoeder que confirmarían esta hipótesis.

    Aunque todavía solo sea un indicio sin confirmación arqueológica, un hipotético emplazamiento legionario en Baztan, por sus dimensiones y el trabajo realizado deberíamos considerar seriamente la posibilidad de un Castra Aestiva, bien de la campaña que, Publio Craso lugarteniente de Cesar, llevo a buen término para la conquista de Aquitania en el 56 a. C., bien de las tropas que desde Hispania acudían en ayuda de estos (Bellum Gallicum, 3, XXI). Otra posibilidad estaría en el 27 a. C. cuando Corvinus Messala, se encargó de pacificar la sublevación de los tarbelos, que según Tibulo (1, 7, 5-10), ponía en peligro la proyectada campaña marítima de Augusto frente a cántabros y astures a punto de comenzar (Churruca, 2010: 538).

    También pudo tener relación, con la época en que Augusto, instaurada la Pax y acabada la construcción de la Tarraco-Oiasso con la ayuda del ejército, (Andreu, 2017: 551-569) organiza el distrito minero y su equipamiento administrativo-estructural, por tanto, tampoco podemos desligarlo de las localizaciones que proponemos, pues formaría parte fundamental del sistema.

    Pudo ser la Legio VI Victrix, la que empleara Augusto para ayudar en la construcción de la Tarraco-Oiasso y la Asturica – Burdigalam, la encargada de la seguridad del incipiente distrito minero, en un primer momento, teniendo en cuenta como indicio, la moneda hallada en la C/ Baraketa de Irun (Urteaga y Otero, 2002:13) con el contrasello de una lanza, al parecer distintivo de esta legión (García de Figuerola y García Bellido, 2002: 451-469; García Bellido, 2006: 575-578).

    Como vemos, será difícil discriminar las diferentes alternativas que nos ofrece, pero ya sería importante, comprobar su pertenencia a época romana.

CASTELLUM DE PILOTASORO (ERROIBAR-NAFARROA)

Fig. 12 Imagen que ofrece el mapa de relieve en el SITNA.

    Empezaremos por dejar constancia, de la cercanía de Sorogain con el paso por Orreaga-Roncesvalles de la vía Astorga-Burdeos (Martínez, Zubiria, 2017: 151-204); esta, sería el punto de partida para llegar al emplazamiento que nos proponemos dar a conocer, tanto si fue remontando la cabecera del río Erro, como si fue, partiendo de la mansio de Zaldua (¿Iturissa?). Teniendo en cuenta la existencia junto a la vía de una necrópolis militar de incineración y su asentamiento en Ateabaltsa, datados en el s. I y II (Perex y Unzu, 1997-98: 75-155), la distancia que los separa, sería de un máximo de dos horas.

    Este asentamiento tendría sin duda, la función del mantenimiento del orden y buen uso de las calzadas, la protección de la civitas de Iturissa y teniendo en cuenta la previsible existencia de un distrito minero, su vigilancia y control (Urteaga, 2008: 1-41).

    Por tanto, en Ateabaltsa estaría el acuartelamiento principal del que dependían este destacamento de Pilotasoro así como los de Itsantzarai y Lepoeder y estaría probablemente, formado por tropas auxiliares contratadas entre la población nativa de la zona, comandadas por oficiales de la legión, a la vista, de los resultados de las excavaciones llevadas a cabo en los años 80 del siglo pasado y las observaciones posteriores tras la tala del pinar colindante.

    Se trataría de un punto de control, fortín o castellum, situado en la loma inmediata al collado de Aztakarri por el Este en el portillo de Pilotasoro, como dato anecdótico diremos que además del paso, ocupando el inicio del cordal, existe un conjunto de manifestaciones megalíticas representadas por un dolmen, 6 túmulos, un crómlech y al menos tres fondos de cabaña (Martínez Txoperena, 2001)

Fig. 13 Interpretación hipotética con la localización de los megalitos

También debemos hacer constar, que este recinto y su habitáculo, fue atravesado en el último tercio del siglo XX, con una conducción de agua para abrevaderos, instalando uno de ellos en su interior.

    Este recinto de figura canónica rectangular con esquinas redondeadas, dotado confoso y agger, sacrifica la parte Sur de la geometría aprovechando un resalte rocoso, en aras del ahorro de energías y trabajo (Fernández Acebo et al, 2010: 629), con una extensión de 2.650 m2, se trataría de un castellum o castra minora de pequeñas proporciones con capacidad para albergar

Fig. 14 Interpretación de las defensas

varios contubernios (vexillatio), con labores concretas de vigilancia y control del paso y del territorio minero cercano y carácter temporal.

    La pauta que se aplica para su asentamiento, es el control de la ruta pecuaria, su posición dominante sobre el valle y el largo dominio visual al norte, donde en un radio de 5-6 km, se conocen un buen número de minas de oro, plata, cobre y hierro (Dupre, Saint-Arroman, 2012: 88-112; Parent, 2006: 269-292), esta función justificaría suficientemente el mantenimiento del castellum, al menos, durante un tiempo.

Fig. 15 Recreación hipotética del Castellum

  El sistema defensivo mantiene los cánones clásicos, agger y fossa (Polibio, VI, 27-42; César, Corpus Cesarianum; Livio, XLIV, 39, 2-5; Flavio Josefo, Bello Judaico, III, 77-92; Vegecio, I, 21-25; III, 8). Al excavar un foso de perfil en V, la tierra extraída se colocaba formando el parapeto interior que sin duda se acabaría con ladrillos de césped conformando el agger (Pseudo-Hyginio, De munitionibus castrorum, 50) y este se reforzaría con empalizada; el contra agger seria dotado de una estacada trenzada con varas de avellano (lorica), además de con pequeñas estacas afiladas, como trampas en los fosos (Matherat, 1943: 86-98).

    En cuanto al acceso, apreciamos una plataforma que viniendo del sureste discurre (en el sentido de las manecillas del reloj) por debajo del escarpe rocoso meridional y la fossa occidental hasta la altura de la entrada. Esta según los indicios, se integraría en una torre de madera cimentada de piedra, clásica también en este tipo de defensas, con probable clavícula interior (Pseudo-Hyginio, 55), el diseño que obligaba a ofrecer el flanco derecho desprotegido y no permitía la irrupción masiva al interior (Lenoir, 1977: 697-722; Peralta, 2002: 55), se basaría en lo que dice Vitrubio: “los accesos de las puertas no sean rectos sino en curva” (De Architectura, I, 5). No descartamos una estacada adelantada en un afloramiento natural de esquistos, aparentemente manipulado, conformando un pequeño escarpe que dificulta el acceso por la pendiente occidental.

Fig. 16 Recinto con fossa y acceso desde el Oeste

    Como hemos apuntado antes, no disponemos de ningún artefacto que podamos utilizar para atribuir categóricamente este recinto a una época, deducimos sobre la imagen que, nos ofrece tanto el LIDAR como la orto fotografía histórica y la comprobación de los indicios sobre el terreno, esto nos permite caracterizarlo como romano, confiamos que la noticia de esta identificación, sirva para tomar conciencia de su existencia y la necesidad de su protección.

    También tenemos una última cuestión, como es el espacio necesario utilizable para la guarnición, por lo general, las dimensiones se ajustaban al contingente destacado y a ser posible se desplazaban unidades ya configuradas. Refiriéndonos al castellum de Pilotasoro, si descontamos el espacio del agger-vallum, puertas y espacios de circulación, calculamos que el espacio disponible sería de 1800 m2, dando 5, 6 m2 a cada soldado, podría albergar un máximo de 4 centurias. Por otro lado, las evidencias nos indican un edificio con una superficie aproximada de 22 x 5 m y el clima dominante frio y lluvioso, recomendarían un refugio estable más que tiendas de campaña, podemos pensar mejor en una centuria que sumaría alrededor de 80 hombres y sus mandos, número bastante fácil de albergar en 110 m2 de superficie cubierta, (Le Bohec: 2004: 33-39; Goldsworthy, 2005: 46-48; Martínez Velasco, 2010: 92).

    Este pequeño valle donde nace el río Erro, siempre tuvo mucha importancia dentro de esta ruta, si hacemos caso, a los abundantes marcadores de diversas épocas desde los inicios del pastoreo estacional, en la lejana prehistoria, hasta los tiempos actuales. Esto en épocas de inestabilidad, fue siempre motivo para que los militares se fijaran en él, también en tiempos históricos.

    Como prueba, a corta distancia al Sur en Zubimear, se advierten evidencias de un campamento militar en la ladera orientada a poniente; compuesto por 9 plataformas para tiendas de campaña redondas, dos construcciones de piedra y en la parte alta una larga plataforma donde sin duda se instalarían los cobertizos para las cuadras. Esta instalación, dataría de las guerras napoleónicas o carlistas, pero en el entorno se pueden ver innumerables evidencias de tiempos de la guerra civil y de las fortificaciones de la línea P o Gutiérrez, en forma de búnkeres, trincheras y pozos de tirador, esto lo podemos comprobar en la parte baja de Zubimear, donde existe un dolmen totalmente expoliado de su galgal, cuyas piedras sirvieron para construir muy cerca dos construcciones que, al modo de Alcabala, controlaban el paso, rodeándolas con trincheras mirando al Norte, estas del s. XX.

Castellum de Otsango, Lesaka

Fig. 17 Planta del Castellum de Otsango en el mapa de relieve SITNA

Esta localización, presenta una figura diferente, con una planta adaptada a la curva de nivel al localizarse en lo alto de un cerro, donde el LIDAR pone de relieve una plataforma en todo su perímetro, conformando unos potentes terraplenes y evidencia clara de foso en la loma Este al ser la ladera menos pronunciada.

Poco podemos añadir a lo ya apuntado, sino insistir en el carácter de control que manifiesta por su situación geográfica de dominio del del río y la calzada que discurría por su margen derecha, pero existe un detalle que puede tener significado, como es la conexión visual con el recinto fortificado de Agiña, común con el castellum de Deskargako Bidea en Eskolamendi, actuando aquel como receptor final.

En referencia a la fortificación de Agiña (Lesaka) diremos que, este recinto mantiene unas defensas semejantes a muchos castros anteriores a la época romana, lo que no significa que no fuera utilizado en esta época, y más, en pleno coto minero cubriendo un flanco muy importante. Desde que lo conocimos, la primera impresión fue su utilidad defensiva.

Tenemos la información de una actuación arqueológica sobre sondeos que se practicaron, pero no de su resultado, no obstante, pensamos en una más de las instalaciones utilizadas en época romana, aunque fuera sobrevenida.

Deskargako Bidea, Lesaka

De este emplazamiento, cuya constancia nos llega por medio de Miguel Echegarai, lesakarra siempre preocupado por el patrimonio, lo más relevante de su localización es, el dominio visual, tanto lejano como cercano, no solo de las minas sino de la vía Tarraco-Oiasso, en el fundamental y estratégico paso de Endarlatsa hasta Endaia.

En cuanto a su dotación poliorcética es la habitual en este tipo de recintos, mantiene claras evidencias sobre el terreno de fossa y ager y una figura rectangular con esquineras redondeadas aprovechando la orografía.

Fig. 18 Deskargako Bidea, Eskolamendi, Lesaka

Castellum de Lepoeder, Orreaga-Roncesvalles

Fig. 19 Collado de Lepoeder

Este emplazamiento es testigo de las actuaciones militares con el paso de los tiempos. Antes de la llegada de los romanos era sin duda, una ruta pecuaria nativa y milenariamente usada de manera comercial, estos como es lógico, no la habrían obviado, incluso la dotarían de una cierta estructura para su uso militar en la conquista de Aquitania y por supuesto, anterior a la construcción de la verdadera calzada comercial como fue la Astorga- Burdeos, por tanto, este emplazamiento sería consecuencia de este uso y habría funcionado hasta tiempos de Augusto o Tiberio, con función de control y seguridad de la ruta.

Fig. 20 Área ocupada por el castellum en el collado de Lepoeder, SITNA

Castellum de Odolaga

    Se trata del antiguo emplazamiento de una venta caminera, que era denominada de Odolaga o venta de la sangre en el Camino Real de Pamplona a Fuenterrabía y en la muga de los términos de Ulzama y Baztán cuyo topónimo es Iterrizokoa. Este camino es una perduración de la Vía romana Tarraco-Oiasso, por lo que observando con atención las anomalías que se manifiestan dentro del perímetro del campo adyacente, se intuye un recinto anterior con gran similitud en las fortificaciones militares romanas.

Fig. 21 Recinto fortificado de Odolaga

    El lugar, aunque no reúne las condiciones orográficas que se podían esperar en un emplazamiento de este tipo, puede interpretarse como un castellum temporal de la época de la construcción de la calzada.

    Dispondría de dos recintos protegidos, uno interior con forma de naipe de esquineras curvadas (que bien puede ser una evolución posterior) y otro más amplio, adaptado al terreno con un acceso por el Este protegido con doble foso y agger, el Este y el Norte dispone de doble foso. Pudo en su día cumplir con las funciones de Mutatio al servicio de la vía con una construcción en el mismo lugar de la venta recién arruinada, no en valde otro topónimo cercano es Bentaxar (Venta Vieja), posiblemente corrido, pues no vemos ningún indicio o evidencia alguna de emplazamiento caminero.

    La superficie total fortificada es de dos hectáreas, espacio suficiente para albergar cómodamente una cohorte, teniendo asegurada la aguada dentro de la fortificación.

    La interpretación de este emplazamiento, se explica por la construcción de la Vía Tarraco-Oiasso y la posible instalación de una Mutatio al servicio de la misma como una necesidad.

    La existencia cercana de una explotación minera como la de Aierdi en Lanz nos invita a investigar en su entorno una posible instalación militar y tenemos indicios para pensar en ello, al detectar un recinto aparentemente fortificado que reúne todas las condiciones necesarias para el alojamiento de un destacamento, con manantial y un viejo camino en conexión con las minas.

    Todo esto que vamos comprobando, permite hacernos una idea sobre la ocupación militar romana, sobre todo, en áreas de montaña hasta ahora inéditas.

    No es Navarra y menos el Norte, un territorio donde se prodigan emplazamientos legionarios reconocibles, pero en los últimos años se están señalando varios, aunque con una cierta inseguridad en su datación. Hay localizaciones destacadas en la zona Sur, aunque nos vamos a limitar a la zona Norte de la actual Navarra, por la dificultad que supone, la prospección en esta área por la espesa vegetación y la quebrada orografía. 

    Uno conocido desde los años 40 del siglo pasado es, Los Cascajos en Sangüesa, publicado por su descubridor J. C. Labeaga (1987: 21-27) como campamento romano, ha pasado vicisitudes sobre su caracterización, parece que se confirma como tal, aunque la escasez de materiales siempre ha supuesto una dificultad para su datación definitiva (Ramos, 1991-92: 426-429).

    Con posterioridad J. Armendariz (2005: 41-64) dio a conocer otro posible Castra situado en Zarbeta (Aranguren) cerca de Pamplona, este de menor superficie, relacionándolo con las guerras Sertorianas y un hipotético ataque al cercano castro de Irulegi, conocemos varias localizaciones donde se dieron enfrentamientos, pero no se conocen campamentos desde donde partieron estas fuerzas ni su posición en el campo de batalla, en Altikogaña en concreto (Armendariz, 2010: 93-114), las investigaciones autorizadas, hallazgos casuales y furtivos han aportado gran cantidad de proyectiles de honda, armas y materiales relacionados con el asalto del recinto por fuerzas legionarias republicanas muy probablemente entre el 76-73 a.C., aunque nada hay seguro de la filiación de los asaltantes ni del campamento de origen, lo mismo ocurre con otros cuatro lugares donde se tiene constancia de enfrentamiento.

    Últimamente A. Martínez Velasco (et al, 2019: 251-270), ha publicado un artículo sobre un emplazamiento militar romano en Gazolaz, los autores lo relacionan con el de Zarbeta en una posible operación de Sertorio contra los vascones de la cuenca de Iruñerria, partidarios de Pompeyo. El mismo autor (Martínez Velasco, 2009: 233-246) publicó un artículo sobre un puesto militar romano o posible Castellum en las parcelas de Allide en Deierri, relacionándolo con el control del paso hacia Sakana. 

    Indicios sin confirmar sitúan un hipotético campamento rectangular de más de 5 hectáreas con agua de un buen manantial en San Vicente (Urraul Bajo), que si bien la planta en forma de naipe que presenta en la orto-foto histórica del 27 es sugerente, las escasas defensas y la ausencia de materiales ponen en cuarentena la interpretación, al menos hasta una intervención arqueológica o geofísica.

    Esto mismo, contemplamos en Iturrotz (Villaveta) sin figura geométrica, aquí la superficie es muy superior superando las 49 hectáreas de fácil defensa, ocupando toda la plana situada entre la conjunción de los ríos Erro y Gurpegi con el Río Irati y solo necesitaría foso en un estrecho espacio en la parte Norte, donde la carretera estaría solapando el mismo.

    Aunque los principales argumentos para sostener esta hipótesis son, los abundantes materiales romano-republicanos recogidos en superficie en este yacimiento, propios de un contexto militar, nos están indicando, un posible castra aestiva, que evoluciona con el tiempo, a un pequeño asentamiento, al menos, hasta época augustea (Martínez, Zubiria, 2017:151-204), de todas maneras, esto es una deducción nuestra, partiendo de los materiales que hemos depositado en el almacén del Patrimonio Arqueológico de Navarra.

    Así llegamos al cauce del río Baztán cabecera del Bidasoa y aquí reparamos en un cerro dominante en el centro del Valle, donde nos llamó la atención un inmenso trabajo de explanación o amesetado de más de 10 hectáreas. Según informaciones es conocido hace ya unos años, aunque nadie se atrevió a interpretar y no se dio cuenta a las autoridades arqueológicas del momento.

    Tras las primeras averiguaciones comprobamos que se trataba de terrenos comunales y que era un trabajo antiguo, anterior al vuelo de Ruiz de Alda (1927, SITNA).

    En principio la duda estaba, en si pudiera haber sido realizado por el ejército castellano en julio de 1.512 para la conquista del castillo de Amaiur o fuera realizado por los romanos en la época de la conquista de Hispania o Aquitania y los indicios nos inclinaron por la segunda opción.

    En los últimos años, hemos llevado trabajos de investigación relacionados con la Vía Tarraco-Oiasso y una serie de caminos mineros, esto nos ha obligado a una puesta al día sobre referencias clásicas y en concreto sobre la minería, lo que ha reforzado nuestra hipótesis de la pertenencia de este territorio a Aquitania hasta el 56 a. C. y abre un abanico de posibilidades a la hora de interpretar y datar este posible campamento.

Fig. 22 Interpretación del recinto sobre el mapa de relieve, SITNA

    Ignoramos evidencias de la estancia de Roma en Baztán en tiempos republicanos, la hipótesis de una calzada, que desde Lanz por Belate,  atravesaba el valle y por Amaiur se encaminaba a Urdax camino de Burdeos, nunca nos pareció real y tampoco hallamos dimensiones ni condiciones técnicas sobre el terreno para considerarla como tal, si es posible, que el recorrido, que se corresponde con el actual camino de Santiago, coincida con un antiguo camino pecuario nativo (por cierto plagado de megalitos), que fuera adaptado como calzada de segundo orden en época romana, muy transitado en épocas históricas como Camino Real de Pamplona a Bayona y en parte empedrado en época moderna incluso con hitos visibles para la nieve, pero tenemos serias dudas, que hasta la conquista de Aquitania, el valle de Baztán así como Aldudes y Luzaide, estuviera integrado en territorio vascón. La pertenencia hasta mediado el s. XVI a la diócesis de Baiona, siempre nos pareció un indicio, de antigua organización religiosa del cristianismo anclada en la época tardo-antigua.

    El recinto se ubicó en este cerro que domina visualmente, el mayor ensanchamiento del valle y el paso de los caminos en ambas direcciones, además de ser fácilmente defendible, como corresponde a un Castra Aestiva, diferenciado de los Stativa o Hiberna, donde las defensas eran más estructurales y consistentes y así han llegado hasta nosotros (Cicerón, Ad Atticum. V, 17; Suetonio, Claudio, 1; Julio César, 49; Pseudo-Hyginio, 45).

    Disponía de más de un manantial para la aguada (hoy todavía en uso), leña, forraje y más de 10 hectáreas como para alojar cómodamente una legión (Peralta,2015:100-101).

    Por tanto, tenemos que considerarlo como un estratégico Castra Aestiva, con una función temporal muy corta, pero con permanencia de un destacamento algún tiempo más en un recinto adaptado a una vexillatio, todavía hoy conservado y que una investigación arqueológica podrá aportarnos datos para su caracterización y datación.

    Por otra parte, y teniendo en cuenta la referencia de Cesar en Bellum Gallicum (III, 21-23-26), referente a la participación de fuerzas venidas en ayuda de los aquitanos desde el Sur, compuestas de veteranos de las guerras sertorianas y cántabros enemigos de Roma, abre la posibilidad, de que este campamento perteneciera a estas tropas en marcha de aproximación, pues utilizaban las mismas tácticas militares. De momento no tenemos ningún elemento ni artefacto para determinar la filiación de las tropas aquí acampadas, ni para que todo esto que decimos, sea más que una hipótesis.

    Quedan aún muchas dudas e interrogantes en el aire, que sólo podrán ser resueltas, mediante una investigación arqueológica y siendo conscientes, de los escasos resultados que, suelen aportar las intervenciones en este tipo de yacimientos.

    En este momento estamos acumulando información para asegurar la existencia de un distrito minero que abarcaba el Pirineo occidental desde Mendilaz en Orbaitzeta hasta el cabo de Higuer en el Cantábrico (Urteaga, 2008: 1-41), aglutinando la zona de las mineralizaciones más importantes, integrando una buena parte de las minas que los aquitanos explotaban antes de su conquista y las del área vascona de Peñas de Aia, abarcando las cuencas del Bidasoa, Nive, Nivelle, Urumea, Leizaran, Mediano y cabeceras de los ríos Arga, Urrobi e Irati, la identificación de tres calzadas mineras, el elevado número de minas antiguas y este sistema de protección militar que nos ocupa, nos lleva por buen camino, que si bien, no generaron documentación escrita entre los cronistas greco-latinos, quizás fue, por funcionar dentro de una completa normalidad y la ausencia de conflictos en su época.

CONCLUSIONES

    No arriesgamos mucho, interpretando estos enclaves y sus atributos como unos recintos militares de esta época romana, independientemente de que no contemos con artefactos suficientes para una confirmación arqueológica, los atributos y vestigios a la vista, nos facilitan argumentos como para realizar esta propuesta como hipótesis de trabajo.

    Así mismo, la similitud de varios de ellos, tanto en dimensiones, formas, su localización sobre el terreno en su relación con los caminos y minas nos indica una pauta que no es casual, sino causa de una organización buscada.

    Estos destacamentos, se asentarían poco antes del cambio de era, en un proceso de gran actividad por obras en importantes calzadas, reorganización del territorio tras la conquista de Aquitania y la victoria de Augusto en las guerras cántabras, formando parte del sistema de protección militar del distrito minero del Pirineo Occidental, fuerzas que, durante un tiempo habrían permanecido asegurando el territorio que se puede identificar como el Saltus Vasconum.

    Pero a nuestro juicio, la conclusión principal es que, la importancia que los romanos dieron a este territorio no se corresponde con nivel de información que nos ha llegado y por tanto señal inequívoca del trabajo de investigación arqueológica que falta por realizar para comprender tantas incógnitas como se nos plantean.

    Si estos trabajos aportan algo y alguien extrae algo positivo de ellos, será el único pago que admitiremos con agrado pues la afición y la ilusión nos ha sobrado y eso solo se paga de la misma manera.  

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VIAS Y CAMINOS ROMANOS COMO PATRIMONIO

sábado, 11 de febrero de 2023

LA IMPORTANCIA EXTRATÉGICA DE LA RED DE CAMINOS ROMANOS EN TIERRAS VASCONAS

  Transcripción de la ponencia realizada dentro del VIII simposio: Los Caminos que nos atraviesan-Zeharkatzen gaituzten bideak, organizado por Nabarralde el 22 de octubre del 2022 en el Museo de Navarra.

  Hablaremos sobre la relevancia, que tuvo el territorio de los vascones para los caminos, que Roma necesitó en el inicio de la nueva Era

  Lo explicamos en una reciente publicación editada por Aranzadi Zientzi Elkartea, basada en la vía Tarraco-Oiasso y tres caminos mineros reconocidos recientemente de impresionante ejecución.

  Antes de comenzar a narrar el recorrido, creo necesaria, una rápida explicación de cómo eran las calzadas, porque, tanto si abrimos un libro como si entramos en Internet, veremos multitud de imágenes, con bellísimos dibujos y fotografías de vías romanas, que, nada tienen que ver con las calzadas que recorrían el imperio.

  Estas fotografías explican de manera gráfica, que las calzadas por lo general, se afirmaban con grabas gruesas al fondo y finas con arenas en la capa de rodadura.

  Así una vez compactadas, resultaba la más lógica para la tracción animal, puesto que los romanos no herraban y necesitaban suelos elásticos y suaves para que, las pezuñas de los animales no se gastaran, como así ocurría, circulando por suelos duros enlosados, que si, existían en las ciudades, precisamente para evitar las excesivas velocidades.

  Vemos, dos sondeos realizados en Zaldua-Iturissa donde se preveía el paso de la calzada a la entrada y salida del yacimiento, el resultado fue: una perfecta visión de la estructura de la misma, que nada tiene que ver, con la interpretación tradicional de esos caminos empedrados tan bonitos, que ilustran muchas publicaciones incluso en la actualidad.

   La Tarraco-Oiasso, es la primera calzada que los romanos tienden en el territorio norte vascón, unía el Mediterráneo con el Cantábrico, comienzan a construirla en tiempos de la República y pronto alcanzaron Osca-Huesca. 

Eran tiempos de conquista y desde Huesca descienden a la ribera del Ebro, por cuyo valle canalizarán las legiones para ocupar los territorios celtíberos, berones caristios etc.

  Para ello, tienen que atravesar territorio de los vascones del sur, por donde construirán la importante Vía Norte de Italia in Hispania o Tarragona-Astorga, pasando por Ablitas, Cascante, Gracurris (Alfaro) y Calagurris (Calahorra) que según los romanos eran ciudades vasconas.

  Así, fueron crearon una extensa red de calzadas, donde la tierra de los vascones o la actual Navarra tuvo una importancia estratégica capital, como vemos en este mapa, y de ahí el subtítulo de esta comunicación.

Itinerario de la Iter XXXIV o Astorga-Burdeos (Wikipedia)

  Si bien, las fuentes clásicas aportan poca información de la Tarraco-Oiasso, es suficiente para saber que existió, pero, ni el Itinerario de Antonino ni el Anónimo de Ravena, nos hablan de ella. 

  Estos documentos, dan más información sobre la Tarragona-Astorga y la Astorga-Burdeos, con la relación de sus mansiones y distancias entre ellas y donde comprobamos, la utilización de una misma calzada para diversos itinerarios, como vemos que pasa, en este mapa desde Astorga hasta Briviesca (Virovesca) para la Iter XXXIV y como veremos qué pasa más adelante con la Tarraco-Oiasso y la Beneharno.

  De las tres calzadas importantes que atravesaban el Pirineo, dos pasaban por territorio vascón.

  Como hemos avanzado, la vía Tarraco-Oiasso se comienza a construir apenas se fija la capital de la provincia Citerior en Tarraco, tempranamente a tenor de los miliarios registrados, pero, no sabemos cuándo se termina, en nuestra opinión, sería tras la conquista de Aquitania en el 56 a. C, porque intuimos, que la frontera entre aquitanos y vascones era el río Bidasoa, al menos, hasta Oronoz-Mugairi, para desde aquí, alcanzar la divisoria de aguas pirenaica hasta el Mediterráneo.

  Al comenzar nuestras investigaciones, nos fijamos en un camino, que por la ortofoto del vuelo de Ruiz de Alda (1927-29), llamo poderosamente nuestra atención por su diseño, con grandes alineaciones en plena montaña, cuando pudimos reconocerlo íntegramente, comprobamos, que era romano y nos llevaba al coto minero de Txangoa.

  Como una cosa lleva a la otra, a raíz de este hallazgo reconocimos otros dos caminos de la misma naturaleza, uno en Bera y otro en Etxalar.

  En este mapa podéis ver en blanco las tres en relación con las calzadas importantes. 

  Estos caminos mineros, nos indican sin lugar a dudas la existencia de un distrito minero, pues son fuertes inversiones que el reino de Navarra nunca podía realizar.

  Tras las dos guerras civiles, Sertorio contra Pompeyo (82-72 a. C.) y de Cesar contra Pompeyo (49-45 a. C.), la llegada de Augusto con sus legiones, la consiguiente derrota de cántabros y astures y la apropiación de las minas de oro del noroeste peninsular, llevo a Augusto, a la reorganización de toda la península y especialmente al territorio que nos afecta.

  Dedica un gran esfuerzo a las calzadas en nuestro territorio, construyendo rápidamente la Asturica-Burdigala y otras, como la que unió Caesaraugusta con Pompelo por Cara, la Caesaraugusta-Beneharno y la que conectaba Zaragoza con la Iter XXXIV por Artzibar, estas dos últimas, utilizaban tramos de la Tarraco-Oiasso en sus recorridos.

  Toda esta preocupación, tendría su razón de ser por la minería, que, aquitanos y vascones explotaban y que los romanos bien conocían, lo que los llevó, a organizar un distrito minero pues este era el objetivo que buscaban para mantener su imperio.

  Ya tenemos información, de una gran cantidad de minas con labores romanas en Itxasou, Amaiur, Arizakun, Bidarrai, Baigorri, Banka, Urepel, Luzaide, Lanz, Txangoa, Oyiartzun, irun, Bera Lesaka, Igantzi, Etxalar, en fin, una larga lista donde se explotaron minas de oro, plata, cobre, hierro y plomo.

  Algunas son tan evidentes que con solo fotografías podemos asegurar que fueron explotadas en la antigüedad, pero es que, por lo general, cuando se investigan se comprueban extensas labores de época romana y anterior.

  Esto es muy importante, tanto que, como Mertxe Urteaga propone relacionando el Saltus Vasconum con este distrito, cambia totalmente la visión que se ha venido dando de esta parte del Pirineo.

  Volviendo a la Tarraco-Oiasso, tras entrar en la actual Navarra alcanzaba Liedena, cruzaba el Irati en Lumbier y por la margen izquierda discurre hasta el actual Aos. Aquí, volvía a atravesar el Irati y en su margen derecha, nos encontramos con un asentamiento protohistórico, donde, los materiales que se han recuperado son romano-republicanos, variados y significativos de un ambiente militar.   Se trata de Iturrotz y bajo este asentamiento convergen varias calzadas, lo que se puede considerar, como un cruce de caminos idéntico al que tenemos en las carreteras actuales muy cerca en Urrotz.

  Todos estos materiales, depositados en su día en el almacén de la sección de patrimonio del Gobierno de Navarra, nos conducen al s. II-I a. C. situándonos en plena conquista romana y perdura al menos, hasta el Alto Imperio.

  Fue testigo probable de la construcción de las calzadas, siendo la Tarraco-Oiasso la primera que se construye en su trayectoria hacia Oiasso-Irún.

  Desde Iturrotz, discurre por la margen izquierda del río Erro hasta Gazteluzar en Urrotz, poblado fortificado protohistórico, que, llegó hasta la segunda Edad del Hierro, pero no se romanizó, a tenor de los materiales de superficie.

  Continuando, llega a Lizoain camino de Urotz.  En la antigua iglesia hoy centro cultural, se localizaba una piedra incrustada dentro del altar, su apariencia nos sugería un miliario, se extrajo y aunque no contiene epigrafía no se nos ocurre otra utilidad, tenemos que tener en cuenta que, más del 70% de los miliarios eran anepígrafos porque todos se pintaban, incluso los que estaban gravados (como vemos en la fotografía).

  En su día, se instaló de esta manera para su utilización como altar, así, tiene tallado en su base, un hueco cuadrado para alojar la reliquia.

Esto nos sugiere, la gran importancia, que, esta piedra tenía para los naturales.

Este mismo caso pudo darse en Zandueta, donde, en su iglesia se halló otro miliario con hueco para reliquias, aunque este se encontró fuera del templo.

  Esta fotografía es el ejemplo, de la función y decadencia, cuando se amontonaban miliarios en un lugar que llamamos nidos; decae su interés mensurable y pasa a ser más publicitaria.

  Tenemos que señalar, que, venimos discurriendo por el antiguo camino real de Pamplona a Lumbier.

  Entre Azpa y Egües, pasaba bajo el gran castro de Urri, aunque es probable que para entonces ya estuviera abandonado, pues, es un candidato para un posible sinecismo en veneficio de Pompelo.

  De este, se dirige hacia Olloki donde había un vado y tras cruzar el Arga, por el collado de Burrin alcanzar Arre, remontando por la orilla izquierda del Ulzama.

En Ezkabarte, Odieta y Anue, el recorrido se encuentra solapado por la actual carretera, pero pueblos como Sorauren y Olagüe, sugieren su origen en época romana.

  Los indicios, se hacen muy evidentes al comenzar el ascenso del puerto en Gazteluzar (Arraiz), con restos de una gran trinchera y plataforma, que es el resultado de la erosión del agua canalizada por las ruedas de los carros.

  En este lugar realizamos una limpieza, donde se comprobó la estructura y el afirmado de la calzada.

  Aquí vemos la plataforma con la profunda trinchera, consecuencia, del insistente paso de carros hasta la zona minera de Mangonada donde hubo una cantera de areniscas, pero la misma trinchera ocupa solo la mitad de la anchura de la plataforma.

  Otra limpieza en Mangonada, permite apreciar el perfil alomado de la calzada, el afirmado, la capa de rodadura y un detalle que no es casual

  No es casual que durante la mayor parte del ascenso al cambio de vertiente, atraviesa un terreno geológico que los ingenieros buscaban con ahínco, pues en su composición están presentes, las zahorras ideales para el afirmado y capa de rodadura, con el ahorro que esto suponía, así vemos grandes huecos de canteras donde se extrajo como aportes in situ y la fotografía es uno de los numerosos ejemplos.

  En la subida también se observa la amplitud de la vía, como en este tramo con hayas creciendo en medio de la plataforma, por exceso de anchura para la forma de transporte histórico.

  Una vez alcanzado el rellano de Iterrizokoa, llegamos a la venta de Odolaga justo en la muga pero en término de Baztán, sería un lugar de apoyo y descanso de la calzada, antes del cambio de vertiente y una perduración de época romana por la existencia de un manantial, buenas condiciones ambientales y donde se aprecia una posible fortificación romana.

  Nada más entrar otra vez en término de Ulzama (flecha central), realizamos un corte estratigráfico del camino donde apreciamos la anchura original y las diferentes tongadas de las sucesivas reparaciones.

  La composición del terreno, les seguía proporcionando las grabas para el mantenimiento del camino.

  En el cantil del sondeo, pudimos apreciar las dimensiones del afirmado con una potencia de 90 cm y una anchura original de 5 m, que aumenta hasta 8 con los sucesivos arreglos.

  Y al llegar al cambio de vertiente, encontramos un callejón perfectamente tallado en la roca, para superar un afloramiento de conglomerados y girar al Este perdiendo altura suavemente hasta alcanzar la ladera oriental del Txaruta.

  Todo este recorrido desde Arraitz, es el más espectacular, quedo en desuso como Camino Real en el s. XIX, cuando se construyó la nueva carretera por Belate y así nos encontramos la plataforma interrumpida y ocupada con buen número de ardibordas, hoy casi todas arruinadas.

  El propio desmonte para hacer la plataforma, les proporcionaba piedra arenisca en abundancia para los muros de contención, además, de grabas para el afirmado y la capa de rodadura.

  Bajando, alcanza Gaztelu en término de Donamaria y de aquí directamente a Doneztebe.

  La foto, es una vista de la bajada por Galzadaburu hasta Amonabidea para entrar al casco urbano actual.

  Señalamos tres topónimos de posible relación con la calzada como son: Galtzada, Galtzadaburu y Galtzadaburuazpia.

  A partir de Doneztebe y tras atravesar el Bidasoa, discurre por su orilla derecha con fenomenales evidencias en los desmontes.

  Atraviesan un terreno geológico del Devónico superior–Carbonífero y al tropezar con un macizo de esquistos, dejaron tallados unos desmontes en la roca que parecen cortados con sierra.

  Ahora la vieja carretera con poco tráfico, permite apreciar el extraordinario trabajo que realizaron hace 2.000 años y es una pena, que, se hayan destruido hermosas labores cada vez que se han acometido trabajos de mejoras en la carretera.

  Por suerte muchos miles de metros cuadrados de estos desmontes artesanales se han conservado, a pesar de la poca sensibilidad habida para preservarlos, independientemente que su atribución fuera achacable a los romanos o a cualquier otra época.

  La vieja carretera del s. XIX, aprovecho los desmontes de la antigua calzada respetándolos al máximo y las mejoras, siempre se hicieron hacia el río con muros de contención. Esto habla bien del trabajo que hicieron los ingenieros romanos y el deterioro histórico hay que achacar, a la carencia de un poder con capacidad de mantenimiento desde la caída del imperio hasta el s. XIX en que se arregla la carretera.

  Encontraremos, detalles tan llamativos como el que vemos en la fotografía junto a Latsaren Borda en Sunbilla, donde existe un puente en la carretera vieja, y bajo él se conserva labrado en la roca el paso de la regata de Bustiolaran, de esta manera, consiguieron canalizar la corriente ahorrando un estribo y consiguiendo una cimentación segura del otro.

  Así, discurría la calzada por la orilla derecha del río hasta las cercanías de Bera donde se da un cambio geológico, desaparecen los esquistos y afloran los granitos.

  A principios del s. XX excavando el canal para la central eléctrica de Zalain, aguas abajo del cementerio de Bera, se fueron recogiendo unas 200 monedas.

  No era producto de un ocultamiento, sino perdidas casuales, lo que nos sugiere, la existencia de restos romanos importantes por comprobar.

  Estas que vemos en la fotografía, son las únicas que se han conservado referenciadas de este lugar, aunque, en Bera es posible que se hayan guardado algunas más. Todas son alto-imperiales del s. I y II, y denotan un largo periodo de pérdidas y por tanto, un asentamiento humano de importancia.

  La Calzada en Endarlatsa cruzaba a la margen izquierda para terminar en Irun.

  No descubrimos nada nuevo si decimos, que estamos en la zona minera más importante de toda Navarra y que, en toda la regata están los montes como queso de Gruyere, pero también Malerreka, Leizaran, Goizueta y todo Baztán, como Lapurdi, Baja Navarra, Luzaide, Lanz, Aezkoa y Aralar. 

  Con este comentario, quiero incidir en la hipótesis de M. Urteaga y coincidimos con ella, sobre la existencia en época romana de un distrito minero, distrito que abarcaría toda la zona de las mineralizaciones en el Pirineo Occidental en ambas vertientes, integrando en él, todas las famosas minas ya conocidas y explotadas por los aquitanos, como las que aludían Plinio, Estrabon y la practica minera referenciada por Julio Cesar en sus famosos comentarios de Bellum Galicus.

  Es fácil, que en el futuro se den algunas sorpresas importantes de época romana en el norte de Nafarroa.

  Para terminar, los que os decidáis a leer nuestro libro, encontrareis mucha información y los motivos que nos llevaron a interpretar, la existencia de un Distrito Minero, porque los tres caminos mineros reconocidos, solo se pueden justificar con esta deducción, eran parte importante, de las dotaciones del mismo y probablemente, no serían los únicos.

  Los distritos, pertenecían a la hacienda imperial, se gobernaban con plena autonomía por un Procurator nombrado por el mismo emperador, y solo rendían cuentas a éste.

Por cierto, es muy probable que, el tan nombrado Saltus Vasconum, fuera la referencia directa de este distrito.

  Tenemos que ver, toda esta información de la época romana con naturalidad, en poco tiempo tendremos mucha más y esto, en una comarca donde se ha tenido una visión romántica de falta de romanización, no es fácil de asimilar por algunos, pero está claro, que los siglos de romanización están en algún sitio esperando a que los descubramos.

  Solo hace falta un poco de sensibilidad y otro poco de afición, pues al fin y al cabo es nuestra historia.

LA CALZADA ROMANA EN EL PASO DEL PIRINEO VASCON

martes, 7 de febrero de 2023

El presente trabajo es la transcripción de la presentación de la Calzada romana del Pirineo vascón en su paso por Ibañeta, realizada en la Universidad Autónoma de Barcelona el día 30 de noviembre del 2017.

Venimos del Pirineo vascón agradeciendo la amable invitación para estas jornadas, acudimos con la ilusión de dar a conocer, el trabajo que hemos desarrollado desde el 2011 hasta ahora.

Fue el 28 de agosto de ese año, cuando, intentando limpiar el musgo que recubría una piedra, empezó a quedar al descubierto una inscripción, estaba, junto a un viejo camino en desuso, la identificamos inmediatamente como un miliario, Igual que otras dos piedras alargadas que estaban cerca.

Este descubrimiento fue, el inicio de un trabajo de investigación que ha durado 6 años.

La metodología que hemos utilizado no tiene nada de particular, es la más sencilla partiendo de este hallazgo.

Comenzamos con la prospección visual, recorriendo este camino en las dos direcciones desde este punto, nos tropezamos con dilemas que fuimos superando, unas veces, utilizando los conocimientos actuales sobre la ingeniería romana y otras a base de intuición dentro de una exagerada vegetación… solo diré que el machete ha sido compañero necesario durante todos estos años… a lo Indiana Jones.

Posteriormente, utilizamos orto-fotografía histórica, cartografía antigua, toponimia, consulta de documentación en los archivos territoriales, publicaciones de caminería, etc.

La siguiente fase fue, la limpieza en puntos concretos del recorrido que identificábamos y por fin, la puesta en común de los resultados con expertos del resto del estado y unas jornadas celebradas en Auritz-Burguete.

Para cuando ya teníamos avanzado el trabajo, descubrir el mapa generado por el LIDAR que nos habría ahorrado muchos días de esfuerzo.

La presentación que hemos preparado, la iniciamos en Campo Real-Fillera, situado en la divisoria de Navarra y Zaragoza junto a Sangüesa. Nosotros creemos que por aquí pasaba la Tarraco-Oiasso en dirección de Pompelo.

Esta se habría utilizado para la Caesaraugusta-Beneharno por la canal de Verdún y hacia Pamplona para la Astorga-Burdeos.

Así llegamos a la villa de Liedena, que más que una villa diríamos una mansión al servicio de la vía.

El siguiente salto nos lleva a Iturriaga, yacimiento todavía inédito a las puertas de Lumbier. Los materiales de superficie son de prestigio y con una secuencia previsible de Alto y Bajo Imperio.

Aquí divisamos Lumbier al fondo, desde la calzada en Iturriaga, puede tratase según Plinio, del Oppidum de los Iluberitani, estipendiario del convento Caesaragustanus. 

Mientras la calzada discurre solapada por la carretera hasta la localidad de Ripodas.

Aquí la vemos labrada, recorriendo el borde de la segunda terraza del río Irati.

Yacimiento catalogado como de la Edad del Hierro, pero, con materiales de superficie romano-republicanos.

En la fotografía, podemos ver la trazada que pasa por debajo labrada

Y abandona la ribera del río Irati, con un evidente caballete, para alcanzar la orilla izquierda de la regata de Gurpegi.

Llegamos, a la localidad de Erdozain que conoció días de más esplendor y la vemos labrada manteniendo un potente terraplén.

Alcanza Olaberri y justo en frente localizamos el castro inédito de Murugain.

Como vemos en la orto-fotografía, estuvo bien protegido con defensas adelantadas y una potente muralla con torres.

Avanzamos por el fondo del pequeño valle hasta el Campo de la Cabaña, desde, donde asciende al collado de Etxabarren y abandona la cuenca de la regata de Gurpegi para pasar a la del río Urrobi

Cerca al norte, localizamos el castro de Asnotz, en el señorío del mismo nombre y también inédito.

La calzada desciende hacia la localidad de Nagore por el barranco de Tejería, con fuerte trinchera y plataforma.

Frente a Nagore por el este y en el Alto de la Peña, otro castro inédito, vigila los valles del Irati y del Urrobi. 

Los materiales de superficie nos sitúan en el horizonte del siglo I a. C., con cerámica campaniense y común romana, pero no sigillata, creemos que cuando se construye la calzada lo abandonan y bajan a la orilla del río.

Descendemos junto al río, donde la calzada discurre por la margen derecha solapada por la carretera y en la izquierda localizamos un yacimiento romano en el señorío de Artzi.

Tras la realización de un estudio geo-magnético, este año, se ha intervenido para ratificar los resultados de este trabajo, confirmándose plenamente con el hallazgo de un hipocausto y la comprobación de diferentes edificios en una superficie de más de una hectárea.

Aparecen los materiales habituales de este contexto.

Cerca en Zandueta, se descubrió un miliario que se hallaba depositado junto al atrio de la iglesia en ruinas y muy cerca de la calzada.

La vía sigue, pasando por la localidad de Uriz que también conoció días con más lustre y tras rebasarla, se separa del río y asciende por la solanera del valle.

Urdirotz es testigo de su paso en dirección de Saragüeta dentro de una tupida vegetación y muy alterada. Hay que tener en cuenta, que pasamos por un terreno de Margas y Calizas pobres, donde la erosión es brutal.

Alcanzamos Saragüeta, donde se ha localizado otro castro de importancia, que aprovecha fuertes acantilados naturales, completando su defensa, con grandes fosos y murallas. La calzada continúa ascendiendo

Alcanza el collado de San Pau y tras pasarlo, cambia la geología, entramos en terreno triásico, donde los vestigios están mejor conservados y son más evidentes.

Las plataformas y trincheras se suceden un par de millas hasta alcanzar el collado de Iratzetakolarre.

Estamos en una zona donde afloran conglomerados en descomposición, que generaron, importantes depósitos de zahorras de diferentes tamaños. De esta manera, disponían de inmejorables materiales sin necesidad de transporte, como podemos apreciar, en la multitud de canteras que se contabilizan en el mapa del vuelo LIDAR.

Poco más adelante llegamos a Mugarriluze, donde aparecieron los primeros miliarios.  En la fotografía vemos el estado original cuando fueron hallados.

La siguiente nos muestra el lugar tras una limpieza de hojarasca y tierra vegetal, y se observa, una alineación de piedras que interpretamos como restos del bordillo de la calzada.

Esta nos muestra, el miliario de arenisca triásica dedicado a Constancio que fue el primero que se identificó.

El segundo se levantó en honor de Aureliano y el tercero no conserva epigrafía, posiblemente por ser de caliza fácilmente degradable por la humedad, o nunca la tuvo.

Milla y media más adelante alcanzamos la llanada de Errozabal, una de las más grandes, si no, la mayor del Pirineo. Hasta esta llegaban varias rutas pecuarias prehistóricas, como demuestran, la gran cantidad de megalitos existentes en ellas. Al ser uno de los principales pasos del Pirineo, es de suponer, que era utilizado por toda clase de gentes. Así en la Edad del Hierro, los nativos tomaron medidas para el control del territorio y su defensa. Descubrimos tres castros que servían a estos propósitos, al Oeste Mezkirizperro en Aurizberri-Espinal, al Sur Bidausi en Auritz-Burguete y al Este Irumeaka en Garralda.

Estamos en Errozabal y en la orto-foto se aprecia razonablemente bien el trazado de la calzada hasta la necrópolis que hallamos en 1985.

Esta fue excavada en 1989-90 y 94 y nos daba la seguridad de que cerca tenía que localizarse la población.

Esto nos llevó en el 2012 a plantear 4 sondeos enZaldua, los cuatro resultaron positivos, dándonos una información insospechada que en las fotografías podemos ver.

Se realizaron cortes a la entrada

Y salida del yacimiento para confirmar la calzada y su estructura, apareciendo como podemos ver el afirmado de la misma.

La Calzada, continúa hacia Auritz-Burguete y Orreaga-Roncesvalles con largas alineaciones. Podemos apreciar en la fotografía la diferente coloración de la hierba sobre ella

Entrando en el término de Roncesvalles, vemos la calzada seccionada longitudinalmente por el paso de carruajes,

Formando un canal hasta llegar a las arcillas.

Sobrepasando Roncesvalles ascendemos hacia el collado de Ibañeta y 400 m antes, localizamos una piedra caliza fuera de lugar, sospechamos que podía ser un miliario y tras intervenir aparecieron dos.

Uno solo era un fragmento del fuste que nos permitió interpretarlo y atribuido a Galerio, el otro, aunque contiene epigrafía, no lo hemos podido atribuir.

En esta foto (de alrededor de 1900) vemos la carretera inaugurada en 1881, cuando el transporte se realizaba con tracción animal, aunque, podemos ver que ya circulan vehículos a motor y podemos apreciar también, las ruinas del antiguo monasterio de San Salvador.

Ya en el descenso vemos grandes trincheras, parcialmente rellenas por derrubios del último ensanchamiento de la carretera y

Como resultado de siglos de uso y la erosión por la lluvia en las pendientes.

Tras atravesar Zubibeltzeko Erreka donde la toponimia nos indica que hubo un puente negro, empezamos a observar desmontes verticales en los esquistos, vemos fuertes alteraciones por el uso continuado y

Repetidas trincheras hasta llegar a Soraundi.

Aquí existe un rellano que nos pareció antrópico y que reunía condiciones como para situar un área de descanso o refugio.

Practicamos un sondeo de 2 x 1, que no nos dio estructuras, pero si un suelo de tierra batida con varios hogares y una fíbula de bronce.

Alcanzada la regata de Errekaundi, al advertir marcas de pico… hicimos la primera limpieza, que nos dio la pauta para actuar en la localización de niveles originales.

a continuación, fuimos encontrando más evidencias, pudimos interpretar la distinta evolución física de la calzada convertida en un mal camino de herradura.

Hallamos, cubiertos por la vegetación los desmontes verticales y en ellos este y otros petroglifos grabados. Continuamos hasta Erredorai

En este punto, tenían que superar un acantilado y se abrieron paso con un gran desmonte. El buzamiento de los esquistos, favoreció el deslizamiento de un tramo de la vía que se desplomo y se rehabilitó 9 pies más bajo (2 m), esto se ve, en las marcas que se repiten en los dos niveles, dejadas por los bujes y llantas de los carros.  Después, ha terminado como un estrecho paso de mulas y varios metros por debajo del nivel romano.

Al llegar a la regata de Erredorai, observamos en la tajea de la carretera de 1881, la utilización de sillares almohadillados de cuarcita, colocados de cualquier manera menos para la que fueron labrados, deducimos que estos sillares podían ser romanos, pues, 50 m aguas arriba, tenía que localizarse un puente o tajea, hicimos una limpieza y hallamos la caja de la cimentación del estribo sur.

A partir de aquí, la carretera asume el trazado de la vía hasta Luzaide-Valcarlos.

En esta localidad, conseguimos esta antigua fotografía que dibuja muy bien el discurrir de la calzada antes de construir la carretera en el siglo XIX, por supuesto hoy es difícil verla por la gran humanización sufrida y la espesa vegetación que recubre la ladera, pero nos llevó al lugar donde cruzaba el barranco de Xokotoko Erreka,

Donde se conservan los estribos del antiguo puente.

Llegando a Arnegi, punto donde el río marca la frontera, hacemos una reflexión sobre el Camino de Santiago. 

Viene al caso porque esta vía que estudiamos, ha sido el camino histórico tradicional. Esto lo vemos, por los 8 hospitales, que atendieron a los peregrinos jacobeos en esta ruta, ruta hoy marginada por el Camino Alto a pesar del peligro que tiene.

Nos adentramos en el estado francés, comarca de Garazi-Saint Jean Pied de Port y terminamos en Saint Jean le Vieux-Donazarre donde se reduce Immus Pyrenaeum

Ya hemos llegado al Immus Pyrenaeum.

Aquí dibujamos los perfiles horizontales y verticales de los dos caminos para comparar y ver la diferencia, entre el alto, que se ha indicado con insistencia como la vía romana y el ahora comprobado. El alto, también estudiado por nosotros, siguiendo las pautas de los ingenieros romanos incluso con corte arqueológico del camino, se demuestra imposible como calzada, lo que no quita, que como ruta pecuaria que fue, no fuera utilizado por las legiones para la conquista de Aquitania, antes de la construcción de esta vía.

En cuanto al perfil vertical se aprecia fácilmente la diferencia en beneficio de la “Baja” sin contar con la nieve que inhabilita el alto, 4 o 5 meses al año.

Así llegamos a las siguientes conclusiones:

Se ha constatado la existencia de una calzada por el valle del Urrobi.

Documentando dos nidos miliarios in situ, y un miliario en posición derivada, siendo 6 los miliarios encontrados.

Hemos comprobado una villa o mansió en el Señorío de Artzi.

Una población de gran extensión en Aurizberri-Espinal y Auritz-Burguete, donde se viene reduciendo Iturissa.

Se han verificado y catalogado varios recintos fortificados protohistóricos vascones.

Y por fin, se ha fijado definitivamente el recorrido de la vía por Luzaide-Valcarlos

Con esto termino agradeciendo su interés, confiando haya sido de su agrado y quedando a su disposición para cualquier aclaración.

Moltes gràcies pel vostre interès, Eskerrik asko

DE HISPANIA IN AQUITANIA AB ASTÚRICA BURDIGALAM

sábado, 2 de abril de 2022

Tramo de Pompelo a Iturissa metro a metro

Habiendo oído toda la vida relatos sobre el hipotético paso de una calzada romana por Aurizberri-Espinal y contando con la información que han aportado las investigaciones llevadas a cabo estos últimos años en esta zona del Pirineo, hemos decidido ocuparnos seriamente del posible recorrido.

En principio, este recorrido lo considerábamos como seguro porque “doctores tiene…”, a raíz del reconocimiento de la calzada, que viniendo de Zaragoza llegaba al yacimiento de Zaldua (Auritz-Aurizberri), empezó a preocuparnos este tramo de la Astorga-Burdeos, tras los primeros recorridos sin hallar indicios serios, relegamos esto para mejor ocasión y pusimos nuestro esfuerzo en la Tarraco-Oiasso aunque sin olvidarnos de ella, hasta que por fin, en octubre del 2018 encontramos un indicio seguro como un miliario en Esteribar. La aparición de esta pieza, nos obligaba a reintentar encontrar esos vestigios, que, nos concretaran por donde discurría esta vía con los pies en el suelo.

Recogimos, interesante información de personas mayores propietarias de fincas por donde en nuestra opinión, pasaba el camino anterior a la construcción de la carretera, así llegamos a la conclusión de la necesidad de realizar un estudio diferente mirando más al suelo que al papel, donde la arqueología estará poco presente, entre otras cosas, por dar importancia a los vestigios observados, considerarlos muy significativos y suficientes como para asegurar el trazado de esta calzada. Siempre van a quedar cabos sueltos y detalles que en el futuro puntualizarán o concretarán aspectos de nuestra propuesta, al menos, es lo que esperamos.

En 2011, empezamos a investigar las calzadas romanas en el norte de Navarra por una incidencia que se dio en nuestra búsqueda de megalitos, actividad que en ese momento nos tenía ocupado y fue el hallazgo e identificación de tres miliarios romanos en pleno bosque de hayas de Aurizberri-Espinal.

Esto nos hizo recordar indicios y evidencias que años antes, permitieron la excavación de dos necrópolis romanas y un asentamiento en esta misma localidad.- Previsiblemente en relación con la Vía Astorga-Burdeos, cuyo recorrido tradicional pasaba por la primera de las necrópolis que se excavó.- Pero este nuevo hallazgo ponía en tela de juicio lo expuesto, puesto que, ninguna referencia existía en las fuentes clásicas sobre una vía que viniera por Artzibar, solo la intuición de J. Altadill generó una referencia a la posible calzada que ascendiera por el Urrobi.

Recorriodo de la vía desde Asorga a Burdeos

Al terminar de estudiar esta calzada que venía de Zaragoza, teniendo en cuenta, las distancias del Itinerario de Antonino, y la previsión de que existiera una calzada anterior como la Tarraco-Oiasso junto con la falta de evidencias seguras, nos inclinábamos por considerar el tramo de la Tarraco-Oiasso desde Pompelo a Iturrotz (Longida), como el recorrido de esta vía, para después remontar por el valle del Urrobi.

Esta alternativa además, casaba mejor las distancias que proporciona el Itinerario de Antonino con los yacimientos ya conocidos de Artzi y de Zaldua, aunque de todas formas, en adelante hacia el Immo Pirineo tampoco las distancias se podían ajustar a estas medidas.

Miliario de Etxezarreta en Setoain (Esteribar)

Así estábamos, cuando hallamos un miliario en el Valle de Esteribar, este nos obligaba a investigar más detenidamente el recorrido por este valle, al fin teníamos algo sólido, algo que te asegura la posibilidad real de pisar un camino romano, ahora ya estamos recogiendo los resultados y en este trabajo intentamos explicarlos y darlos a conocer.

Empezaremos el recorrido en la Trinidad de Arre para remontar el cauce del río Arga hasta Zubiri, de este lugar ascender al alto de Erro y llegar a Zaldua, en Aurizberri-Espinal y Auritz-Burguete, donde se tiene constancia de un gran yacimiento ex novo romano y que, se viene reduciendo como Iturissa-Eturissa.

DE HISPANIA IN AQUITANIA AB ASTÚRICA BURDIGALAM

ITER XXXIV (ITINERARIO DE ANTONINO, SIGLO III)

Esta vía, es consecuencia de la reorganización que impulsa Octavio Augusto tras su victoria sobre cántabros y astures poco antes del cambio de Era.

Viene desde Astorga por la Vía Asturica Augusta-Tarraco, hasta las cercanías de Briviesca (Virovesca) donde se separa de ella, para dirigirse por Álava y Sakana a Pamplona, de Arre por Esteribar a Ibañeta y descender a Saint Jean le Vieux continuando hasta Burdeos y empalmando también, con la narbonense en Dax.

Este pequeño trabajo, lo dedicaremos al tramo que discurre entre Pompelo y el yacimiento de Zaldua, donde se viene situando Iturissa-Eturissa, lo vamos a desarrollar en formato divulgativo y el resto hasta Saint Jean le Vieux lo podemos ver en: http://www.aranzadi.eus/fileadmin/docs/Erromatar_garaiko_galtzarak.pdf

Será más visual que literaria, argumentando las imágenes, vestigios, evidencias y topónimos, contando con la ortofotografía histórica, el sistema LIDAR y las nuevas publicaciones de caminería romana.

Tenemos muy claro que la coincidencia con el camino de Santiago no es casual sino causal, la existencia desde época romana de un buen camino aun sin mantenimiento, hizo que en la Edad Media esta vía, canalizara los peregrinos a Galicia por la llanada alavesa, luego otros intereses, cambiaron el recorrido desde Pamplona por tierra Estella a la Rioja y Castilla.

Tras largo tiempo recorriendo viejos caminos, sabemos lo difícil que es poder hallar un indicio material que nos garantice estar pisando un camino romano.- Solo analizando cuidadosamente el trazado total del recorrido, podremos tener una cierta garantía para pensar que es así y solo con un conocimiento exhaustivo del terreno podremos llegar a esta conclusión, pero aun con todo, debemos tener claro que un camino magníficamente trazado y que se ha venido utilizando a través de la historia sin mantenimiento, la gran pluviosidad y la tremenda erosión en las laderas, conlleva alteraciones de todo tipo, sobre todo en un territorio como el que nos movemos, de gran diversidad geológica, con zonas de margas, donde la erosión borra todo rastro caminero, convirtiendo las plataformas en cárcavas y torrenteras irreconocibles y la cobertura vegetal que se apodera de ellas, termina ocultándolas.

Recorrer cuidadosamente estos caminos para comprobar estas alteraciones, junto con el conocimiento de las técnicas de ingeniería romanas, nos ayuda a identificar elementos determinantes para certificar este camino como romano.

Todos sabemos, que el trazado más económico es la línea recta pero eso no siempre era cierto cuando debían trazar un camino remontando un río.- Como ya hemos comprobado en otras vías, el mejor y más barato pasaba por utilizar la loma soleada de la segunda terraza, a salvo de inundaciones, en terreno bien drenado y con los mejores materiales para su afirmado, se ahorraba una cuneta, todo el transporte y facilitaba el mantenimiento.- Si hacemos caso a la toponimia, este habría sido el criterio utilizado en Esteribar.

Puente de Atarrabia en la Trinidad de Arre (autor desconocido)

Las fuentes clásicas de una manera u otra, hacen referencia a la vía Iter XXXIV y sus mansiones.- Tanto Ptolomeo, el Itinerario de Antonino o el Anónimo de Rávena, hacen referencia a Iturissa-Eturissa, bien como mansio o como Civitas, situándola a 22 millas de Pompelo y por lo general, la mayoría de publicaciones divulgativas o académicas la dirigen por el valle de Esteribar.

Un reciente trabajo de investigación, hace pasar la Vía Tarraco-Oiasso anterior a la Astorga-Burdeos, por Arre y Ezkabarte, esta circunstancia, plantea un encuentro de ambas en el collado norte del monte Miravalles.- Ësta vía toma dirección de Arleta y Zabaldika hacia el nordeste y la Tarraco-Oiasso al noroeste por el valle de Ezkabarte.

Aunque la humanización y las modernas vías de comunicación han alterado toda esta zona, la fotografía histórica deja bien claro la trayectoria y la importancia que tuvieron hasta la mitad del s. XX.- La primera localidad que este camino comunicaba era Burrin, desolada desde la antigüedad, sin embargo, su iglesia perduró un tiempo como ermita de Santiagoxar.

Pronto llegamos al Señorío realengo y palacio Cabo de Armeria de Arleta donde todavía se ven instalaciones de descanso y posada.

Muy cerca, dejando atrás el Señorío de Arleta, vemos un accidente geológico producto de la acción erosiva del rio Arga, donde la plataforma ha desaparecido en su práctica totalidad en la ripa donde discurría. Este problema, hizo que en la Edad Media desapareciera el uso carretero y se buscaran otras alternativas, se construyeran nuevos puentes como el anterior románico del viejo de Zabaldika y este tramo quedó como camino de herradura.- En la actualidad es paso del camino de Santiago y sendero de viandantes.

Plataforma en Erripaburu mermada por desprendimientos que se ha tenido que cerrar a caminantes por representar un peligro.

Algo más adelante, lo encontramos alterado por las variantes introducidas para dar seguridad elevando el nivel de la senda. El recorrido desde el puente de la trinidad de Arre, se encuentra muy alterado por el uso y sobre todo, por el precipitado de materiales sobre el trazado por labores agrícolas.

Antigua posada en el Señorío de Arleta
Posada de Arleta
Deslizamientos hacia el río en la actualidad
Deslizamiento actual al camino.

En general, en este tramo se aprecian alterados los niveles originales sobre todo hasta el señorío de Arleta, con un continuo sube y baja que nunca habría tenido la calzada romana.

Paquete de gravas del afirmado en Erripaburu

Salvada la ripa en el descenso por Arberoki, la adecuación de un tramo de la senda preparada para el camino de Santiago, nos permitió documentar gráficamente el afirmado en enero del 2013.

Cimentación con piedras y zahorras.

Se compone, de gruesos paquetes de gravas superpuestos unos encima de otros, que, permiten observar un arreglo o restauración de la calzada con una regularización entre ellos a base de tierra y piedras.

Registro del afirmado en Erripaburu

En la bajada de Erripaburu a Arberoki, la trocha preparada para el paso de peregrinos y senderistas, corta los restos del afirmado de la calzada, presentando, una imagen clásica habitual de este tipo de cimentaciones.- Cuando los cascajos lacustres se encuentran cerca, es el mejor y más económico de los materiales y su utilización era común siendo transportados a largas distancias, tanto de las orillas de los de los ríos cercanos, como de los lejanos depósitos cuaternarios, donde dejaban huellas imperecederas en forma de depresiones paisajísticas, pues, eran muchos miles de metros cúbicos los que se necesitaban.

Todos los afirmados, que hemos podido comprobar en Navarra tienen esta misma composición, aunque no todas las zahorras utilizadas son lacustres, muchas otras, proceden de la descomposición de conglomerados y pudingas, comunes en terrenos del norte de Navarra.

Bajada de Erripaburu a Arberoki.

En Arberoki 130 metros al norte de Erripaburu, un pequeño barranco ha vuelto a cortar en parte la plataforma.- Después de una limpieza de vegetación podemos observar otra vez el paquete de cimentación de la calzada, aquí utilizaron piedra en abundancia para reforzar el terraplén y a pesar del uso al que fue sometido y el largo tiempo que este tramo quedo fuera de utilización, se aprecian zahorras lacustres en superficie.

Desde este lugar, la plataforma se dirigía en línea recta al pasaje del barrio de Iturpea y de ahí por Kamiope hacia el hospital de San Miguel en Irotz.

La importancia de estos vestigios es fundamental para fijar el recorrido, y más, contando con la ortofotografía del vuelo de 1927-29.

Inicio en la Trinidad de Arre, en rojo la Iter XXXIV y en morado la Tarraco-Oiasso

Avanzando desde Arberoki cruza la carretera actual, durante un recorrido de 2,5 km, se mantiene por debajo de la misma con un fuerte terraplén, que delata su trayectoria sin ningún tipo de dudas.

Aquí encontramos el topónimo Iturpea, que hace referencia a un manantial y sospechamos que hubo un abrevadero.

Pasando Zabaldika por Kamiope alcanzamos el termino de Irotz, como ya hemos señalado, bajo la actual carretera se conserva el terraplén de la calzada, por lo general sin haber sido ocupado pero cubierto de una espesa vegetación, quizás por tratarse de una estrecha faja afectada con derrubios de la carretera y con poca utilidad agrícola, así alcanzamos el viejo y maltratado puente medieval de acceso a esta localidad hoy camino de Santiago.

Magnífica fotografía de Carmelo Butini (1922) se aprecia el aprobechamiento de gravas
Recorrido entre Zabaldika y Antxoritz
El trazado encajonado entre el antiguo hospital de San Miguel y la Carretera

Junto al puente Iturgaitz, cuyo nombre le da un manantial que desagua junto a su estribo izquierdo, se localizaba el Hospital de peregrinos de San Miguel a cargo de la cofradía homónima, la ermita de Monserrat (algunos la adjudican a San Miguel) y un viejo molino, documentados en 1550 con la fuente.

Este grupo de edificios constituía el barrio bajo de Irotz y se situaba junto a la vieja calzada romana, actualmente encajonada, entre la carretera y el edificio rehabilitado para viviendas del antiguo hospital y después escuela.

Superando estos edificios, discurre bajo la carretera por el borde de un labrado donde afloran zahorras del afirmado hasta la antigua venta (de la Simona), casona a la izquierda de la calzada y debajo de la carretera actual, hoy sus ruinas apenas se ven completamente cubiertas de vegetación.

Zahorras del afirmado en lindero bajo la carretera
Ruinas de la venta camufladas en la maleza

Continuamos comprobando el recorrido de la calzada con un potente terraplén bajo la carretera actual y pasando bajo la localidad de Antxoritz enfilamos hacia Zuriain.

El trazado debajo de Antxoritz y de la carretera

A mitad del recorrido entre ambas, vemos las condiciones que gustaban y buscaban los ingenieros romanos, se trata de la loma de la segunda terraza del Arga a salvo de inundaciones, lo vemos en un antiguo lindero de campos (anterior a la concentración parcelaria), que recorre esta loma cuyo topónimo Legasa, delata la composición de la misma como depósito de cascajos, buscada por los ingenieros por el ahorro que suponía tanto en cunetas como en materiales. Esta manera de actuar la volvemos a ver un poco más adelante en Legarraga con los mismos indicios, se debe tener en cuenta que el transporte era una de las causas más importantes de encarecimiento de las obras, y el disponer de los materiales en el lugar fundamental.

Así pues, no debe de extrañar lo que intuimos más adelante en Idoi donde la toponimia alude a Zubizar, Zubiondoa, Zubiondoko Alorra y Kamiopea, en la misma terraza y debajo de ella.

Normalmente la toponimia aporta mucha información pero suele pasar desapercibida, en nuestro caso, teníamos el convencimiento del paso de la vía por un punto determinado cercano, que, una vez sondeado aportó un resultado negativo, esto hizo fijarnos en una información recogida en Idoi de la propietaria de una finca cuyo topónimo era Zubizar y la colindante hacia el río Kamiopea, estos topónimos indiciariamente, nos informan de un viejo puente y un camino.

Inspeccionado detenidamente el terreno, no vemos indicios ni rastro de ningún puente antiguo, pero si, la posibilidad existente por la llamativa terraza del Arga y la experiencia nos dice, que efectivamente el paso de la plataforma caminera por este lugar es perfectamente homologable con las técnicas y las necesidades de los ingenieros romanos, en realidad, no cambia gran cosa en relación con la recta delineación de la carretera moderna, pero si habría mucha diferencia en el coste de este tramo.

A continuación, el recorrido previsible está solapado hasta Zubiri por la antigua carretera lo que parece indicar que Larrasoaña, Urdaitz y Zubiri, nacen y se articulan por el propio camino.

Lo que no supone, que este valle estuviera despoblado antes de la llegada de los romanos y aunque este no es nuestro objetivo, pondremos solo tres ejemplos producto de las prospecciones del entorno.

Castro de Atekoaitzgaña en el mapa de relieve, SITNA.
Idealización del castro de Murelu (Zubiri)
Interpretación ideal del castro de Measkoitz (Erro)

Atekoaitzgaña en Idoi, Murelu en Zubiri, y Measkoitz en lo alto de la sierra de Esteribar, que no son únicos aunque si son los que tienen una relación más cercana con la calzada, más adelante veremos El Fuerte en Erro y Mezkiritzperro en Aurizberri-Espinal, todos ellos recintos fortificados vascones anteriores a la época romana.

Es muy probable, que la propia incomodidad que suponía la vida en estos recintos, fuera causa de su pronto abandono por lugares más convenientes, cercanos al agua y a la calzada, como habrían sido los actuales de Larrasoaña y Zubiri.

Llegando a Larrasoaña el traszado de la vía correspodía con la calle principal del lugar.- El recorrido encaja perfectamente con lo que los ingenieros romanos habrían buscado, siendo la calzada la que probablemente desde esta época articuló esta población continuando solapada por la carretera hasta Zubiri.

Que Larrasoaña tenía mucha relevancia antes de la Edad Media, nos dicen los tres hospitales que acogió esta localidad, el de la cofradía de Santiago, el de San Blas, y el de los Agustinos, propiedad de Roncesvalles, esto nos da una idea del interés de esta población para los caminantes.

Esta localidad, se puede interpretar por su configuración como pueblo calle, sin duda habría nacido al amparo de la calzada como final de una jornada, por tanto, muy bien pudo ser en su inicio, una mutatio (posada) al servicio de la misma, y en su evolución a través de los siglos, seguir siendo fiel a este origen.- No es solo este pueblo, el que se puede denominar como “pueblo calle”, también veremos más adelante otros como Linzoain, Bizkarreta-Gerendiain, Aurizberri-Espinal y Auritz-Burguete, donde la calzada pudo tener mucha importancia y en alguna de ellas ser determinante.

Que estos kilómetros del recorrido de la calzada fueran asumidos por la carretera moderna (S. XIX), habla muy bien de las capacidades técnicas de los ingenieros y topógrafos romanos y de la buena respuesta que esta vía estaba prestando a través de la historia.

Con esta investigación estamos viendo que, el tratamiento que el imperio romano exigió en esta vía fue el de una calzada importante dentro de su red principal, es así y no de otra manera, que después de 2000 años todavía reconozcamos su estructura en diferentes lugares, a pesar de la climatología y la alta pluviosidad de esta parte de Navarra.

Mapa entre Zuriain y cruce de Akerreta
Mapa de Larrasoaña y Urdaitz
Larrasoaña en el vuelo de 1927-29 (SITNA)

En Esteribar tenemos un itinerario tradicional insistentemente señalado como el de esta importante vía, con una toponimia concordante y un previsible recorrido homologable a las condiciones que buscaban los topógrafos romanos, pero los reconocimientos sobre el terreno, no nos habían facilitado evidencias de su existencia, ahora tenemos el miliario hallado en Etxezarreta aunque este en posición derivada, pues las piezas de este calibre no se trasladaban a larga distancia y en general, terminaban en el entorno más o menos cercano. Somos conscientes que es el primer indicio material importante de esta vía,

Contando con la estupenda ayuda que nos facilita la tecnología LIDAR por exceso (lo que manifiesta) o por defecto (la no existencia) y la cierta seguridad de su trayectoria por el valle, se revalorizan muchos detalles observados con anterioridad, este hallazgo nos garantiza una cierta seguridad para prestar una atención especialmente cuidadosa.

Los miliarios, cumplían originalmente la misma función que los actuales puntos kilométricos, aunque no se limitaban a marcar las distancias, además proporcionaban información sobre quien había ordenado su construcción, origen o destino, evolucionando con el tiempo a loar al emperador como motivo propagandístico. Aunque un porcentaje alto de ellos no se grabaran, siempre estaban pintados, pues tenían que poder leerse sin descender del carruaje y puesto que conducían por la izquierda, estarían colocados en el sentido de su construcción en dirección al Pirineo.

Miliario de Etxezarreta levantado

Miliario labrado en roca caliza procedente de la cantera antigua de Ilurdoz,

No sabemos dónde estuvo situado originalmente, no obstante, habría que buscarla entre Larrasoaña y Urdaitz en el recorrido de la vieja calzada solapada por la carretera. Se trata de una pieza importante para su recuperación y puesta en valor como fundamental evidencia del paso de la Astorga-Burdeos por Esteribar.

La apropiación y desplazamiento de estas relevantes piezas, ha sido práctica común en numerosísimos casos y en todas las vías romanas, localizándose cientos de miliarios transportados de su lugar de origen, con fines de reutilización de diferentes maneras.

Hemos acopiado información toponímica, topográfica y geológica para documentar el trazado que reúna detalles de las características que dotaban los ingenieros a estas vías y que se hayan podido conservar.- Serán pocas, teniendo en cuenta el uso intensivo dado a estos caminos a través de los siglos, los innumerables atajos y variantes, la erosión por las lluvias en laderas montañosas donde desaparecen los afirmados y plataformas.- Sobre todo las largas alineaciones no se repiten en la Edad Media y el transporte carretero desaparece sustituido por el de herradura a lomo de mulas. Solo vuelven a aparecer en el s. XVIII cuando la utilización de barrenos y pólvora negra facilitaron los desmontes para la construcción de las nuevas carreteras, aunque, hasta la aparición (siglo XIX) de la barrena hidráulica y la dinamita no se generalizan estas condiciones.

Conocer esto, apoyándonos con la técnica LIDAR que nos facilita un mapa en relieve eliminando la cobertura forestal, nos asegura la no existencia de otras alternativas a través de la historia, pero además, poder comparar esta técnica con la ortofotografía histórica (vuelo 1927-29 de Ruiz de Alda, SITNA), aporta suficiente información como para realizar un reconocimiento sobre el terreno con gran seguridad, no obstante, nunca estas técnicas evitaran este reconocimiento por incómodas que resulten.

Mapa entre Urdaitz y Zubiri iniciado el ascenso al alto de Erro

Cruce del río Arga

Zubi-iri, como su propio topónimo indica, el puente le da el nombre.- Desde luego la actual arquitectura del mismo nada tiene que ver con la romana, pero no tenemos la menor duda de que en este lugar hubo uno romano.- Los constructores de la vía, la realizan contando con un proyecto perfectamente estudiado, recorren el valle por la solanera y cuando cruzan el río Arga es por el lugar apropiado, una vía como esta, no tendría ningún problema de financiación, habrían construido un buen puente y el propio topónimo lo demuestra, pero si algo ha eliminado todo rastro de grandes obras, han sido principalmente los ríos. En Navarra no se conserva ninguno por más que algunos se empeñen en asegurarlo, aunque es cierto, que existen vestigios. En este caso no se advierten indicios pero el lugar es ideal.

Desde el propio puente comenzaba el ascenso en dirección Este por debajo de la pista actual, por una trinchera irreconocible entre la vegetación, donde el agua de lluvia se canalizó convirtiendo la plataforma en un barranco y deteriorando el camino de manera definitiva, no obstante, indica que el ascenso se hacía de manera progresiva formando un suave arco adaptado al terreno de las curvas de nivel para alcanzar la loma tras un pequeño ziczac.

Habiendo conocido las dificultades que se encontraron allá por los años 60 del siglo pasado, cuando se diseñaron muchos tramos del actual camino de Santiago, estamos seguros que con los medios actuales, sería muy diferente y más cómodo, eso sí, siempre y en cualquier tiempo se puede mejorar. 

La mítica carga del Camino de Santiago y las leyendas del lugar, no ayudan mucho a comprender con claridad la evolución del propio asentamiento humano y su entorno.- En este caso existen todos los ingredientes para entender una evolución lógica y clara, la ideología y las formas de vida de los vascones antes de llegada de los romanos a esta zona, no eran diferentes de las de otras tribus en la península ibérica y en el resto de Europa, la inseguridad permanente llevaba a los jóvenes a engancharse a promesas de pillaje y riqueza, muchos terminaban como mercenarios en ejércitos extraños y el que conseguía regresar era el señuelo. Llegan gentes con un ejercito donde trabajar como auxiliares, calzadas, minas y formas de vida que les hace abandonar los incómodos castros y bajar al llano, pero sobre todo traen seguridad. Esto habría llevado un tiempo y no pocas diferencias, pero las formas romanas serían un atractivo y un objetivo, sobre todo para las élites.

Esto es fácil de entender en Zubiri, arriba Murelu, un incómodo poblado amurallado, abajo una gran calzada y un puente que eliminaba un periódico obstáculo para la circulación, como imponente propaganda de los avances que traían.- Murelu se extingue y nace el pueblo del puente, Zubiri con los beneficios del comercio que genera el camino.

Mapa de relieve del primer tramo del ascenso al puerto de Erro, SITNA
Corte en trinchera

El primer tramo de Zubiri al Alto de Erro, fue el más perjudicado por la erosión del agua de lluvia al canalizarse dentro de la plataforma, como consecuecia, la formación de grandes trincheras y la pérdida total de la capacidad carretera, sin embargo, está documentado el paso de diligencias hasta la construcción de la carretera inaugurada en 1881.- Es fácil imaginar las penalidades de los arrieros y conductores de carruajes a través de las reiteradas quejas a las Cortes incluso al Rey.

Salida del puente puerto arriba
Inicio de la plataforma a la derecha del camino actual

Tenemos que confesar que, tras varios reconocimientos del trazado en busca del recorrido original, tarea difícil por lo accidentado del terreno y por la espesa vegetación que recubre las trincheras, no era optimista en hallar evidencias identificables, pero debo rectificar porque por pequeñas que sean nos dan pistas, como la existencia de cantos rodados que veníamos observando en diferentes puntos, cantos rodados sueltos pero que nos ponían sobre aviso, pues su existencia solo se justificaba, por haber sido transportados monte arriba.- Conociendo la composición y evolución de los afirmados, hemos podido comprobar, la existencia de pequeños tramos donde se mantiene parte del afirmado original de zahorras.

Para que se conserven este tipo de estructuras, es condición indispensable, que el trazado sea plano, en loma y en ausencia de erosión por corriente de agua superficial. Esta circunstancia se da en Aztiriaingo Gaña, en el primer rellano que alcanza el recorrido en su ascenso al alto de Erro, un tramo de al menos 300 m, donde se ha conservado parte del afirmado y restos de la cimentación.

Como anécdota, es costumbre entre los peregrinos el amontonar pequeñas piedras, de trecho en trecho, vemos algunos de estos montones, simplemente con piedras calizas procedentes del sustrato local, otros mixtos de calizas y cantos rodados y en este tramo, uno solamente de cascajos. Otro detalle, en nuestra opinión importante, es el vestigio de la cimentación que se observa en diferentes tramos.

Llegando al primer rellano
Primer rellano donde se aprecian las zahorras del afirmado
Rellano con evidencias de la cimentación
Amontonamiento de cascajos por los peregrinos
Recorrido por la loma con doble terraplén

Tramo elevado sobre doble terraplén,

Corte de calzada

Vistosa evidencia de ingeniería poco común en caminos de montaña, pero característica que la delata como calzada romana.- Trabajos con estas condiciones técnicas, son los que han permitido la conservación en buen estado aun después de abandonarse su mantenimiento, aunque esto solo sucede en trazados llanos sin aguas superficiales. Estos trabajos, son rarísimos en épocas históricas hasta que se vuelven a tender caminos carreteros modernos.

Recorrido sobre loma con gran terraplén

Plataforma con fuerte terraplén

En esta zona caracterizada por la poca inclinación del trazado, la plataforma discurre en aguda loma con un gran terraplén, aunque, ha perdido parte mayor del afirmado se mantiene en buen estado gracias al sustrato calizo y sobre todo, a la poca capacidad de arrastre que adquiere el agua cuando circula por la caja.

De todas formas, la falta de mantenimiento ha hecho desaparecer la capa de rodadura, parte mayor del afirmado y parte de la amplitud original de la calzada, quedando esta reducida a 10 pies rozando los 3 metros de anchura.

Corte de calzada

Las dimensiones de la caja o plataforma de la calzada, discurriendo en terrenos montañosos es difícil de comprobar, en contadas ocasiones se ha conservado y por lo general, sin una intervención arqueológica no somos capaces de confirmarlas, puesto que materiales sedimentarios en sus márgenes han permitido que la vegetación colonice parte del afirmado, permitiendo además, que el arbolado prospere incluso en la misma plataforma, puesto que la anchura de los caminos romanos, resultaba excesiva para la forma habitual de transporte de mercancías a lomos de acémilas, no obstante, la anchura rondaría los 5 metros en el momento de su construcción.

Venta del Puerto o de Agorreta derruida en 2010.
La loma con la venta derruida.

Venta del puerto o de Agorreta

Conocida como Venta del Puerto o Venta de Agorreta, se derribó en el 2.010 por el peligro que presentaba su estado ruinoso, a través de la historia fue un punto de hospedaje de caminantes y arrieros como abrevadero y establo para sus animales, fue útil sobre todo, en la recogida de animales de tiro que se contrataban en Zubiri para el fuerte ascenso y tras superarlo devolverlos a su origen.- Estas ventas que tuvieron carácter de institución por el servicio que prestaban, las introdujeron los romanos con diferentes categorías, como mansio, mutatio, y simples caupona o taberna, con diferentes servicios.

Restos del empedrado moderno en el alto de Erro (desconocido)

Alto de Erro

En el lugar donde la calzada atraviesa la carretera, existe cubierto un fragmento de empedrado moderno publicado repetidamente como romano y evidentemente muy posterior, en este lugar se ubicó el Portazgo o Cadena, para el cobro del peaje tras inaugurarse la nueva carretera a finales del s. XIX.-Recorriendo este camino encontraremos algunos otros vestigios de empedrado que se pueden remontar al s. XVII, en tramos donde el sustrato blando obligaba a buscar esta solución.

La característica dominante en todo el recorrido desde Zubiri a Linzoain, es un sustrato duro superficial de calizas estratificadas y margas duras, que se mantienen bien en terrenos planos, pero se erosionan fuertemente en los planos inclinados formando potentes cárcavas.

Mapa del recorrido entre Zubiri y Linzoain

Tenemos un detalle importante que al menos, denota antigüedad, se trata de la repetida utilización del camino como límite entre diferentes municipios, este hecho nos asegura su existencia anterior a su delimitación territorial.- Esto ha sido habitual a través de la historia como los cursos fluviales, montes y collados, con la diferencia que estos últimos están ahí desde siempre pero los caminos estructurales son creación humana y solo los muy relevantes causaban este efecto en una época en que no se construían caminos de esta importancia.- El recorrido de este mapa sirve para delimitar los de Saigots, Agorreta, Erro y Zubiri.

Recorrido con sustrato natural duro
Vestigios de empedrado moderno (s. XVIII)
Paso de Roldan, asiento para peregrinos.

El Paso de Roldan

Según la leyenda, esta piedra era la medida de la zancada de este mitológico personaje medieval, la propia épica popular hacia grandes a estos personajes, tenía que ser gigante y de esta manera se magnificaba la victoria de los vascones sobre las tropas de Carlomagno en la mítica batalla de Errozabal-Roncesvalles, una manera de devolver la pelota que la épica medieval europea les arrebataba en La Chanson de Roland.- Situada en el mismo recorrido, hoy sirve para descanso de peregrinos.

El recorrido desde el alto de Erro por regla general, es el mismo camino histórico que en la actualidad utilizan los viandantes a Compostela, solo en dos lugares se salen del trazado romano, son dos pequeños tramos con acusadas trincheras y el resto se ajusta al mismo, si acaso, hemos detectado un tramo en ladera donde, la plataforma actual está 2 y hasta tres metros por debajo del nivel original, con el consiguiente estrechamiento de la plataforma.

Hasta Linzoain salvo pequeños tramos, discurre como anteriormente, por terreno de calizas estratificadas y margas duras, que por su buzamiento, ha resistido favorablemente la erosión manteniéndose en buen estado.

El descenso hasta Linzoain, está en general solapado por un camino agrícola-forestal moderno, aunque, no vemos un cambio en su composición.

Otra observación que nos llama la atención, es la aglomeración de la población a ambos lados del camino en ladera, reservando las tierras más planas para la agricultura.- Las actuales construcciones son modernas en general del s. XVIII en adelante, pero no cabe duda sobre la antigüedad del poblamiento.

Terminado el descenso, en Linzoain se localiza un manantial-abrevadero de apreciable antigüedad, aunque muy deteriorado conserva un parecido con muchas fuentes consideradas romanas, los sillares originales que mantiene denotan un buen trabajo de cantería, lo que no es suficiente para determinar su forma arquitectónica y la sedimentación por arrastre, mantiene el suelo muy por encima del original cuando fue construida.

De todas formas, tuviera o no tuviera relación con la calzada, es indudable la necesidad de un estudio y restauración como elemento patrimonial histórico importante en el camino de Santiago.

Manantial abrevadero en Linzoain
Manantial merecedor de una restauración
Recorrido de Linzoain hacia Bizkarreta

La salida de Linzoain hacia Bizkarreta-Gerendiain, se hace sobre un terreno suavemente ondulado y este tramo del camino ha sido siempre utilizado localmente para tareas agrícola-ganaderas, por tanto, no es fácil hallar vestigios pero si se reconoce la buena traza del mismo, que tras ser asumido un trecho por la carretera, desciende a Bizkarreta por el mismo que se utiliza actualmente como camino de Santiago, discurriendo por la población adaptada a la curva de nivel.

Recorrido del alto de Erro a Bizkarreta-Gerendiain

Bizkarreta-Gerendiain, como explica el topónimo en euskera, es una suave colina donde se asienta la población, es evidente que la calzada lo articula aunque el agrupamiento principal es el alto de la colina, zona de más cómoda expansión.- Igual que Larrasoaña, fue final de jornada para caminantes y también tuvo hospital y palacio de Cabo de Armería, la fundación se fecha en el s. XII pero en nuestra opinión es muy anterior, aunque como ubicación de una mutatio no la vemos homologable, por la corta distancia con la mansio de Iturissa y es más fácil y lógico, su asentamiento en Linzoain, lugar donde inicia la ascensión al alto de Erro.

Tenemos una cuestión a nivel de valle como unidad administrativa, este camino tenía mucha utilidad para lo que había sido construido, ósea largas distancias pero poca a nivel del valle, por lo que en épocas históricas se utilizaron otros caminos para comunicar los diferentes municipios entre sí.

Uno procedente de Luzaide, Auritz, Aurizberri, Mezkiritz y Ureta, por un lado, otro de los Aldudes y Sorogain, un tercero de Orosa, Ardaitz, Larraingoa, Urniza, Gurbizar, Erro, Orondritz, Aintzioa, Loizu y Esnots, un cuarto de Zilbeti y Linzoain, alcanzaban Laurentxi, como eje geográfico del valle y lugar donde se construyó la casa del valle. Esto denota, la poca utilidad de la gran vía para los naturales, que, solo les venía bien para su comunicación con la capital del reino pero era un problema a la hora de su mantenimiento.

También en época histórica, la calzada acogió desde Aurizberri-Espinal la pasada nº 26 de la Cañada Aezkoa-Fitero hasta el alto de Erro, para discurrir por la sierra de Esteribar y retomar el eje principal en el Valle de Aranguren siguiendo la milenaria ruta pecuaria que demuestran los abundantes dólmenes, túmulos y castros hallados en esta sierra.

Es muy conocida una leyenda, que, se refiere a la ruta anteriormente nombrada de la sierra de Esteribar, se trata de San Guillen y Santa Felicia.- Ella hija de un importante noble feudal aquitano con fuertes inquietudes vitales, decide peregrinar a Compostela y se hace acompañar de su hermano Guillen, a la vuelta en la ruta de ascenso a la sierra recalan en Amokain Señorío de un jauntxo navarro, Felicia encuentra en este lugar algo que estaba buscando y determina quedarse, su hermano intenta convencerla para que le acompañe de vuelta, pero ella había tomado una firme determinación. Guillen regresa y enterado su padre le encarga, hacer volver a su hermana sea como sea, Guillen la encuentra, intenta explicarle que su sitio no estaba en este humilde lugar sino en su palacio en Aquitania, ella se niega pues había decidido firmemente dedicar su vida a ayudar a los pobres y en un arrebato su hermano acaba con su vida. 

Arrepentido de la atrocidad cometida, el mismo tomo la determinación de retirarse a una ermita (dicen San Guillermo en Obanos) para purgar su pecado y hacer el bien ayudando a los necesitados.- Esta es de manera muy sintética, la leyenda que nos da una pista del camino que en esta época estaría de moda y que concuerda con la pasada 26 de la cañada y la sierra de Esteribar.- Lo cierto es, que estas rutas en la época estaban despejadas de vegetación por el continuo paso de ganados pastando camino de mercados y ferias, eran rutas muy marcadas sobre el terreno y muy fáciles de seguir por gentes a caballo, por tanto, nada tiene de extraño que se usaran sobre todo en época de lluvias, sin puentes y en ríos con aguas altas que obligaban a duros trayectos alternativos y peligros insospechados.

Todo esto que comentamos, es consecuencia de la existencia de una calzada romana que canalizó a través de la Edad Media, invasiones, ejércitos, comerciantes y peregrinos por un territorio que de otra manera es difícil que se hubiera dado.

Llegada a Bizkarreta

Llegada a Bizkarreta-Gerendiain

Llegando por Arrio, desciende por Idiara del alto donde se localiza el actual cementerio para recorrer toda la población de suroeste a nordeste.

Esta localidad, cuya fundación se data en el s.  XII y era fin de jornada para los caminantes antes de la construcción de la colegiata de Santa María en Orreaga, como quedó constancia escrita de su existencia en la guía del Camino de Santiago del Codex Calixtinus, denominándola Biscarretum, por tanto era lugar fundamental dentro del camino, importancia que habría decaído tras la construcción de la colegiata.

Recorrido entre Bizkarreta-Gerendiain y Aurizberri-Espinal

La salida desde el pueblo se hace en descenso hacia el río Erro y tras vadearlo inicia la subida por Espilxar en dirección a Dondore, aquí, la calzada sirve de muga entre los concejos de Bizkarreta y Mezkiritz hasta alcanzar la muga con el término del concejo de Aurizberri-Espinal en Errebelu.- En este paraje, el vestigio de la vía es una larga alineación con dos trincheras paralelas, imagen espectacular en invierno e invisible en verano oculta por zarzas y helechos.- Otra vez comprobamos, que la antigüedad de este camino sirvió como divisoria de términos comunales entre diferentes concejos.

Doble trinchera en Dondore muga entre Bizkarreta y Mezkiritz

El trazado por terreno llano que propusieron los topógrafos y llevaron a la práctica los ingenieros romanos, evitando el puerto de Mezkiritz, sus desmontes sobre roca y curvas, nada tiene que ver con el que 1900 años después realizaron los técnicos modernos.- La diferencia es muy notable y demostrativa de la preparación de los técnicos romanos.

Una vez en la llanada de Errozabal, el mapa de relieve que el sistema LIDAR pone a nuestra disposición nos marca las evidencias por donde discurría, en las tierras llanas de labor de manera muy sutil y en laderas de forma muy evidente, nos ha permitido comprobar sobre el terreno su trayectoria sin ningún lugar a dudas.

Julio Altadill, en investigaciones desarrolladas a principios del s. XX, también nos dejó algunas pistas que hemos podido confirmar, aunque por desgracia, la gran trasformación sufrida a raíz de la concentración parcelaria aprobada el 7 de abril de 1973, nos ha impedido comprobar otras que nos habrían prestado gran ayuda.

A lo largo de muchos años, hemos buscado las huellas que los antepasados dejaron en etas tierras, teníamos la suerte de estar sobre uno de los pasos más importantes del Pirineo Occidental desde la lejana prehistoria, soportando migraciones, invasiones y continuos trasiegos de gentes y animales, tierra de cazadores, pescadores y recolectores, de pastores, mineros y artesanos, de carboneros y monjes, de arrieros, comerciantes y contrabandistas, que muchas veces eran lo mismo. Todos dejaron su huella, unos evidentes y otros ocultas o secretas.

Ahora creemos con alto grado de seguridad, que tenemos identificado el recorrido de esta gran vía al 100 % entre el puente de la Trinidad de Arre y el yacimiento de Zaldua, identificado como la Iturissa-Eturissa del geógrafo griego Tolomeo, del Itinerario de Antonino y del anónimo de Ravena.

Larga alineación de la calzada al norte de Aurizberri-Espinal

La larga alineación al norte de la localidad de Aurizberri-Espinal, demuestra que cuando de funda el pueblo en el s. XIII, ya estaba en desuso parte del tramo de calzada que atraviesa todo el término del concejo de Oeste a Este, el tramo más oriental es el que según recogió Altadill a principios de s. XX, era llamado Auritzeko Bidezarra que según un vecino del pueblo recordaba con amargura, fue desmontado por el contratista de la nueva carretera.

Trinchera del trazado en los prados

En ocasiones las evidencias pasan desapercibidas en tramos concretos, porque la visiones parciales no dicen nada o es muy difícil relacionarlas con algo diferente a un accidente geográfico natural, aquí es donde el LIDAR es importante, relaciona gran número de estas evidencias poniendo de manifiesto trayectorias que desde el suelo es imposible ver, a veces por su sutileza y a veces, por la falta de visión del antes y después.- Esta fotografía es un ejemplo de esta observación, pasarás cien veces sin imaginar que por aquí pasaba una calzada romana.

Manantial de Iturrizar

Su nombre indica antigüedad y su localización una función al servicio de la vía.- Este manantial es citado como de agua fresca y cristalina por J. Altadill que nos relata el recuerdo del Sr. Urtasun, octogenario vecino natural de casa Beretx, cuando lamentaba la torpeza al intentar mejorar el gran depósito de esta fuente perforando o haciendo desaparecer el fondo (según él romano) con el fatal resultado de la perdida de la mayor parte del caudal.- El que esto escribe, recuerda perfectamente esta fuente, pues, estaba justamente junto a la entrada de un pequeño campo propiedad de la familia antes de la concentración parcelaria.- Su localización exacta junto a la calzada es recuerdo lejano pero suficiente para reconocer en la misma un buen trabajo intencionado, hoy se encuentra cubierta por un fuerte relleno antrópico bajo el camino de concentración.

Otro dato importante que nos dejó J. Altadill fue, el referente a los restos de cimentaciones y muros que aparecían en Mezkiritzperro y que los vecinos utilizaban cuando necesitaban piedra, él situaba aquí, una fortificación romana o Iturissa relacionándola con Iturrizar por similitud fonética, aunque hoy sabemos dónde se sitúa la ciudad y no es aquí, es cierto que la vía atravesaba su ladera meridional, el Sr Urtasun le relata, como el contratista de la nueva carretera, solicita permiso para utilizar los materiales del Bidezar, camino en 800 m bien conservado, a lo que los vecinos se niegan, pero, para disgusto del pueblo y contando con autorización de “arriba” o Diputación, levanta el afirmado presumiendo de la buena calidad tanto de piedras como de argamasas, este es el Bidezar o camino viejo que nosotros de chavales decíamos “el alcorce a Burguete”.

Trinchera-plataforma en Barakoain

 Este tramo deja atrás la localidad discurriendo entre prados, algunos de ellos con plantación de alerces y pinos, en buena parte se encuentra cubierto de una gran vegetación de avellanos, hayas, espinos, acebos y zarzas, así es que solo en invierno tenemos la posibilidad de tomar alguna imagen entre tanta maleza, de todas maneras, vemos 2 y 3 trincheras paralelas como consecuencia del poco mantenimiento de este camino desde la antigüedad, aumentado por la erosión del agua que se canalizaba por ellas y la ya relatada retirada de su afirmado

Conjunción de las dos calzadas en Zaldua e inicio de la calzada minera

Estamos en plena llanada de Errozabal donde se han dado los hallazgos más interesantes de época romana, dos necrópolis con sus centros de habitación asociados y la convergencia al menos dos calzadas.- Si ya antes de estos descubrimientos de manera hipotética, se situaba Iturissa en las inmediaciones, en el momento actual sigue siendo imprecisa pero hay más indicios para reducirla en Zaldua.

Si la necrópolis de Ateabaltsa pertenece a un asentamiento militar, como así parecen demostrar los materiales recuperados y se localiza al borde de la vía Astorga-Burdeos, la necrópolis de Otegi está al borde de la vía que viene de Caesaraugusta, ambas puertas afuera como era costumbre romana, con la diferencia que, la de Otegi solo se excavó en parte y pertenece a una población de gran tamaño como la que se vislumbra en Zaldua.

También estas necrópolis nos indican, que las dos vías son contemporáneas o de fechas muy cercanas en el tiempo a tenor de los materiales y las dataciones que se han calibrado.

No descartamos, una tercera vía de segundo orden que comunicara con el valle de Aezkoa, o que se utilizara para esta comunicación la vía minera que desde Auritz se acerca al coto de Txangoa por la Real Fábrica de municiones de Orbaitzeta, camino utilizado tradicionalmente para llegar a esta localidad y porque no, a otros pueblos del valle hasta que en 1935 se construyó la carretera actual.

Señalar este camino minero no es gratuito, porque su existencia tiene un significado muy importante en el devenir histórico de la zona y de todo el Pirineo Occidental, los últimos estudios que se vienen haciendo en la minería de época romana, están demostrando que con toda probabilidad fue un distrito minero el motor de la economía abarcando toda la zona de mineralizaciones del Pirineo occidental y caracterizado hipotéticamente como Saltus Vasconum.

Pasando la localidad de Aurizberri-Espinal pronto llegamos a Ateabaltsa, comunal del concejo que se roturó a finales de los años 60 para sembrar patata comercializada por la cooperativa OPOSA para simiente, esto supuso una gran ayuda en esta parte del Pirineo.

Estas labores dejaron al descubierto en superficie, gran cantidad de restos líticos, cerámicos y metálicos, caracterizados como calcolíticos unos y romanos otros.

Corría el año 1982, cuando identificamos restos de una necrópolis de incineración con vestigios de un lugar de habitación en Ateabaltsa y en 1985 otra en Otegi, 800 m al Este, se dio parte en el Museo de Navarra que procedió a su excavación, Ateabaltsa en 1986, 87, 88, y 89, por M.ª Jesús Perex y Mercedes Unzu y en 1989, 90 y 94 la de Otegi por las mismas arqueólogas, estos vestigios se verían aumentados en 2011 con el hallazgo de tres miliarios en Mugarriluze y con el estudio de la calzada que significó un gran avance en el conocimiento de esta época en el Pirineo Navarro.

Así, con la llegada de las calzadas a Otegi y Zaldua y la localización del yacimiento de Zaldua se fortalece la importancia del estratégico paso del Pirineo Occidental con su confluencia.

La información que estos hallazgos nos están facilitando, sumada a la que aportan las excavaciones de Zaldua y Artzi, están despejando incógnitas y esperamos que en un futuro cercano se vayan aclarando otros aspectos sobre la cultura romana en la zona, la economía, minería, industria, oficios, artesanías, servicios, agricultura, ganadería, en definitiva, los medios de subsistencia y la influencia que pudieron tener los nativos.

Esta importante calzada, producto de la estructuración que impulsó Augusto tras conseguir la Pax peninsular, no solo sirvió para comunicación y comercio en general entre Asturica Augusta y Burdigala, también serviría para distribuir el producto siderúrgico del distrito minero que abarcaba la mayoría de las minas de los aquitanos y de los vascones en el occidente pirenaico, desde Mendilatz en Orbaitzeta hasta el cabo de Higuer.

La reciente identificación de otras dos calzadas mineras en Bera y Etxalar solo tienen sentido con esta función, refuerzan los trabajos que, M. Urteaga y sus colaboradores han llevado a cabo estos últimos años en el entorno de Peñas de Aia, Oiasso-Irun y Bera, junto con la identificación de ingentes labores mineras romanas en Luzaide, Banka, San Martin d´Arrosa, Itxassou, Urepel, Aritzakun, Lanz y Amaiur, dejan pocos resquicios a la duda sobre la existencia de un distrito minero.

Estas circunstancias, nos han llevado a preguntarnos donde estaría la frontera entre vascones y aquitanos antes de su conquista por Julio Cesar, porque sin duda, fue un condicionante para la construcción de la Tarraco-Oiasso como primera calzada que construyen en el norte de la navarra actual. Si hacemos caso a las fuentes clásicas, toponimia y los vestigios mineros estudiados o en proceso de estudio, diríamos que desde el Cantábrico, el río Bidasoa sería la divisoria hasta Oronoz Mugairi e Irurita y desde este punto por la regata de Artesiaga hasta la divisoria de aguas en el collado homónimo siguiendo esta divisoria hasta el Mediterráneo.

Esto sería así hasta la reorganización de Octaviano, en la que una de las medidas principales habría sido la activación de un distrito minero y el nombramiento de un procurator metallorum de su confianza, pues conocido es que las minas pertenecían a la hacienda imperial, los procuradores tenían plena autonomía y solo daban cuentas al emperador.

Esquistos cortados a pico con escalon en los taludes

Calzada minera a Txangoa

De este modo se entienden estas infraestructuras no justificables de otra manera, pero además aunque sea hipotéticamente, se resuelve una cuestión que ha gastado mucha tinta, cual fue el Ager frente al Saltus, estos caminos demuestran y refuerzan el concepto Saltus Vasconum como lo propone M. Urteaga Artigas referente al distrito minero.

La falta de datos sobre esta actividad en Txangoa y otros cotos mineros de la zona, solo se debe a la falta de investigación pero esperamos que pronto se vayan solucionando.

Así pues, llegamos a la conclusión que efectivamente y siempre en nuestra opinión, la vía Astorga-Burdeos discurre por el recorrido indicado por la tradición y que en la actualidad es utilizado en parte, como camino de Santiago desde Bizkarreta, salvando, importantes tramos por el valle de Esteribar, donde para evitar la carretera general, se han utilizado caminos medievales tradicionales de comunicación inter pueblos que nada tienen que ver con la calzada romana,.

Se han detectado vestigios y evidencias para considerar este recorrido como obra romana, pero no solo los vestigios con ser importantes nos indican esto, en todos los kilómetros del recorrido no hemos apreciado ninguna circunstancia que nos haya dado una sensación negativa, en cuanto al trazado técnico de la misma, incluso, cuando atravesamos alguno de los parajes extremadamente deteriorados, que en un primer momento nos sorprende, aunque después viene la explicación de la evolución y la causa del deterioro.

Consideramos también muy importante, la visión de todo el trazado en los caminos de mucha antigüedad, porque tenemos claro, que después de la época romana no se han construido carreteras hasta el s. XVIII con la técnica suficiente y la mayoría están documentadas.- Por otra parte, echamos en falta referencias a materiales o artefactos romanos en Esteribar, nosotros los hemos buscado y solo tenemos referencia, de unos fragmentos de cerámica nativa de cocina y sigillata romana recogidos cuando se adecuó el cortafuegos desde Urdaitz hasta el collado de Esnotz donde quedaron en superficie, únicos vestigios de industria romana que conocemos en este valle.

Este tramo desde Arre, en realidad tiene 25 millas en vez de las 22 del itinerario de Antonino sumando 37 km.

No estamos seguros, si este desfase con relación a las distancias del Itinerario de Antonino merece tomarlo en cuenta, no solo en este tramo sino en los siguientes hasta Summo e Immo Pyrenaeum son imposibles de casar y claramente vemos una notable diferencia entre el Itinerario y la realidad sobre el terreno, aunque se busquen soluciones simplistas dando a la milla diferentes valores observados en otras calzadas.- Las diferencias son tan notables que no hemos sido capaces de justificar sobre el terreno de ninguna forma ni por ningún otro camino.

Es posible, que lo mismo que nos llevó en su momento a dudar de este recorrido por otras alternativas les ocurra a otros investigadores intentando justificar distancias, hoy los medios disponibles y la forma de prospectar, nos permiten una cierta seguridad como para mirar de reojo a estos documentos, antes imprescindibles en las investigaciones.

Esto nos lleva, a incidir más si cabe, en el conocimiento de las técnicas, modos y maneras de los ingenieros, topógrafos y maestros de obra romanos, dependiendo menos de algunas fuentes, sin prescindir de ellas pero teniendo en cuenta que son documentos al menos dudosos y apoyarnos más en detalles y evidencias.

También debería llevarnos a compaginar siempre que sea posible, la puesta en servicio de estas antiguas infraestructuras, sobre todo, cuando coinciden con rutas como Camino de Santiago, Vías verdes, Eurovelo o senderos de medio y largo recorrido, sería una forma de mantenerlos a bajo coste, o al menos recordarlos como las fenomenales obras que fueron y lo que significaron para el desarrollo cultural de toda la Cuenca Mediterránea, la Europa Occidental y nuestra tierra en particular.

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Itinerario de Antonino

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SOROGAIN Y LAS SENDAS SECRETAS DE LA ZONA ORIENTAL

domingo, 4 de octubre de 2020

Beardegiko Gaña, Sorolepo, Beraskoain, Lanotegi y Arbilleta

Tampoco hoy nos apartamos de Sorogain, nos queda la parte oriental con un gran número de megalitos con los que completar, no todos los que existen, pero al menos, los que se han catalogado en este paraíso ganadero hoy, antaño menos paradisiaco y más pastoril, donde no menos de 125 evidencias de época histórica podemos localizar en el entorno, algunas de ellas “vivideras” hasta el s. XX.

Borda Beltza, única borda vividera que perdura.

Quizás uno de los parajes más frecuentados por aquellos pastores, dentro de lo que hoy llamamos Sorogain como pastizal comunal de Erroibar-Valle de Erro, fue Beraskoain,

Beraskoaingo Lepoa jalonado de innumerables vestigios pastoriles

haciendo honor con su nombre, por aquello de estar protegido de los dominantes vientos, ziarraitze y ziertzo.  En esta regata existió una bustaliza, claro ejemplo, de cómo se organizaban para la protección del ganado durante la noche: Cercado, txabola, ardiborda y tres pequeños refugios para mastines en derredor,

Estructuras del complejo de la regata.

junto al agua de la regata, aguas arriba de un dolmen del cual, solo los aficionados con muchos años lo recordamos más o menos “entero”, un buldócer acabo con él para recebo de la pista al collado de Beraskoain, dejando alguna de sus losas camerales junto al cauce y haciendo desaparecer la práctica totalidad del galgal.

Beraskoain, pequeño barranco que pronto termina en Lanotegi donde discurría un viejo y difícil sendero, de aquellos que, durante los últimos siglos era mucho más transitado de noche que de día, tan importante para la economía de muchas familias de nuestros pueblos y que tantas y tantas anécdotas generaban, para consumo endógeno junto al fogón y furtivo, en ocasionales corrillos taberneros, sendero que antes fue testigo del trasiego y sudores de los buscadores de oro y mineros protohistóricos o romanos en Mendiaundi, Urreerreka, Aldaparri Biurreta Buztana y Lezetako Kaskoa, en laderas imposibles picando y en los vertiginosos barrancos lavando las arenas en busca del dorado metal.

Como lo que pretendo es situar y difundir los vestigios megalíticos de estos pastizales, empezamos con Beraskoaingo Lepoa, este collado ventoso cual los haya, donde según cuentan, “antes las palomas en otoño lo pasaban andando”, y digo yo: Ahora por túnel porque nadie las ve; antaño fue lugar apreciado, a tenor, de las evidencias que desde la Edad del Bronce han perdurado, empezando de Norte a Sur situaré las distintas manifestaciones y su atribución hasta llegar a la muga del término de Aurizberri-Espinal, siempre al Este de la regata de Sorogain.

Beardegiko Gaña

Así el primero es el crómlech de (pinchar) Beardegiko Gaña

Crómlech de Beardegiko Gaña

acompañado de cerca con un bonito túmulo (pinchar) Beardegiko Gaña T1,

Túmulo 1 de Beardegiko Gaña

encima 250 m al Oeste, (pinchar) Beardegiko Gaña T2,

Túmulo 2 de Beardegiko Gaña

subiendo hacia el Oeste al collado de Sorolepo, encontraremos tres fondos (pinchar) Sorolepo Iparralde, Sorolepo Hegoalde,

Fondos de cabaña de Sorolepo

desde aquí tomaremos la alambrada hacia el Sur para llegar al collado de Beraskoain,

Croquis del conjunto de Beraskoain

donde al Norte de la cerca y poco evidente se encuentra el (pinchar) dolmen de Beraskoain

 

Dolmen de Beraskoain

y en sus inmediaciones  los crómlech: (pinchar) C1 – C2C3CT4C6C7 C8C10C11C12,

Crómlech C 2 de Beraskoain

Crómlech C 4 de Beraskoain antes de retirar el abrebadero.

Crómlech C 6 del collado de Beraskoain

Crómlech C 7 de Beraskoain

Cromlech C 8 de Beraskoain

Crómlech C 10 de Beraskoain

Crómlech C 11 de Beraskoain

Crómlech C12 de Beraskoain

 

los túmulos (pinchar)  T5 T9 T19

Túmulo T 5 de Beraskoain, con crater

T 9 de Beraskoain

Túmulo T 19 de Beraskoain

y los fondos de cabaña: (pinchar)  F13 F14F15F16F17F18

Fondo F 14 de Beraskoain

Fondo F 15 con estructura.

Fondo F 17 de Beraskoain

De este collado si nos dirigimos al Oeste veremos el (pinchar) crómlech de Asundegi y el Fondo de Asundegi.

Crómlech de Asundegi

 

Desde aquí tomaremos dirección sureste para bajar a la regata de Beraskoain y remontarla hasta el giro que esta da al Sur donde en el rellano veremos ruinas de bordas y más al este el fondo de cabaña de (pinchar)  Beraskoaingo Erreka, debemos seguir hacia el Este ascendiendo al collado veremos el (pinchar) crómlech Lanotegibekoa 

Crómlech de Lanotegibekoa

y siguiendo la cerca hacia el noroeste al casco de Lanotegi donde encontraremos el (pinchar) túmulo de Lanotegi.

Túmulo de Lanotegi

Ya hemos terminado con las manifestaciones de esta zona y ahora debemos trasladarnos al valle y tomar el camino dirección del albergue, antes en la ladera encontraremos una derivación ascendente hacia el este y deberemos tomarla para llegar a Arbilleta, en lo alto de esta loma encontraremos los crómlech: (pinchar) C1 C2C3C4

Croquis del conjunto de Arbilleta

Crómlech C 1 de Arbilleta

Crómlech C2 de Arbilleta

Crómlech C 3 de Arbilleta

Crómlech de Arbilleta C 4

los fondos de cabaña: (pinchar) F5F6

Fondo de Cabaña F 5 de Arbilleta

Fondo de cabaña F 6 de Arbilleta

y el túmulo (pinchar) T7,

Túmulo T 7 de arbilleta

con estos terminamos con los megalitos catalogados en la zona oriental de Sorogain.

Hemos dejado aparte un buen número de monumentos en la parte más oriental mugante con Auritz, por localizarse en otra importante ruta pecuaria como es la que, desde Lasa en la Baja Navarra, asciende por las faldas del Adartza, Mendimotx, Argarai y Lauriña para llegar a Lindus, descendía a la llanada de Errozabal y desde aquí, seguir hacia el Sur, bien por la Sierra de Labia o por la sierra de Osa, hacia la Navarra Media.

Con estas tres últimas entradas hemos pretendido dar, una idea aproximada de la riqueza megalítica que atesoran estas 1.896 Hectáreas de pastizales que ya hace más de 3.000 años, animó a los primeros ganaderos trashumantes para abrir estos pastos configurándolos a sus necesidades y creando un patrimonio natural y cultural de indudable riqueza.