SENGUES-NABASKOZE, ¿Un castro en el origen de Navascues?

18 de agosto de 2016

Avanzando en la prospección de los poblados de la edad del hierro en territorio del pirineo vascón, existen casos que nos llaman la atención, ocurre en el actual Navascues.

Interpretación ideal del Castro

Interpretación ideal del posible Castro de Sengues

Conforme mas conocemos como estaban organizados territorialmente y como situaban estratégicamente sus poblados fortificados, vemos que los objetivos eran proteger a los habitantes nativos y controlar a los foráneos, vemos como ese control se extendía a los caminos, ríos, ganados, pastos y tierras de labor, vemos, como esa protección no solo estaba dedicada a “los de afuera”, también a los vecinos se prestaba atención.

Creemos como muy posible que la división administrativa de la Navarra actual (al menos en los valles pirenaicos), sea consecuencia de esta organización protohistórica que se venía gestando a través de muchos siglos, aunque cristalizara documentalmente en época medieval y vemos que la orografía de por si, era una parte muy importante en esa protección.

El caso de Navascues nos hace reparar, en que unas buenas tierras de labor, donde la cuenca del río Salazar se abre formando una planicie, serían causa de una atención especial y que cerca tendrían situado un recinto fortificado importante donde protegerse en caso de necesidad.

Efectivamente el actual emplazamiento de Navascues es el lugar ideal y además ofrecía óptimas condiciones.

Navascues y tierras de labor

Navascues pastizales y tierras de labor

Es posible que a través de la historia hayan aparecido evidencias de esta época (molinos, cerámica, etc), que no han tenido mayor relevancia que un comentario entre vecinos, pero tenemos la convicción del origen de este poblamiento en la protohistoria, sino antes.

Este emplazamiento, como otros muchos en Navarra, cuya secuencia temporal a perdurado hasta hoy, mas que tenerse probados se intuyen, bien es verdad que en la actualidad los medios y los conocimientos nos facilitan indicios o evidencias que antes pasaban desapercibidas.

También en la actualidad existen técnicas y  herramientas que nos facilitan este reconocimiento, mención principal a la orto-fotografía histórica, cartografía, toponimia y mapa de relieve (LIDAR) que el SITNA ofrece por internet, lo cual no te exime de las visitas que sean necesarias, para reconocer eso que intuyes en estos medios.

Mapa de relieve (LIDAR) del Navascues actual

Mapa de relieve (LIDAR) del Navascues actual

En el caso del actual Navascues, se acumulan una serie de detalles que facilitan la asignación del poblamiento a la edad del hierro: En primer lugar se trata de una loma descendente cercana al llano, con un estrecho istmo, fácil de aislar con la cava de un foso.

En segundo lugar, esta tiene unas pendientes suficientemente escarpadas para conseguir terraplenes sobradamente violentos, estos dotados con unas adecuadas murallas, completaban una fortificación importante.

En tercer lugar, el lugar elegido controlaba uno de los principales caminos de comunicación de la cuenca del río Salazar con la del Roncal.

En cuarto lugar, la extensa vega que forma el río Salazar debajo del castro, contiene las mejores tierras de labor de la comarca, capaces de proporcionar cosechas para una importante población y la proximidad del curso fluvial como fuente de recursos.

Ademas cerca al nordeste, se localiza una meseta entre las cuencas de los dos ríos con extensos pastizales, tradicionalmente muy apreciados por los ganaderos, capaces de mantener una numerosa cabaña bien vigilada y protegida.

Castro del Puntallo de Santa Cruz, Almiradio

Castro del Puntallo de Santa Cruz, Almiradio, LIDAR-SITNA

Por lo que hasta ahora hemos podido averiguar, esta población se encuentra en el centro de una serie de castros que en cierto modo la protegen, formando una coraza en derredor, Paco de la Guardia, Puntallo Santa Cruz y Likarri, de este a oeste por el norte, Peñarroya, El Poio, y Entrepeñas por el sur, así sería mas que un simple castro mas o menos protegido y tendría la función de centro o capital que después ha tenido en época histórica.

En la zona pirenaica Navarra, ocurre igual que en otras zonas montañosas de la península ibérica, como la Cántabra y la Astur-Leonesa, en periodos de inestabilidad, como fueron las distintas invasiones  de Suevos, Vándalos, Alanos, Visigodos y Arabes, sin duda habrían animado a los vascones a la revitalización y reutilización de las antiguas fortificaciones castreñas, de manera que durante estos ciclos, o al menos los mas peligrosos, sería donde parte de la población alto medieval desarrollara su vida, también hay que tener en cuenta, que muchos de estos lugares no se habrían desolado en la época romana, sino que se habrían fortificado todavía mas, perdurando incluso hasta la actualidad.

 

Interpretación del castro de Entrepeñas sobre la foz de Aspurtz

Interpretación del castro de Entrepeñas sobre la foz de Aspurtz

Interpretación del castro de Peñarroya, último localizado en el Almiradio

Interpretación del castro de Peñarroya, último localizado en el Almiradio

Por tanto no debe extrañarnos que este emplazamiento haya conservado la capitalidad del Almiradío puesto que siempre habría gozado de este carácter.

Tampoco nos extraña la urbanización del casco viejo, de alguna manera fosilizada y clásica de esta época con una calle principal, que se habría recuperado en la repoblación medieval, tras haberse desolado Sengues.

La rivalidad entre los distintos ámbitos administrativos, siempre dio dolores de cabeza a la élite gobernante, aunque pocas veces pasaba a mayores, así se dotaban de normas y arreglos, de facerías y convenios y ante los peligros verdaderos, predominaba la proverbial solidaridad tribal entre valles y comarcas.

Periodos tiene la historia, donde una parte de la población navarra, sintió la necesidad de buscar refugio en esta zona por razones de seguridad, periodos donde la vida era el único valor a conservar.

Para esto estaban bien dotados desde la prehistoria, la quebrada geografía facilitaba la dispersión como defensa, y por esta razón se construyeron tantos refugios, pero la tierra era pobre y tampoco podía mantener tanta población como la que en determinados momentos, tuvo que soportar esta parte de la montaña vascona.

Lugar donde se relleno el foso a la entrada de la localidad por el este

Lugar donde se rellenó el foso a la entrada de la localidad por el este

Así encontramos recintos fortificados en altitudes de casi 1.200 m de altura. Rutas pecuarias que se remontan a épocas prehistóricas, cuya vigencia ha llegado hasta nuestros días en forma de cañadas, o infinidad de prados abiertos en lugares alejados, donde se sembraba cereal hasta no hace muchos años, hoy convertidos en praderas o abandonados, aunque todavía podemos apreciar las eras donde se trillaba y todavía podemos conocer gente a la que le toco vivir esta clase de practicas en la segunda mitad del S. XX.

Recinto fortificado de Gaztuluzarra, Uztarroz

Recinto fortificado de Gaztuluzarra, Uztarroz

Esta riqueza que antaño solo permitía un régimen de supervivencia, hoy se conserva de modo mas o menos testimonial y solo gracias a la inmensa red de pistas y caminos forestales que facilitan de manera rápida y cómoda el acceso a estos prados, muchos de ellos abiertos por los habitantes protohistóricos de estos castros, en el entorno de los mismos.

Extenso recinto fortificado de la Cerca, Salazar

Extenso recinto fortificado de la Cerca, Salazar

Las mismas características que vemos en el Almiradío de Almiradios (Navascues), se repiten en los también viejos almiradios de Salazar, Roncal, Romanzado, Urraul Alto y Bajo, Aezkoa, Esteribar o los valles de Artzibar, Erroibar, Lizoain-Arriasgoiti, incluso las Vizcayas, Valdorba, Sakana, Deierri, Guesalaz, Amezkoas, Berrueza o Valle de Lana.

Y no es que el resto del territorio de los vascones no participara de las mismas formas y organización, sino que la orografía era tan diferente, que permitía el acceso de los grandes ejércitos a las inmediaciones, facilitando el acoso y cerco de aldeas y ciudades sin capacidad de respuesta en campo abierto.

Castro de Espildatxikia, Salazar

Castro de Espildatxikia, Salazar

Es mas que probable, que las Aceifas musulmanas lanzadas desde Cordoba contra la “marca superior” en la alta edad media, se abstuvieran la mayoría de ellas de penetrar en estos espacios, según la tradición, tendrían malos recuerdos, como la batalla de Olast, (Oloast leyenda o no, fechada en 732 o 785), que algunos localizan junto al portillo de Ollate, en la cañada de los roncaleses pero en término de Navascues.

Dramatización de la batalla de Olast, en el Ayuntamiento de Urzainki

Dramatización de la batalla de Olast, en el Ayuntamiento de Urzainki

Los espacios montañosos, siempre fueron un gran problema para estos ejércitos y los nativos, especialistas en la lucha guerrillera que el conocimiento del territorio les facilitaba, por esto no nos puede extrañar que en determinadas épocas históricas, se recurriera a la solidaridad de los montañeses y desde estas montañas se recuperara el control del territorio.

Escudo de Roncal, Archivo General de Navarra

Archivo General de Navarra

El cronista musulmán Arib Ben Sad, recoge un episodio de la aceifa cordobesa del 924, deja escrito que el 21 de julio las tropas musulmanas “destruyeron una aldea de nombre Baskhunsa de donde era natural el rey de Pamplona”, J. M. Jimeno Jurio interpreta que esta aldea es el Navascues actual (otros autores la identifican con Sangüesa la vieja/Rocaforte).

¿Pudo ser esta aldea Sengues-Nabaskoze y este el motivo de su desolación? Si así fuera, habría tenido un papel importante. Siendo un enclave suficientemente seguro, en él habrían recalado buscando refugio las élites influyentes, la iglesia y aristocracia de zonas donde ya el latín-romance era el idioma utilizado por estas, terminando por afectar seriamente al euskera nativo. Esto se puede comprobar en la toponimia del Romanzado y Almiradío y en menor medida en Salazar, Urraul o Roncal, todos ellos eminentemente euskaldunes, donde el romance ha sustituido en gran medida al euskara.

Sea como fuere, no somos especialistas ni en lenguas ni en historia y no es pretensión nuestra discutir hipótesis mas fundamentadas, pero estas especulaciones vienen a cuento, porque el resultado de nuestras prospecciones demuestran, que desde la edad del hierro existía una gran organización territorial y una gran demografía y es razonable entender, que la despoblación de estos valles, se da bien avanzada la edad media entre los siglos XIII y XIV.

 

 

Bibliografía utilizada

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Complejo Megalitico de río Urrobi en el paso del Pirineo Occidental

17 de diciembre de 2015

Hablar del río Urrobi y su complejo megalítico es referirnos a una importante vía que canaliza el paso del Pirineo de Norte a Sur y viceversa, por tanto, si buscamos encontraremos muchas evidencias de antropización desde los lejanos tiempos del paleolítico, cierto es que remontarnos a tan alejados periodos supone una gran dificultad para hallar restos de esta época en un terreno eminentemente montañoso y con una geología poco propicia a la existencia de cavidades horizontales, pero que las dificultades sean grandes no significa que no existan, por el contrario del periodo Neolítico, Calcolítico, Bronce y Hierro los vemos en abundancia y no tenemos dudas de que seguirán apareciendo.

Referencia de la area estudiada en la cuenca del Urrobi

Referencia de la área estudiada en la cuenca del Urrobi

El área de influencia de este río se sitúa entre las cuencas del río Irati por el Este y la del río Erro por el oeste, los tres en la vertiente mediterránea y abarcando dentro de su ámbito la Sierra de Osa al Este y la Sierra de Labia al Oeste, ambas con importantes rutas pecuarias y comerciales en la antigüedad. Estas rutas han tenido una gran influencia en la existencia de estas manifestaciones propias de un pueblo ganadero o no, semi-nómada o no, pero que vivía y moría en estos lugares y en estos montes era enterrado, con las costumbres, formas y rituales habituales de su cultura, cultura que fue evolucionando con el paso del tiempo, adquiriendo nuevas costumbres y formas provenientes del norte, adaptándolas a sus necesidades e idiosincrasia.

En la actualidad el clima es frío y húmedo con una importante media de precipitación anual e importantes nevadas en su cabecera, con vegetación continental al Norte y mas mediterránea por el Sur.

La geología claramente diferenciada varía entre la zona Norte con Devónico y Jurásico en su cabecera, el Pleistoceno en la llanada, el Cretácico, el Triásico y el Eoceno al Sur.

Ärea del cauce del río Urrobi

Área del cauce del río Urrobi

Como característica principal la mayor parte de los monumentos megalíticos se concentran en el macizo triásico de Oroz Betelu y la llanada de Errozabal, solo nos referiremos a los situados en vertiente del Urrobi, con la peculiaridad que dos de ellos se encuentran situados en la misma orilla del cauce, en un estrecho desfiladero y asociados a dos abrigos bajo roca «preparados» para ser habitados, detalle poco común, al menos en Navarra.

Dolmen Urrobi

Dolmen Urrobi 1, Aurizberri-Espinal

Urrobi 031

Abrigo habilitado junto al dolmen

Dolmen Urrobi 2

Dolmen Urrobi 2

Abrigo habilitado junto al dolmen Urrobi 2

Abrigo habilitado junto al dolmen Urrobi 2

En realidad no nos llama la atención la cantidad de monumentos concentrados, pues la experiencia a lo largo de los años nos dice, que era mas practico, transportar “el muerto a la piedra que no la piedra al muerto” y este macizo, de piedra esta bien dotado.

 

Todavía no tenemos nada claro en que época concreta  se empiezan a construir los dólmenes en el pirineo, pero la corriente mas común, la sitúa entre el final del Neolítico y la Edad del Bronce (entre 3.000 y 2.500 a.C.), Menhires, Túmulos y Cromlechs son posteriores sin solución de continuidad, al menos hasta época romana. La escasez de investigación reciente en monumentos del pirineo, por no decir nula, no nos permite saber si algunos túmulos hallados recientemente junto a la calzada romana en lugares atípicos, tienen que ver con esta y por tanto de época alto-imperial o son anteriores que casualmente se encontraban en su trazado cuando esta se construye.

Dolmen Asibar

Dolmen Asibar

En este punto hacemos referencia al dolmen de Asibar, último megalito descubierto en Aurizberri-Espinal junto a la calzada, lo interpretamos como dolmen por similitud en tamaño y forma. Se encuentra profanado (como es habitual) sin las losas de la cámara, sospechamos que fue despojado de ellas por la proximidad con el camino, pero pudiera tratarse de un túmulo, eso si, de tamaño mas grande que los habituales.

Nuestra propuesta como dolmen evita relacionarla con la calzada, por el contrario si se tratara de un túmulo, bien pudiera tener relación con esta, como una perduración  funeraria nativa de la edad del Hierro y ser contemporáneo de los Cromlechs.

Cromlech Lendergibel 1

Cromlech Lendergibel 1

 

Croquis del crómlech Urritzmunu C1

Croquis del crómlech Urritzmunu C1

En relación con los Cromlechs y su escasez en este ámbito, nosotros creemos que la proximidad con poblamientos de época romana y posteriores de cierta importancia en el llano de Otegi, hizo necesaria la utilización de estas tierras para la agricultura y esta practica habría hecho desaparecer gran número de estos monumentos, comprobando la aparición de losas de areniscas triásicas, en lugares que de manera natural nunca hubieran podido existir.

Losas de arenisca retiradas por el agricultor en Urritzmunu

Losas de arenisca retiradas por el agricultor en Urritzmunu

Aunque tanto la construcción y la secuencia de uso de los diferentes monumentos, como sus formas y rituales no tengan relación los unos con los otros, nos permiten hacernos una idea de la duración del fenómeno megalítico y la  utilización del territorio en esta parte del Pirineo, por ello hacemos una relación conjunta de los situados en la vertiente del Urrobi, sin incluir los fondos de cabaña, con el objetivo de documentar la gran relación de los megalitos con este paso.

Cromlech Soldaduko Harria hego

Cromlech Soldaduko Harria hego en el monte Lindux

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La relación de los megalitos censados en el ámbito aludido los disponemos de Norte a Sur empezando por el monte Lindux como cambio de vertiente.

  1. Dolmen Lindux Ipar
  2. Dolmen Lindux Hego
  3. Túmulo Soldaduko Harria
  4. Túmulo Ataloztiko Ataka
  5. Cromlech tumular Lindux Ipar
  6. Cromlech tumular Soldaduko Harria
  7. Cromlech Soldaduko Harria Ipar
  8. Cromlech Soldaduko Harria Hego
  9. Cromlech Atalozti
  10. Túmulo Arregixelai 1
  11. Túmulo Arregixelai 2
  12. Túmulo Xoringoa 1
  13. Dolmen Mendiaundi
  14. Dolmen Bagomultxu
  15. Dolmen Artzilo
  16. Túmulo Artzilo
  17. Menhir Oihanondo
  18. Dolmen Urdantxarreta
  19. Dolmen Dondoro                  
  20. Dolmen Otegi
  21. Túmulo Urritzmunu
  22. Cromlech Urritzmunu
  23. Dolmen Urritzmunu
  24. Dolmen Baratzeko Erreka 
  25. Dolmen Arriurdin
  26. Dolmen Asibar
  27. Dolmen La Peña de Uligaitz
  28. Cista Uligaitz
  29. Dolmen Urrobi 1
  30. Dolmen Añigurrita
  31. Menhir Sakarteburu
  32. Dolmen Lerdengibel 1
  33. Dolmen Lerdengibel 2
  34. Dolmen Lerdengibel 3
  35. Cromlech Lendergibel
  36. Menhir Irumugeta
  37. Dolmen Xurize 1
  38. Dolmen Xurize 2
  39. Dolmen Xurize 3
  40. Dolmen Oianbizkar     
  41. Dolmen Urrobi 2
  42. Dolmen Corona 5
  43. Dolmen Corona 4
  44. Dolmen Ansabe
  45. Dolmen Corona 1         
  46. Dolmen Corona 2
  47. Dolmen Corona 3
  48. Dolmen Zanaz M
  49. Túmulo San Pau

 

Hallamos un dolmen que nos sorprendió por su estado nada habitual, cual es, el encontrarse intacto, sin traza alguna de profanación, se trata del dolmen de Oianbizkar del que no damos coordenadas por motivos obvios.

Limpieza de cubierta y galgal de Oianbizkar

Limpieza de cubierta y galgal del dolmen Oianbizkar

Esporádicamente comprobamos excavaciones clandestinas de “busca tesoros” empeñados en arruinar todo tipo de manifestaciones, tanto megalíticas como arqueológicas, incluidos poblados del hierro y romanos, destruyendo el valor principal de estos restos cual es la información que contienen, puesto que el valor comercial nunca les compensara por el estrago que realizan, detectoristas que actúan bajo las nieblas otoñales e incluso con nocturnidad en yacimientos catalogados o en vías de ello.

Con todo, pensamos que el conocimiento por la población de este patrimonio conllevará mayor educación, mayor concienciación y sensibilidad, creando mayores dificultades a la actuación de saqueadores.

El paso pirenaico occidental a la llegada de los romanos

25 de noviembre de 2015

Control del paso por los vascones

 

Llanada de Orreaga desde Lepoeder

Llanada de Orreaga desde Lepoeder

Los últimos descubrimientos realizados por el equipo de Aranzadi Zientzia Elkartea sobre la edad del hierro y romana, nos empujan a desarrollar, aunque sea de manera somera y puntual, una hipotética propuesta de cómo vemos, partiendo de estos descubrimientos, el estado de la cuestión en este punto concreto e importante, como es la llanada a la que el insigne historiador José Mª Jimeno Jurio denominaba Errozabal. De paso damos a conocer estos descubrimientos, importantes para contribuir a entender mejor este paso en el periodo protohistórico.

mapa-fisico-navarra

No hace falta extenderse en explicar la extraordinaria importancia de este llano a través de todos los tiempos. A la privilegiada situación en el paso se une la característica de tratarse del plano o llano mas extenso en la vertiente Sur de la cordillera, dentro de ella misma, con amable orografía aunque con clima duro, frío y húmedo. Importante también estratégicamente, de cara a salvar la dificultad geográfica, como área de descanso y aprovisionamiento.
Salvando las distancias temporales y las posibles variantes climáticas, vemos que desde el Neolítico ha sido habitualmente utilizado este llano como lugar de habitación y consiguientemente de enterramiento, hecho que nos demuestran los dólmenes, túmulos, menhires y crómlech que en gran abundancia los vemos en collados, lomas, laderas y orillas de cursos fluviales.
Baste decir que en este llano y el entorno cercano, tomando como centro Auritz-Burguete, en un radio de 10 kms (dos horas de marcha), se localizan mas de 40 dólmenes, 30 túmulos, 70 cromlechs, 10 menhires e innumerables fondos de cabaña.

Dolmen de Artzilo en Aurizberri

Dolmen de Artzilo en Aurizberri

En este plano ligeramente inclinado discurren varios pequeños cursos de agua, procedentes generalmente de manantiales mas o menos cercanos, como las distintas regatas que, procedentes del macizo de Mendiaundi, Menditxuri y Lindus, se juntan en Mugakolarre para desembocar en la de Xoringoa y rápidamente aguas abajo con la de Aetzubiko Hugaldea. Esta a su vez ha recibido aguas de Arrañosingo Erreka y Basajaunberroko Erreka, para formar entre todas la cabecera del Urrobi. Así se denomina al río que desde este llano discurre encajonado hasta su desembocadura en el Irati.

En los espacios entre regatas se localizaron hace unos años un buen número de “talleres” de sílex (asentamientos) con distintas cronologías que abarcan desde un neolítico tardío hasta un bronce inicial o pleno, teniendo en cuenta la existencia de varios dólmenes en el mismo espacio. Varios de ellos fueron excavados por Telesforo de Aranzadi y José Miguel de Barandiaran en 1925-26.

Algunos de estos talleres no pasarían de ser campamentos temporales estacionales sin otra pretensión, pero los enterramientos en dólmenes (como tumbas colectivas) parecen indicar un uso continuado de estos espacios. Lo cierto es que se recuperaron materiales interesantes sobre todo líticos, tallados, pulimentados, molinos de mano, afiladeras, cerámicos y metálicos.

Silex tallado de Baratzeko erreka

Sílex tallado de Baratzeko erreka

Estos talleres tienen una dificultad añadida a la descontextualización, al solaparse restos de diferentes talleres y épocas en las mismas áreas. Aparecen los materiales revueltos como consecuencia de la practica agrícola, pero al menos nos sirven para asegurarnos una ocupación del territorio desde una época muy antigua, con una continuidad aunque fuera solo estacional, y poder hacernos una idea de la excelencia de estos lugares para la caza, pesca, recolección y pastoreo.
Así se fueron fijando las diferentes rutas pecuarias que atravesaban los pasos pirenaicos en su transito hacia el Sur y viceversa. Se fue estableciendo una población y una cultura, habituada desde siempre a ver pasar gentes de todo tipo, con lenguas y costumbres diferentes, que sin duda traían, practicas, técnicas y nuevos rituales, que los nativos adoptaron e introdujeron como propias en el acervo mitológico y cultural de su pueblo.

Cromlechs en Adiko Soro

Cromlechs en Adiko Soro (Adikosoro M. C 2)

Sirva como ejemplo la costumbre europea del crómlech como espacio ritual, que llega desde el norte, se adopta en el área pirenaica y al aspecto ritual que traía, se le añade otro funerario, dimensionando estos espacios para las necesidades de los nativos como espacios funerarios individuales. Por cierto, en este llano últimamente hemos hallado un sólo crómlech hasta el momento. Esto es algo que siempre nos había extrañado, pero los trabajos llevados ahora a cavo nos han convencido de la utilización intensiva de estas tierras para la agricultura, con una gran población en época romana. Esto de ninguna manera les permitía prescindir de ellas como fuente de recursos alimentarios, facilitando de esta manera la desaparición de estos pequeños megalitos.

De todas formas a partir del bronce medio-final, parece que es necesario una cierta protección colectiva y en el pirineo occidental no podía ser diferente, con el paso de las bandas celtas, fuera como una única invasión o varias, se hace necesaria la defensa, característica además común en los diferentes territorios y pueblos peninsulares, incluso continentales, pues es un fenómeno que se viene dando en todo el occidente europeo.

Interpretación de habitación nativa no encastrada

Interpretación de habitación nativa no encastrada

Ante la dificultad que esto entraña, por la dispersión de los establecimientos familiares asentados en las tierras mas cómodas y productivas (ya fuera por agricultura o pastos), los nativos se ven en la necesidad de organizarse tribalmente de manera amplia, no podemos saber el periodo de tiempo mas o menos largo que les habría llevado el conseguirlo o si esta cohesión ya venía forjándose desde tiempo atrás, pero tubo que darse un hecho suficientemente grave para que un pueblo que probablemente se estaba constituyendo por inercia, sintiera la necesidad imperiosa de organizarse, no solo sobre el terreno a fortificar y proteger sino con el reparto de tareas y funciones dentro de un ámbito territorial mas amplio, donde la propiedad era comunal y el trabajo colectivo era tan necesario que supuso un cambio de hábitos, con el resultado de una mayor cohesión social de unas gentes no demasiado acostumbradas a los problemas que les tocaba vivir, pero que ya eran conscientes que la supervivencia individual y colectiva como pueblo dependía de ello.

Recinto fortificado de Irube en Oroz Betelu

Recinto fortificado de Irube en Oroz Betelu (Irube)   SITNA

El tener conciencia de pueblo suponía el control exhaustivo del territorio, la amplitud del mismo obligaba a relacionarse con gentes de costumbres diferentes, que en determinados momentos eran competidores con problemas que había que conciliar, si bien es verdad, que en nuestro caso les uniría la lengua común que sin duda era el euskera, verdadero aglutinante social.
Todo esto empujaría a los nativos pirenaicos, igual que en el resto del territorio, a la búsqueda de la seguridad, agrupándose en lugares donde con el menor esfuerzo posible les asegurara esta condición y a la vez estructurar el control del territorio, dotándolo de una vigilancia y rápida comunicación con los diferentes núcleos aislados, familiares y colectivos, recintos fortificados que fueron construyendo ex novo, en un territorio eminentemente montañoso, difícil de controlar pero fundamental para la seguridad de todo el resto del territorio que los romanos denominaron vascón .

Recinto fortificado de La Cerca, Faceria 9 (Salazar)

Recinto fortificado de La Cerca facería 9 (Salazar) SITNA

Concretamente en Navarra, tenemos un déficit importante de investigación planificada que venga al menos desde la edad del bronce, que nos permita vislumbrar estos aspectos, que al menos, nos proporcione pistas y conocimientos sobre el origen temporal de estas formas de vida.
Estos castros, de los que desconocemos su origen temporal, todavía mantienen muchas incógnitas también sobre su uso, motivación y pretensión , mantienen  preguntas todavía sin resolver, el ¿quién?, y el ¿cómo? lo intuimos, el ¿por qué?, no esta claro aunque intuimos que no fué por moda, el ¿para que? tiene diversas facetas mas difíciles de contestar, desde los que pensaban que solo se utilizaban en caso de necesidad como refugio de urgencia, entre los que destacaban B. Taracena y A. Fernandez de Aviles (1945), José Miguel de Barandiaran 1961), y F. Gaudeul (1985), esencialmente por la carencia de estructuras o ajuares en sus excavaciones, incluso se apuntaba que algunos no hubieran sido ocupados jamás después de su construcción, otros que tuvieran ocupación solo estacional por pastores en épocas de luchas y otros como marcadores territoriales de propiedad o dominio, en fin, estos enigmas hoy se van resolviendo poco a poco con el avance en las investigaciones arqueológicas y sabemos que se ocupaban con intensidad por pequeñas poblaciones, aunque quedan muchas facetas sin resolver, como organización del control territorial, formas de vida, oficios y practicas habituales, minería, metalurgia, enterramientos y rituales, claro que sin una visión global, sin una planificación de los trabajos arqueológicos desde el Calcolítico, o al menos desde el Bronce, nos tememos que los resultados siempre serán parciales y poco prácticos para contestar a estas preguntas y muchas otras sin resolver.
No tenemos demasiados datos para saber la extensión del territorio de los vascones antes de la llegada de los romanos, por tanto debemos aludir a las primeras noticias escritas por estos cuando hacen referencia a ciudades y centros habitados por aquellos, como ESTRABON (63 a. C.-24 d. C.) con Kalágouris, Pompelon u Oiásson .
Las primeras referencias a los vascones datan de las guerras sertorianas (77/74 a. C.) TITO LIVIO en el libro 91 fechando en el 76 a. C. leemos que Sertorio “llegando en un día por Bursao, Cascantum y Graccurris hasta Calagurris y el día siguiente, a través del territorio de los vascones, hasta la región de los Berones” .

As de bronce

As de bronce

Denario

Denario de plata

SALUSTIO en el 75 a. C. cita “tum Romanus exercitus frumenti gratia remotus in Vascones est…” , después vienen VARRON, PLINIO, ESTRABON, SILIO ITALICO,
TOLOMEO, ALEJANDRO SEVERO, AUSONIO, que aludiendo a los vascones nos dejaron un mosaico de datos para hacernos una idea de la territorialidad vascona, desde Calagurris hasta Oiasso y la Jacetania y desde las Cinco Villas hasta Los Arcos, un extenso territorio para una sociedad que nos invita a pensar en una buena estructuración territorial y organización social.
Sobra decir que además de estos recintos fortificados que ofrecían una seguridad pero que eran incómodos sobremanera, existían otras formas de vida, en cuevas como esta demostrado por la arqueología y al aire libre en terrenos propios para la agricultura, con abundante agua, cómodos pero inseguros en su época, que eventualmente usarían los enclaves fortificados como refugio temporal, pero que de alguna manera les obligaría a colaborar en la organización social, con trabajo comunal, impuestos en especie o algún tipo de contrato con las élites que estaban conformando una incipiente jerarquización o estructuración del solar tribal.

No pretendemos ilustrar una explicación sobre la organización de las sociedades protohistóricas previas a la romanización, muy bien desarrollada por Javier Armendariz en su tesis doctoral: DE ALDEAS A CIUDADES, El poblamiento durante el primer milenio a. C. en Navarra, que ha sido fundamental en el registro y catalogación del poblamiento protohistórico estable en Navarra, sino aportar algunas observaciones realizadas sobre el terreno, sobre todo a partir del estudio de los megalitos y los antiguos caminos, que a lo largo de muchos años hemos ido realizando en el Norte de la actual Navarra.
No consideramos probable diferencia alguna importante entre las comarcas, como montaña, zona media o ribera, salvando los distintos recursos condicionados por la orografía y el clima, unas serían mas ganaderas y otras mas agrícolas o mixtas, si acaso, diferentes soluciones al mismo inconveniente, pero los grandes problemas de organización, defensa, poliorcética, relaciones, mercado y comercio debía ser la misma, salvando las diferencias demo-geográficas.

Interpretación de habitación encastrada

Interpretación de habitación encastrada

Si vemos que las macro-estructuras de los poblados tienen las mismas soluciones, debemos considerar que las formas de habitación serían parecidas, con los materiales a su disposición en el entorno.
Este comentario viene a cuento por la inexistente investigación arqueológica en poblados de este tipo en la zona pirenaica y el desconocimiento absoluto de formas y materiales que nos puedan orientar, aunque la intuición nos indica, la utilización abundante de materiales vegetales, no debemos presuponer la inexistencia de otro tipo de formas, presentes en los territorios limítrofes donde si se han estudiado como Alava, Baja Navarra, Guipuzcoa, Ribera y Zona Media de Navarra.
El relato tópico que de este territorio se venía dando, con una aislada y salvaje vida pastoril, creemos que poco tiene que ver con la realidad de una zona donde existían importantes reservas de oro, plata, plomo, cobre, hierro, agua y madera, cruzada por importantes caminos, que difícilmente hubiera permitido mantener ese aislamiento.
Nosotros mas bien lo vemos como un territorio, donde las diferentes actividades eran complementarias, celoso pero abierto, con una lengua, cultura y organización suficientemente consolidada como para tener claras sus prioridades, una actitud esponjosa con las nuevas técnicas y hospitalaria de cara a las personas.
Volviendo al lugar de este artículo, vemos muy claro el interés que tenían en controlar este paso y a la vez encontrar la seguridad necesaria con tres castros junto al llano: Irumeaka al Este (camino de Aezkoa), Bidausi al Sur (sierra de Osa), Mezkirizperro al Oeste (sierra de Labia) y un cuarto Zerkupe (Saint Michel) al Norte, sin descartar algún nuevo descubrimiento que refuerce aún mas esta hipótesis.

Paso de Roncesvalles y la llanada con sus tres castros

Paso de Roncesvalles y la llanada con sus tres castros. Google

Es muy posible que ninguno de los recintos fortificados fueran inexpugnables, pero si tenían las suficientes dificultades para que grupos de saqueadores habituales en esta época, se lo pensaran y pasaran de largo dando tiempo a los nativos a neutralizar el peligro.

Irumeaka, Garralda

 

Recinto de Irumeaka

Recinto de Irumeaka. Google

• Tipología: Núcleo de población
• Superficie fortificada: 7770 m2
• Perímetro fortificado: 350 m
• Eje máximo: 127 m
• Eje mínimo: 63 m
• Emplazamiento: Loma
• Término municipal: Garralda,
• Entorno: Terreno mixto de pastizales naturales, praderas y bosque predominantemente de hayas con sotobosque de boj, espinos, avellanos, acebos y pacharanes, en loma ascendente orientada de Oeste a Este, aprovecha por el Sur un fuerte escarpe natural consiguiendo un amplio dominio visual del paso hacia Aezkoa, la llanada de Otegi y el paso de Orreaga-Roncesvalles. Frecuentados por el Jabalí, Ciervo, Corzo, Zorro, Tejón, Marta, Fuina, Turón, Comadreja y anida el Pito negro, Pito real, Pito picapinos, Cuervo, Corneja, Arrendajo, Azor, Gavilán, Milano real, Ratonero común, Cernícalo y un amplio número de aves menores. Con una orografía amable de lomas y cerros redondeados, viejos caminos como la pasada 26 de la Cañada Aezkoa-Fitero al Sur por debajo o el precioso sendero que desde tiempo inmemorial ascendía desde Zakarloa y daba acceso al castro .
• Conservación: De conservación incierta, no tiene que ser mala a pesar de haberse utilizado agrícolamente, los fosos aunque con abundante vegetación se hallan bien definidos así como los terraplenes, dentro del espacio fortificado una franja se encuentra reservada por la existencia de un afloramiento calizo y la ausencia de piedras en los terraplenes puede ser
debido al reciclaje y utilización de estas en épocas históricas para la construcción o por encontrarse enterradas bajo la capa vegetal.
• Materiales: por el momento no disponemos de ningún tipo de industria de este lugar.
• Circunstancias del hallazgo: Prospección de Juan Mari Martínez Txoperena, Javier Puldain Huarte y Rafa Zubiria Mujika en el contexto del poblamiento protohistórico pirenaico de la calzada romana y su entorno.
• Localizado: el día 14 de junio del 2015.
• Valoración: La valoración que hacemos de este castro es importante, tanto mas, cuanto estamos ante uno de los núcleos habitados mas cercano al paso de Roncesvalles, dominando además la llegada desde el valle de Aezkoa, por tanto importante en la articulación del territorio antes de la llegada de los romanos y cerca del lugar que escogieron los romanos para instalar una mansio de la calzada Asturica-Burdigala en el paraje de Otegi-Zaldua (Aurizberri-Auritz); Es posible por tanto, su temprano abandono en el siglo segundo a. C. por tratarse de la principal vía de penetración del pirineo occidental hacia la península ibérica. Los castros mas cercanos serían: Bidausi 1.800 m (Auritz) Mezkirizperro 3.500 m (Aurizberri-Espinal),  Sagardigain 6.900 m (Artzi-Arce, Irube 7.300 m (Oroz Betelu), Burdingain 8.400 m (Garaioa-Aezkoa), El Castillo 8.400 m (Artzi-Arce) y por el Norte Zerkupe 13.000 m (Saint Mitxel-Garazi).

(Fue Javier Puldain Huarte quien vio indicios de este castro y su insistencia nos hizo visitar varias veces el lugar, hasta que logramos identificar este recinto fortificado. .)

Interpretación ideal del recinto de Irumeaka

Interpretación ideal del recinto de Irumeaka

 

Bidausi, Auritz-Burguete

 

Recinto de Bidausi

Recinto de Bidausi. Google

• Tipología: Núcleo de población
• Superficie fortificada: 5.700 m2
• Perímetro fortificado: 310 m
• Eje máximo: 100 m
• Eje mínimo: 70 m
• Cronología: Hierro
• Emplazamiento: Loma
• Término municipal: Auritz-Burguete
• Entorno: Bosque de hayas con sotobosque de boj en sustrato calizo, situado al sur de la llanada de Otegi por encima de la confluencia de Aetzubiko Ugaldea y Xuringoa Ugaldea.
• Conservación: Los problemas propios del clima y el tiempo transcurrido, son los únicos que en principio podemos esperar, no vemos alteraciones antrópicas importantes ni por caminos ni otras causas que las propias de las explotaciones forestales, por tanto suponemos que existirá estratigrafía conservada.
• Materiales: No disponemos de ningún material
• Circunstancias del hallazgo: Prospección de Juan Mari Martínez Txoperena, en el contexto del poblamiento protohistórico pirenaico a la llegada de los romanos.
• Localizado: El 16 de octubre del 2015
• Valoración del yacimiento: Creemos que tiene mucha importancia como ejemplo del control del territorio, sobre todo en referencia a la llanada de Otegi donde llegaban varias rutas prehistóricas que atravesando el Pirineo confluían en este llano y desde aquí,tomar distintas direcciones por las diferentes sierras hacia el Sur,  mas tarde a este mismo lugar, llegarían las calzadas romanas desde Asturica Augusta y Caesaraugusta para desde aquí juntas llegar a Burdigalam. Con esta localización, Mezkirizperro e Irumeaka (los tres conectados visualmente) se completaba el control del paso, por el Sur, Oeste y Este. El recinto aprovecha un fuerte escarpe rocoso natural por el Sureste que apenas necesitaba atención y completaba el cerco con un terraplén probablemente amurallado, un foso natural (en parte) reforzado o agrandado y un pequeño tramo de muralla al Este, por donde se realizaría el acceso.

Interpretación del castro de Bidausi

Interpretación del castro de Bidausi

 

Mezkirizperro, Aurizberri-Espinal

 

Recinto de Mezkirizperro

Recinto de Mezkirizperro. Google

• Tipología: Núcleo de población
• Superficie fortificada: 35.665 m2
• Perímetro fortificado: 950 m
• Eje máximo: 400 m
• Eje mínimo: 80 m
• Cronología: Hierro
• Emplazamiento: Valle
• Término municipal: Erroibar-Erro
• Entorno: La antigua localización de Julio Altadill en un promontorio junto a la localidad de Aurizberri-Espinal, se halla colonizada para la agricultura en terrenos de propiedad particular, conserva grandes terraplenes e incluso creemos que tubo un foso hoy colmatado. Desde este altozano se puede controlar la vieja ruta y calzada romana de Astorga a Burdeos que discurre junto al sur de su muralla y un amplio espacio de la plana de Otegi.
• Conservación: La concentración parcelaria afecto gravemente a algunos de los terraplenes defensivos explanados con maquinaria pesada pero todavía conserva la mayor parte de la poliorcética aplicada para su fortificación. En dos sondeos estratigráficos practicados, solo se recuperó un fragmento cerámico de una vasija manufacturada cocida en horno reductor. De todas formas nos informados por la propiedad de la gran cantidad de piedras que se retiraron de la zona central y se arrojaron a uno de los terraplenes, comprobamos que así era. Se trata de areniscas transportadas desde una cierta distancia al Sur expresamente para su construcción, confirmando de paso lo que Altadill dejo escrito sobre reciclaje del material pétreo.
• Materiales: un solo fragmento de cerámica manufacturada
• Circunstancias del hallazgo: Comprobación de Juan Mari Martínez Txoperena y Rafa Zubiria Mujika en el contexto del poblamiento protohistórico pirenaico de la calzada romana y su entorno.
• Localizado: Por Julio Altadill a principio del S. XX
• Valoración del yacimiento: Altadill nos decía refiriéndose a Mezkiritzperro y Billarostegieta (dos colinas cercanas) y a propósito de las investigaciones que llevo a cabo sobre la vía iter XXXIV en Aurizberri-Espinal, “Las dos en sus cresterías o mesetas no reducidas, se dedican al cultivo de heno, y en sus centros hay amontonados sillares informes, alternados con otros de frentes desbastados; esos sillares recogidos al labrar las tierras, son arrancados de las líneas de cimentación que a poca profundidad se hallan; de esta suerte, los vecinos que necesitan piedra para edificaciones, la tienen allí preferible a las lejanas canteras y además los prados de heno quedan exentos de lunares incultivables. No vacilo en reconocer que las posiciones defensivas de Iturrisa se hallaron situadas en estas dos crestas, porque en las vertientes meridionales de ambas han salido también constantemente líneas de cimentación en forma y disposición tales, que denuncian desde luego una población protegida por ambas fortalezas. La calidad de este material de construcción es arenisca roja, la cual (según los prácticos del país) se encuentra no cerca y representa un esfuerzo el aportarla a Espinal; para completar antecedentes, haré notar que un buen número de estos sillares presentan señal de calcinación, si bien dejo a salvo la época del incendio origen de este signo. Mas adelante dice “Dedicadas a cultivos diferentes las laderas de las dos colinas, han resultado estas las únicas tierras que en jurisdicción de Espinal han revelado la existencia de un pueblo anterior desaparecido, ofreciendo repetidamente a los labradores el obstáculo de unos muros de piedra enterrados, cimientos sepultados que si despertaron sorpresa, no llego a cristalizar en curiosidad, como tampoco pararon su atención ni se despertó la extrañeza a la vista de los fragmentos cerámicos que acompañaban a las ruinas de los pueblos extinguidos. La vía romana al ascender y tocar en Iturrisa brindaba al caminante el agua pura y cristalina de una fuente cuyo nombre de Iturrizar subsiste único y generalizado todavía”. Este topónimo existe pero no la fuente, que con motivos de la concentración parcelaria fue enterrada bajo la pista que asciende hasta Mezizperro (Mezkirizperro). Estos prados los habíamos prospectado hace muchos años por haber sido labrados para sembrar patata y recogimos cerámica que no supimos entonces identificar, pero desde la distancia, hoy diríamos que eran del hierro e incluso romana aunque no se conservó. La prospección visual de los terraplenes nos ofrecieron mas indicios, confirmando de alguna manera lo que D. Julio Altadill dejo escrito en su visita a principios del S. XX, la mayor parte de las piedras en estos terraplenes son areniscas amarillas y rojizas, transportadas hasta el lugar desde Asibar (al menos a un kilómetro y medio al sureste) donde afloran, puesto que Mezkirizperro se trata de un paraje de margas, arcillas y calizas pobres. Anteriormente hablamos con el propietario del terreno que nos informo de “la gran cantidad de piedras que salían al labrar estas tierras y que se retiraban a las ezpondas” , nombre que se da en Aurizberri a los setos que separaban las distintas piezas de labor y que en este lugar son especialmente grandes y de gran desnivel como corresponde a los terraplenes de un recinto fortificado. Comprobamos la existencia de una depresión en el punto donde debió estar el foso de la fortificación (al Norte y evidentemente colmatado), coincide con la alineación de los prados (como se aprecia en las orto fotografías históricas) que siguen la dirección de los terraplenes hasta llegar al foso donde se interrumpen. Revisamos los terraplenes de las defensas adelantadas y a pesar de la alteración sufrida a través del tiempo, se manifiestan con unas dimensiones de gran tamaño, denotando que su construcción se debió a un motivo diferente que el de un simple prado para uso agrícola. Como conclusión diríamos que efectivamente J. Altadill, vio estas evidencias cuando todavía los arados no profundizaban y por tanto no llegaban a destruir todo el substrato, posteriormente los tractores y la maquinaria pesada utilizada en la concentración parcelaria “limpio” estos indicios eliminando incluso algunos tramos de los terraplenes, que gracias a las orto fotografías históricas se pueden restituir, que tenemos seguridad que en este lugar estaría situado un poblamiento nativo a la llegada de los romanos, aunque no tenemos constancia de la posible romanización de esta fortificación como intuía Altadill.

Interpretación del recinto de Mezkirizperro

Interpretación del recinto de Mezkirizperro

Si bien en este artículo hacemos referencia a un espacio importante pero reducido del área pirenaica, podemos sin mucho riesgo, extrapolar estas observaciones a cualquiera de los demás valles vecinos, que eran rutas de trashumancia y penetración y había que controlar y proteger, de hecho, mas de 80 castros o recintos fuertemente fortificados en el área pirenaica, la mayoría de ellos inéditos, nos dan una visión totalmente diferente aunque previsible, de la organización que los vascones habían gestado desde la edad del bronce hasta la llegada de los romanos. Esta llegada no debió ser traumática, puesto que no destruyen pueblos y ciudades, mas bien, lo que se ve es una evolución en los mismos lugares, se abandonan los asentamientos mas agrestes en aras de una mayor comodidad y mejor aprovechamiento de la tierra y el agua, se construyen caminos de acuerdo con las necesidades romanas, caminos que condicionan fuertemente la forma de vida de los nativos facilitandoles seguridad y alternativas mas cómodas y productivas, pero no parece que tuvieran grandes pleitos entre ellos.

¿Que llevo a los vascones a no chocar con los romanos? es un enigma que invita a especular, intuyendo que disponían de medios suficientes para una larga resistencia… ¿que visión tenían los nativos pirenaicos sobre estos? o… ¿que acondiciones les ofrecieron y acordaron?, lo cierto es que hasta lo que sabemos, las fuentes clásicas no recogen grandes diferencias con los vascones, si acaso opiniones y visiones no siempre laudatorias, sobre las costumbres y formas de vida de los vascones, pero nada indica que se llevaran mal.

 

Bibliografía utilizada

 

Albertos M.L., Alava prerromana y romana, estúdios de arqueología alavesa, 1970

Almagro Gorbea Martin, El origen de los celtas en la península Iberica: Protoceltas y Celtas, 1992

Altadill  Julio,  Vías y vestigios romanos en Navarra, De Re Geographico-Histórica Diputación de Guipúzcoa, 1928, homenaje a Carmelo Etxegarai, págs. 465-566.

Andreu Pintado J. Armendariz Martija J. Ozkariz Gil P. Garcia-Barberena Unzu M. Jordan Lorenzo A. Una ciudad de los vascones en el yacimiento de Campo Real/Fillera (Sangüesa-Sos del Rey Católico), 2008

Aranzadi T. de. y  Barandiaran José Miguel de  , Exploraciones de prehistoria en las cercanías de Roncesvalles (Auritzberri-Espinal) y en Gorriti y Huici,MUNIBE, 1953, cuad 2º

Armendariz Martija J. DE ALDEAS A CIUDADES, El poblamiento durante el primer milenio a. C. en Navarra, 2008

Castiella A. La edad del Huierro en Navarra y Rioja, 1962

Estrabon, III, 3, 4, 10, 34, “ambas poblaciones, con Kalágouris, una de las ciudades de los Ouáskones” y otra cita como “esta misma región esta cruzada por la vía que parte de Tarrákon y va hasta los Ouáskones del borde del océano, esta calzada mide 2.400 estadios y se termina en la frontera entre Akyitania e Iberia” […] “Después por encima de la Jakketnia, en dirección al Norte, esta la nación de los Ouáskones, que tiene por ciudad principal a Pompelon, como quien dice “la ciudad de los Pompeios” (traducción de A. García Bellido)

Gaudeul Francis, Les enceites de type protohistorique des Pyréneés-Atlantiques, Archeologie en Aquitaine, 5, pp163-174

Jimeno Jurio José María, El mito del camino alto, Príncipe de Viana, 1973, pág. 34

Llanos ortiz de Landaluze A. La edad del Hierro y sus precedentes en Alava y Navarra, Munibe 1990

Michelena L. La Lengua Vasca y la prehistória, 1966

Salustio, hist. 3, 93 y Salustio, hist. 3, 86-87

Schulten A. Referencias sobre los Vascones hasta el año 810 después de J.C., 1927, pág. 226

Peñalver Iribarren Xabier , El hábitat en la vertiente atlántica de Euskal Herria, El bronce final y la edad del hierro, KOBIE, 1970, pp86-90

 

La batalla de Orreaga y la participación de los nativos

14 de agosto de 2014

Una visión de la participación de los pobladores inmediatos en este hecho histórico, 1236 años después, contando con los nuevos datos camineros.

El dato fundamental de un camino que hoy sabemos existía en la época de la batalla, en suficiente buen estado como para que Carlomagno circulara por él, permite sino ubicar definitivamente, si aportar  argumentos importantes en la localización del lugar de este hecho.

Las fuentes principales para poder extraer información de este importante hecho alto medieval, aunque escasas, dan la suficiente seguridad a los historiadores como para asegurar, no solo, la existencia real de la batalla sino también la fecha y la participación de algunos personajes en la misma.

Son los Annales Regios, los Annales Metenses, priores (anónimo), Vita Caroli Magni Imperatoris , de Eguinhardo, Annales de Gestis Caroli Magni, del Poeta Sajón y Vita Hludowi Imperatosis, del astrónomo Lemosín.

Sobre Annales Metenses, priores, escritos 25 años despues de la batalla, José María Jimeno Jurio nos dice que:

«aunque silencian el desastre son valiosisimos por cuanto anotan expresamente la ruta seguida por Carlomagno entre Aquitania y Pamplona».

En los Annales Regios, anónimo, 50 años posterior a los hechos podemos leer:

» Habiendo decidido volverse (a Francia), entró en los bosques del Pirineo (Pyrenei saltum ingressus est), desde cuyas cimas los vascones habían tendido una emboscada. Al atacar a la retaguardia (extremun agmen) se extiende el tumulto por todo el ejército (totum exercitum magno tumultu perturbant), y aunque los francos eran superiores a los vascones, tanto en armamento como en valor, lo escarpado del terreno y la diferencia en el modo de combatir los hizo inferiores. En la lucha fueron muertos la mayoría de los paladines que el rey había puesto al frente de las fuerzas. La impedimenta fue saqueada. El enemigo desapareció rápidamente gracias al conocimiento del terreno».

En Vita Caroli Magni, escrito por Eguinhardo cronista de Carlomagno nos dice:

«Marchó a Hispania con todas las fuerzas disponibles, y salvados los montes Pirineos, logró la sumisión de todas las fortalezas y castillos que encontró. Al regreso, en la misma cima de los Pirineos, tuvo que experimentar la perfidia de los vascones cuando el ejército desfilaba en larga columna, como lo exigían las angosturas del lugar. Los vascones emboscados en el vértice de la montaña, descolgándose de lo alto, empujaron al barranco a la columna que escoltaba la impedimenta que cerraba la marcha, provocando que los hombres se precipitasen al valle situado más abajo, y trabando la lucha los mataron hasta el último. Después de lo cual, apoderándose del botín, protegidos por la noche que caía, se dispersaron con gran rapidez. Ayudó a los vascones no sólo la ligereza de su armamento, sino también la configuración del lugar en que la suerte se decidía. A los francos, tanto la pesadez de su armamento como el estar en un lugar más bajo, les hizo inferiores en todo momento. Entre otros muchos perecieron el senescal Egiardo, el conde de palacio Anselmo y Roldán, prefecto de Bretaña. Este fracaso no pudo ser vengado, porque los enemigos se dispersaron de tal manera que ni siquiera quedó rastro del lugar donde podían hallarse».

El astrónomo Lemosin en Vita Hludowici Imperatoris comenta:

«Decidió atravesar los escarpados Pirineos, y con la ayuda de Cristo socorrer a la Iglesia que cruel yugo sarraceno. Había una montaña muy alta que casi toca el cielo; una montaña de escarpadas peñas, sombría por los tupidos bosques, tenebrosos y oscuros, y con estrechos senderos que entorpecen el paso tanto de un gran ejército como de un pequeño grupo. Carlomagno consiguió franquearla con la ayuda del cielo. La gloria de la feliz hazaña fue gravemente mancillada por la fortuna pérfida. Terminados los asuntos que le habían llevado a España, después de la feliz marcha de retorno, surgió un contratiempo. Los hombres de la retaguardia fueron degollados en la montaña».

Para terminar el Poeta Sajón nos cuenta 100 años después de la batalla como Carlomagno iba delante y ya había pasado el puerto, cuando se dio el ataque:

«Habiendo penetrado (el rey) a su regreso en la profunda hondonada del Pirineo, cuando el ejército cansado atravesaba por los estrechos senderos, los vascones osaron poner asechanzas bajo el sumo vértice del monte. Una abominable muchedumbre de ladrones victoriosos que arrebatan el inmenso botín, matando a varios ministros palatinos encargados de custodiar las riquezas. Enriquecidos por los óptimos despojos, los ladrones huyen por senderos inabordables en medio de los bosques del profundo valle que sólo ellos conocían. Se ponen a salvo gracias a la huida y a la noche que se echaba encima. No dejaron rastro y no hubo posibilidad de represalias».

También en las Notas Emilianenses ( Pseudo Turpin) existe una referencia a la batalla que aunque recoge la versión que da La Chanson de Roland, contiene una novedad que es el discurrir de la vanguardia por el «Vallis Karoli», denotando el uso popular de la denominación de Valcarlos en esta época, reconociendo el lugar de la batalla en el barranco o desfiladero de Luzaide (¿ Luze Bide?)

No tratamos de construir un relato histórico desde el punto de vista científico, pues este aspecto suficientemente publicado da para poco, mas bien lo desarrollaremos desde la visión mas sentimental de un natural de esta zona.

Una épica y gran batalla, recordada a nivel europeo como un hito en la historia del continente y básicamente por La Chanson de Roland, documento fundamental de la literatura europea.

Es curioso que en la enseñanza básica española, es prácticamente inexistente, referencia alguna a ella.

Mas impresentable es, que tampoco en Navarra (solar de los Vascones), se haga referencia alguna oficial a este evento, como una de las pocas y grandes victorias a celebrar memorablemente, pasando siempre desapercibida.

Antes por ignorancia e incultura y ahora por motivos mas políticos e inconfesables. Dirán que existe poca documentación, que la épica esta reñida con la verdad y la historia, ¡excusas demagógicas!, porque estas carencias también tienen en Europa, ellos ¡perdieron la batalla! y sin embargo la recuerdan y enseñan.

Actualmente a mi parecer, las razones arrancan de la ocupación del estado navarro, violentamente, por la fuerza de las armas y la secular represión, tanto judicial, militar, intelectual, social como educativa, que el estado agresor ha tenido que mantener a través de la historia, para poder controlar a los descendientes de aquellos vascones que aquí, derrotaron al mayor ejercito de la época.

Dirán que exaltarían sentimientos nacionalistas, como si los navarros no tuviéramos derecho a sentirnos Vascones y Navarros y celebrar con orgullo estas gestas de nuestros antepasados.

Ajustándolos al tema que nos trae: Empezaremos por hacernos una idea del territorio desde de la prehistoria.

 

Vías nativas pecuarias

Vías nativas pecuarias

En la llanada de Errozabal, que comprende los términos de Auritz-Burguete y Aurizberri-Espinal y Orreaga-Roncesvalles, confluían varias vías pecuarias nativas, vías por donde se movían desde la lejana prehistoria, los naturales tras sus ganados, buscando los pastos estacionales y por tanto jalonadas de manifestaciones funerarias.

  • La azul desde el valle de Baigorri por Sorogain.
  • La roja de Garazi, por Lasa, Lauriña y Lindux.
  • La amarilla desde Garazi, por Bentartea y Lepoeder.
  • La verde de Saint Michel, por Urkulu y Nabala.

Desde aquí partían en distintas direcciones, por las sierras de Osa, Sierra de Labia y Sierra de Esteribar.

Del Paleolítico, tenemos evidencias cercanas en Zatoia, Abaurregaiña, Aezkoa y suponemos, que en el valle de Erro también aparecerán, si algún día se investiga en alguna cueva.

 

Cueva de Laminizilo, Erro

Cueva de Laminizilo, Erro

Del neolítico, hay abundantes evidencias en el abrigo de Aizpea (Aribe) y líticas en los alrededores de Aurizberri.

En el Eneolítico, Calcolítico y Edad del Bronce, además de industria lítica y cerámica, ya tenemos otras manifestaciones como dólmenes y menhires, que son evidencias del aprovechamiento intensivo del territorio con un elevado numero de estos monumentos. Son las primeras manifestaciones arquitectónicas y funerarias y de alguna manera denotan la apropiación ritual y tribal del territorio.

Hacha de la edad del bronce pirenaica

Hacha de la edad del bronce pirenaica

De la edad del hierro, también tenemos abundantes evidencias en forma de Túmulos, Cromlechs y abundantes recintos fortificados, que nos indican que ya el territorio no era seguro.

Localizaciones  castreñas de la edad del hierro en un radio de 25 km. de Ibañeta

  • Alto de la Peña, Nagore (inédito)
  • Asnotz, Señorío de Asnotz (inédito)
  • Burdigain, Garaioa (inédito)
  • Elbegi, Oskaritz (inédito)
  • El Castillo, Gorraitz, (Armendariz 2008)
  • El Fuerte, Erro (inédito)
  • Gaztelu, Eugi (inédito)
  • Gazteluzar, Urepel (inédito)
  • Gazteluzar, Urrotz (inédito)
  • Irixar-Murillo, Ardaitz (inédito)
  • Irungaztelu, Jaurrieta (inédito)
  • Measkoitz, señoríos Erro (inedito)
  • Moriskoa, Orbaitz, (Armendariz, 2008)
  • Murelu, Zubiri (inédito)
  • Murugain, Caserío Akotain (inédito)
  • Zerkupe, Saint Michel, (F. Gaudel,1983 )

 

Hacha y escoplo de la edad del hierro de Errozabal

Hacha y escoplo de la edad del hierro de Errozabal

La llegada de los Romanos: Supone ni mas ni menos que la seguridad y un gran progreso.

Esto, que si bien en un principio, sería solo para los ciudadanos romanos, las vías, el comercio y la tecnología terminaba facilitando la vida de los nativos.

Trajo practicas mineras y metalúrgicas modernas, en un territorio con gran abundancia mineral y fueron respetuosos con las costumbres, la religión y la lengua de los nativos, de hecho promulgaron leyes muy severas que protegían estos derechos.

Gran corta en la mina de oro de Lezetako kaskoa, Urepel

Gran corta en la mina de oro de Lezetako kaskoa, Urepel

 

Evidencias de ruina montium en Lezetako kasoa, Urepel

Evidencias de ruina montium en Lezetako kasoa, Urepel

En definitiva, no conocemos constancia escrita, de problemas entre los vascones y los romanos, al menos hasta la crisis y la decadencia del mismo.

Por el contrario, fueron contratados por los romanos, como fuerzas auxiliares para la protección de las vías y del territorio.

Todo esto conformaba un territorio con un gran dinamismo, industrial y cosmopolita comercio, donde las vías de comunicación, la minería y la madera mantenían activa una gran población superior a la actual.

Es posible, que al final, se pusieran enfrente de las castas dirigentes, participando en el fenómeno bagauda, que con la crisis, asfixiaba con impuestos a la población y esa misma tradición en el uso de las armas, la habrían mantenido (en cierta manera) por largo tiempo.

Para hacernos una idea de la situación y del contexto histórico, es necesario hacer una composición de lugar:

  • ¿Como seria el territorio?,
  • ¿Cual era el tipo de vida de los vascones, después de la caída del Imperio romano?,
  • ¿Que efecto tendrían las invasiones, en el paso mas importante del pirineo atlántico?
  • ¿Qué población habría y donde vivirían?

Si tenemos en cuenta que en el 778, fecha de la batalla, la única población que existía con seguridad sería Roncesvalles, osea… Auritz-Burguete, primero tenemos que tener claro, que el Roncesvalles de la batalla era el actual Auritz-Burguete.

El Orreaga-Roncesvalles actual, fue fundado por el Obispo de Pamplona D. Santxo de Larrosa, como Real Hospital de Santa María en 1127, para sustituir al hospital de San Salvador de Ibañeta, donde la vida y el clima eran muy duros, después sería denominado como Santa María de Roncesvalles por proximidad (2300 m) y terminó apropiándose del nombre de Roncesvalles.

Los hospitales-hostales, nacen como refugios para peregrinos, estaban atendidos por religiosos y posteriormente pasan a manos seglares privadas, menos este que evolucionaría a monasterio o colegiata.

Por tanto: Se referían a Auritz… difícilmente se podían referir al actual, cuando no existía.

En documentos antiguos el puerto de Ibañeta es denominado como puerto de Auria o Auritz.

Creemos que el antiguo Errozabal-Rozabal-Rosçebal-Ronzalsvals-Roncesvalles, nacería a finales del S. VI o principios del S.VII , tras abandonarse Iturissa años antes.

La confluencia de dos grandes vías que venían de Zaragoza y de Astorga y los materiales reciclados de la antigua población, habrían facilitado el nacimiento de un nuevo poblado, en el mismo sitio del actual Auritz.

También creemos, aunque no exista documentación, que el resto del territorio estaría habitado, aunque es posible que las invasiones de Bárbaros, Suevos, Alanos y Visigodos, habrían replegado a los habitantes a lugares apartados de las vías, y es muy posible que se habrían rehabilitado los poblados fortificados de la edad del hierro, pero ademas  hay indicios, de que esta inseguridad, habría favorecido la organización de los vascones para su defensa, de hecho tanto el siglo VI y el VII, discurrieron en continuos enfrentamientos con los visigodos.

Recinto castreño El Castillo en Gorraitz, Artzibar

Recinto castreño El Castillo en Gorraitz, Artzibar

 

Recinto fortificado de Zerkupe, Saint Michel

Recinto fortificado de Zerkupe, Saint Michel

Existe una carta (S.VII) del obispo visigodo de Zaragoza, al obispo de Barcelona, donde le cuenta como los vascones ponen cerco a Zaragoza, asolan la comarca y se llevan 3000 prisioneros.

Al parecer en el 653, el noble visigodo Froya se subleva contra Recesvinto y aliándose con los vascones acomete esta difícil empresa, muriendo en la misma, como nos dicen  A. Barbero y  M. Vigil:

«Esta intervención revela, que los vascones ademas de ser independientes en la región del Pirineo, tenían una organización y una fuerza que les hacia capaces de tomar parte activa en la vida de naciones mucho mas poderosas que ellos mismos».

Esto solo se consigue con una fuerte organización y practica guerrera, habida cuenta que Zaragoza era una de las mas importantes ciudades visigodas y perfectamente fortificada.

Estamos en una época oscura, con poca documentación escrita, los vascones tenían la mala costumbre de no escribir y por tanto, lo único que nos puede dar pistas sobre la historia de los nativos, es el pertenecer al mismo pueblo y conocer su idiosincrasia, practicas y costumbres.

De esta forma intuimos, que el territorio que posteriormente conformará oficialmente el valle de Erro, ya existiera, al menos en la conciencia de sus moradores, como unidad administrativa, o que la batalla fuera el desencadenante para su organización. Hay que tener en cuenta, que los territorios administrativos, nunca se organizarían, contra la voluntad de los naturales sino a propuesta de los mismos.

Tenemos que ser conscientes, que esta historia se desarrolla en pleno valle de Erro histórico.

Que en el origen del reino de Pamplona, el valle mas potente era  Erro, Baztan en esta época no es seguro si estaba integrada en el reino o bajo influencia del duque de Aquitania.

Que ocupando las dos vertientes, controlaba los mas importantes pasos pirenaicos, con lo que es fácil entender la influencia que habría tenido en la formación y defensa del reino.

En las necrópolis conocidas del S.VI-VII, la recuperación de armas y materiales metálicos bien elaborados, es abundante, denotando, la formación guerrera de parte de la población y el mantenimiento de la tecnología metalúrgica y minera local, por tanto los pobladores de este territorio, tendrían una buena formación y organización guerrera y estaban bien armados.

 

Armas de la necrópolis de Buzaga (Elorz)

Diverso armamento de la necrópolis de Buzaga

 

Placas de cinturon vasconas (S.VII)

Placas de cinturón vasconas (S.VII)

 

La poca población diseminada, no permitiría una actitud agresiva sino mas bien defensiva, de tal manera, que el conocimiento del terreno en profundidad, sería una gran baza en esta defensa.

Como también lo seria, la tradicional ligereza del equipaje, que favorecía el movimiento en este medio, enfrentado a la pesada impedimenta de los guerreros de la época.

Ilustración de guerreros carolingios

Ilustración de guerreros carolingios

Los ejércitos en esta época, eran muy pesados y lentos, la caballería no era determinante y menos en este territorio, todavía no conocían ni la herradura ni el estribo, solo podían circular por caminos carreteros y nunca recorrían mas de 15 km diarios. Sirva como ejemplo que la indumentaria de un infante, tenia un peso superior a 50 kgs, empezando por la cota de malla con 28 kgs, espada, escudo, lanza etc.

Hoy sabemos, contrariamente a lo presumido hasta ahora, que el único camino carretero de buena traza existente, era la vía romana y que esta discurre de Ibañeta por el barranco de Luzaide, con una inclinación máxima de un 6% y una anchura mínima de 5-6 metros, como correspondía a una de las grandes vías del imperio.

Este conocimiento nos hace replantear seriamente, no solo la existencia de la calzada por la cuerda alta, innecesaria e inservible una buena parte del año, sino que hace altamente improbable que los romanos llegaran nunca a dotar de infraestructura esta vía, que ya hemos comentado existía como ruta pecuaria prehistórica. La altura, los grandes desniveles, la dureza del invierno, son argumentos mas que suficientes para desechar esta creencia, pero ademas la falta de evidencias camineras estructurales (buscadas y no encontradas) y la falta de ejemplos similares en el imperio romano, nos lleva a rechazar la idea de una calzada de verano por la cuerda alta.

Recorrido de los caminos bajo (rojo) y alto desde Ibañeta

Recorrido de los caminos bajo (rojo) y alto desde Ibañeta

Es verdad, que habían pasado mas de 200 años desde que los romanos dejaron de atender estos caminos, pero ,  estamos seguros de que los habitantes del territorio, mas tarde conocido como Valle de Erro, lo mantendrían de alguna manera, aunque solo fuera para sus relaciones vecinales.

Lo que nosotros hemos observado en varios puntos de la calzada, son diferentes niveles de rodaduras de carros, evidencia que denota el uso carretero durante muchos siglos.

Diferentes niveles de rodadura en la calzada de Luzaide

Diferentes niveles de rodadura en la calzada de Luzaide

Teniendo en cuenta que los ejércitos se movían siempre con brigadas de azadones o zapadores, que iban por delante arreglando los caminos, podemos tener una cierta seguridad que la batalla fue en Luzaide (de ahí, Valcarlos, valle de Carlos).

No hace falta ser adivino, ni tener un exceso de imaginación y hay argumentos para creer, que corrió a cargo de los vascones de esta zona (Erro y Aezkoa) la organización y supervisión de los preparativos para la batalla, pues de una verdadera batalla se trato, no solo una emboscada.

Algunos historiadores la sitúan como la Chanson de Roland, desde Ibañeta al llano de Errozabal, ¡ habría sido suicida ! el enfrentamiento con un ejercito acorazado como el carolingio en campo abierto, no cabía.

Es verdad que en este llano se han hallado armas de esta época, pero también es cierto que este llano es el lugar ideal para la acampada y también se han dado otras batallas, otros pasos de ejércitos y las perderían.

 

Armas carolingias de Baratzeko erreka

Armas carolingias de Baratzeko erreka

 

Armadura de ballesta y pica de tipo germánico de Errozabal

Armadura de ballesta y pica de tipo germánico de Errozabal

Pero el mantener las posiciones y atacar no solo a los que habían quedado encerrados, sino también a la infantería, impidiéndole reaccionar. No sería tarea fácil de unos pocos locos, sino de una gran fuerza y bien organizada.

Después, el saqueo (habitual en la época), el repliegue y dispersión, tampoco podía ser labor de unos pastores, sino de una población bien organizada y se hizo en la oscuridad, otra evidencia más, del gran conocimiento del terreno que tenían los participantes en esta acción.

Lanza de época carolingia

Lanza de época carolingia

¿ Cuanta gente pudo reunirse como para atacar semejante reto ?

Podemos pensar en un buen número, es correcto creer, que se juntarían mas de 2000 hombres y mujeres y habrían sido guiados a los diferentes lugares a conocer y preparar el ataque y la retirada.

Si analizamos las fuentes que nos dicen, que al regresar de Zaragoza saquean Iruña y se entretienen en derribar las murallas, aunque obligaran a la población bajo amenazas, debemos pensar que estuvieron ocupados varios días, sabemos cómo eran las murallas de Iruña y algo queda de ellas en el aparcamiento de la plaza del Castillo, ¡no se derriban las murallas en cuatro días!

Todos los pueblos tenían un sistema de comunicación rápido y los vascones también.

Por tanto al día siguiente del ataque a Iruña, prácticamente todo el Saltus vasconum conocía o estaba conociendo lo que ocurría.

Los vascones de la ribera ya venían detrás del ejercito carolingio, entre ellos los Banu Quassi, vascones musulmanes, que habían sufrido los desmanes de los francos y cuya misión consistía en acosarlos, manteniéndolos en continua tensión.

Así los días que estuvieron entretenidos en Iruña, sirvió para juntarse y preparar la encerrona.

El ejercito de Carlomagno se movía con la misma disciplina y las mismas normas de las legiones romanas.

De esta manera sabemos que estarían acampados en Ibañeta, pues la distancia que recorrían al día no pasaba de 15 km, el camino que venía de Iruña coincide en este punto con 45 kms y ofrecía las condiciones mínimas necesarias para ello.

Acampada en el collado de Ibañeta

Acampada en el collado de Ibañeta

Sabían perfectamente por donde tenían que pasar y como las gastaban.

Tampoco los francos las tenían todas consigo, Carlomagno era un gran estratega y conociendo perfectamente las artes de la guerra, destacaría patrullas de exploradores e intentaría tomar rehenes.

Los vascones sabían que probablemente las nieblas de la época, estarían presentes como casi todos los años, haciendo inútiles estas avanzadillas.

Es posible que la guerra psicológica también se pondría en practica como método de acoso, trompas, irrintzis, columnas de humo, pueblos abandonados y ganado dispersado y oculto, les indicaría que no estaban en tierra amiga.

El no haber tenido problemas en la venida y quizás un poco de prepotencia, favoreció el trabajo de los que durante varios días preparaban la munición sobre el terreno.

Localización de puntos de ataque cercanos y posibles salidas,  parapetos y lugares donde ocultarse y esperar,  acopios de troncos, piedras, grandes rocas y palancas estratégicamente situadas para hacer rodar las rocas, seria la tarea de los naturales esos días.

De pronto: El sonido de irrintzis y cuernos rebota entre los peñascos del barranco, rompiendo el pesado silencio que anuncia la tragedia.

En un minuto la infantería queda aislada de la retaguardia, sin posibilidad de reaccionar.

Al atardecer los vascones atacan

Al atardecer los vascones atacan

En txirriski, Tabletako Oihana y Gastixarre las pendientes son tan violentas que el que se atreve a subirlas es presa fácil de certeras pedradas, ¡de esto estaban bien provistos!.

Así el escenario seria dantesco, ver y oír caer las rocas sin poder hacer nada para protegerse, encoge al guerrero mas experto y la audacia desaparece al instante.

Intentan huir pero es inútil, unos mueren aplastados, otros se despeñan y resultan malheridos.

Desbandada de la retaguardia

Desbandada de la retaguardia

Es posible que los muertos no fueran tantos (al enemigo que huye puente de plata) pero si fueron importantes, (de ahí la gran repercusión de la batalla en Europa).

El que estos importantes personajes de la nobleza franca estuvieran en la retaguardia, pudo ser por mantener la moral ante el acoso o porque el botín de guerra no querían perderlo de vista.

 

Roldan malherido hace sonar el Olifante

Roldan malherido hace sonar el Olifante

¡¡ Ha oscurecido y Roldan ha muerto!!

Ya solo quedaba acopiar el botín, armas y bagajes, y desaparecer.

¡No eran ni ladrones ni bandidos!, nada se hizo que no fuera normal en la época.

Nada tenía que ver con un ataque agresivo, era una respuesta defensiva ante la agresión y prepotencia del un gran ejercito, el ejercito del Sacro Imperio Romano, que pasaba arrasando a sangre y fuego por segunda vez en pocos meses, la tierra de los vascones.

Al amanecer, tras una larga noche, Carlomagno reconoce el desastre, entierra a sus muertos y regresa apenado con una gran depresión.

Ya nunca volverá y de nada le sirvió atacar a los vascones ni derribar las murallas de Iruña.

Busto de Carlomagno

Busto de Carlomagno

 

No aprendieron la lección los Condes Eblo y Aznar en el 824, que fueron también derrotados en el mismo escenario.

A modo de conclusión diremos, que ha pesar de la falta de documentación, tenemos argumentos suficientes para creer que la repercusión fue muy grande.

Un pueblo como el vascón que no escribía, tenia otra forma de fijar en la memoria hechos como el que celebramos, uno de ellos es la toponimia.

Muy abundante en todo Navarra e indicio, de la amplia participación de vascones de otras comarcas.

Los topónimos mas numerosos son los referentes a Roldan, con ellos, se mitifica al personaje y de esta manera se hace mas grande la victoria.

  • Errolansoropila (Asto Bizkar),
  • Errolaniturria (Asto Bizkar)
  • Errolangurutz (Auritz),
  • Errolan Harria (Urrotz),
  • Errolan Harria (Madotz),
  • El Paso de Roldan (Linzoain)
  • la propia denominación de Valcarlos son ejemplo cercano de la gran cantidad de toponimia referente a este hecho.

La misma técnica es usada por los francos, cuando en la Chanson de Roland, magnifica las fuerzas enemigas para restar importancia a la derrota, poniendo en escena a la otra gran fuerza de la época como eran los musulmanes.

En la zona no conocemos o no existe ningún cuento o leyenda referente a la batalla, pero en el territorio vascón esta ampliamente difundida la de Errolan Harria, que aunque no hace referencia directa a la batalla (de hecho creo que es mas antigua), ridiculiza al personaje, que siempre falla en su objetivo de destrucción, por motivos harto banales como una “cacarruta” donde patinarse o la capa que se le enreda, para estropearle la tarea y la contraria donde se le magnifica como en el combate de Roldan contra el gigante Ferragut.

Menhir de Errolan Harria en Madotz, con las marcas de los dedos

Menhir de Errolan Harria en Madotz, con las marcas de los dedos

 

Errolan Harria en Urrotz

Errolan Harria en Urrotz

 

Piedra del Paso de Roldan en Linzoain

Piedra del Paso de Roldan en Linzoain

Es muy difícil transpolar los poblados habitados en la época de la Batalla con los conocidos actualmente, sabemos que los pueblos muchas veces nacían al amparo de un camino siempre y cuando tuvieran solucionado el problema del agua.

Pero también es cierto, que estos caminos otras veces, se construían para articular el territorio precisamente por la existencia de los mismos.

Saber distinguir unos de otros es importante a la hora de conocer que lugares estaban habitados en un momento determinado de la historia.

Por eso es muy difícil para mi, poner nombres actuales a los lugares habitados en el 778, así me conformaré con hacer una relación de los lugares que han conformado el Valle de Erro a través de la historia:

  • Aintzioa
  • Aldudes
  • Aranegi
  • Ardaitz
  • Auritz
  • Aurizberri
  • Bizkarreta
  • Erro
  • Esnotz
  • Gurbizar
  • Larraingoa
  • Linzoain
  • Loizu
  • Luzaide
  • Mezkiritz
  • Oiaide
  • Orosa
  • Orreaga
  • Urniza
  • Zilbeti

Sirva pues esta aclaración para rendir homenaje a todos los Vascones, habitantes de estos lugares, que sin genero de dudas participaron activamente en la batalla que derrotó al ejercito mas grande de la época.

Homenaje a los guerreros vascones en el aniversario de la batalla, 2013

Homenaje a los guerreros vascones en el aniversario de la batalla, 2013

 

Homenaje a los vencedores

¡¡Homenaje a los vencedores!!

 

Este pequeño trabajo se basa fundamentalmente en la charla impartida los días 26 de julio y el 2 de agosto en Aurizberri y Erro, organizadas por la asociación Etxabarrengoa, Fundación Orreaga y la coordinadora Orreaga 778 con motivo del  1236 aniversario de la batalla de Orreaga.

 

 

BIBLIOGRAFÍA UTILIZADA

AUÑAMENDI EUSKO ENTZIKLOPEDIA, Estornes Lasa B.

BARBER A. y VIGIL M. Visigodos, cantabros y vascones en los origenes sociales de la reconquista, 2012

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BELASKO, Miguel (1999): Diccionario etimológico de los nombres de los pueblos, villas y ciudades de Navarra, Pamplona. Ed. Pomiella.

BESGA MARROQUIN A. Vencedores y vencidos

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CIERVIDE MARTINENA R. Consideraciones en torno a la toponimia de Roncesvalles, 1981

ECHANDI ERCILA, Santiago (2000): Corpus de rolandiana pirenaica. Lugares y leyendas de Roldan en los Pirineos, Huesca. Ed. Diputación.

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GARCÏA PEREZ  Guillermo , Carlomagno en Roncesvalles: Un error militar viario, El nuevo miliario, 1, 2005

Guía del peregrino medieval («Codex  Calistinus»Pseudo Turpin, libro V). Trad. de Millán BRAVO LOZANO (1989), Valladolid.

HALPHEN, Louis (1992): Carlomagno y el imperio carolingio, Madrid, Ed. Akal.

IBARRA J.  historia de Roncesvalles, 1936

JIMENO JURIO, José María (1973): El mito del camino alto entre Roncesvalles y Saint-Jean-Pied-de-Port, Pamplona

JIMENO JURIO, José María (2004):Donde fue la batalla de Roncesvalles, Pamiela y Diario de Noticias, Pamplona

LACARRA, José María (1942): Las más antiguas fundaciones monásticas en el paso de Roncesvalles, San Sebastián.

MENÉNDEZ PIDAL, Ramón (1959): La Chanson de Roland y el neotradicionalismo. Madrid.

MORET, José de (1680): Anales del Reino de Navarra. Ed. de Susana HERREROS LOPETEGUI y otros. Navarra.

NARBAITZ, Pierre (1978): Oria ou la Bataille de Roncesvaux (15 aoüt 778), Bayonne. Navarra. Dif. Zabal.

UBIETO ARTETA, Antonio (1985): La ‘Chanson de Roland’ y algunos problemas históricos, Zaragoza. Ed. Anubar.

 

 

 

Dolmen de Epersaro, megalitos en fuertes laderas

25 de mayo de 2014

El recientemente localizado dolmen de Epersaro así como el cercano túmulo de Zubibeltzeko bizkarra, ambos localizados en el barranco de Luzaide-Valcarlos, son un ejemplo de los lugares donde este tipo de monumentos aparecen últimamente con mas asiduidad.

Dolmen de Epersaro desde el Oeste

Dolmen de Epersaro desde el Oeste

Habituados a localizarlos en lugares despejados de altura, en caminos, collados y lomas, llamaban la atención por su evidencia desde la antigüedad, leyendas, cuentos y toponimia ayudaron a su reconocimiento.

Dolmen de Soroluze, Aezkoa

Dolmen de Soroluze, Aezkoa

Han pasado muchos años desde que los primeros prospectores iniciaran esta labor a finales del siglo XIX (en 1895, J. Iturralde y Suit, identifica y excava el monolito de Errolan Harria en el pequeño valle de Ata), seguidos ya en el XX por los pioneros de la arqueología (F. Ansoleaga, T. Aranzadi, J. M. de Barandiaran y T. Eguren)  y una serie de aficionados que hicieron de esta afición pasión, desarrollando una meritoria labor, localizando e inventariando un extenso catalogo de monumentos. Entrando en el siglo XXI, nos parecía que sería muy difícil que se localizaran nuevas manifestaciones.

Ansoleaga y Barandiaran en Aralar, 1913

Ansoleaga y Barandiaran en Aralar con sus ayudantes, 1913

Con la facilidad de desplazamiento y la construcción de una ingente cantidad de pistas y caminos la afición no decayó, mas bien al contrario, aparecieron personas y grupos organizados (como Hilharriak) que continuaron con esta labor de manera sistemática logrando éxitos indiscutibles y sobre todo cambiando la idea instalada de donde se tenían que buscar estos monumentos, a la percepción, de que cualquier lugar es susceptible de ello, sobre todo, si la piedra como materia prima es abundante y cercana.

Parte del grupo Hilharriak en Epersaro, Foto Hilharriak

Parte del grupo Hilharriak en Epersaro, Foto Hilharriak

Que los constructores de estas manifestaciones funerarias en el ámbito pirenaico, no solo eran pastores, hoy esta mas claro que hace 100 años, vemos como aparecen en la orilla de ríos, asociados con abrigos bajo roca y asociados sin duda al propio curso de agua como fuente de alimentos, incluso de posibles trueques o intercambios, también en las inmediaciones de minas cuya explotación es desconocida pero de apariencia muy antigua.

Dolmen Urrobi 2, en Artzibar junto al cauce del río

Dolmen Urrobi 2, en Artzibar junto al cauce del río

Abrigo habilitado junto al dolmen

Abrigo habilitado junto al dolmen

Lugares como Latargi en Malerreka (18 dólmenes); Arguibel (11) en Baztan; Legate (7), Baztan; Baigura (5) en Urraul Alto;  Arraiotz-Monte Corona (20) en Artzi, como ejemplo pero no únicos, nos están indicando que era habitual transportar los difuntos a los lugares donde la materia prima la tenían en abundancia, sin importarles que se tratase de empinadísimas laderas mal orientadas, sin apenas sitio para construir los dólmenes y tampoco el tamaño era una condición, quedando este determinado por la cantidad de población.

Dolmen 15 en la ladera de Latargi, Erasun

Dolmen 15 en la ladera de Latargi, Erasun

Hay una reflexión que tenemos que hacer, cuando vemos que la inmensa mayoría de los monumentos que se descubren, han sido excavados o profanados con anterioridad, incluso en la antigüedad, nos están informando, que el interés por estos monumentos, siempre ha estado presente, es verdad, que con diferentes motivos y objetivos, pero en realidad, nunca se perdió la memoria del significado de estas manifestaciones, de ahí, la aparición de las leyendas.

Túmulo profanado de Zubibeltzeko Bizkarra, Luzaide-Valcarlos

Túmulo profanado de Zubibeltzeko Bizkarra, Luzaide-Valcarlos

La asociación de los muertos y la antigüedad con  grandes riquezas, fue terreno abonado para especular, ¿porque sino se iba a realizar semejante trabajo, con esas grandes piedras si no era para enterrar grandes tesoros?, si tras la profanación no se habían cumplido las expectativas, se callaba o se presumía exagerando y de esta manera se agrandaba la leyenda, simplemente con esta furtiva actuación.

También nos están informando que el medio natural, siempre ha sido utilizado más que en la actualidad, a pesar de las facilidades de desplazamiento que gozamos hoy en día, de hecho, en todos los años cultivando nuestra afición, solo conocemos un caso, donde tenemos seguridad de un dolmen que nunca ha sido profanado, leñadores, pastores, mineros, canteros y buscadores de fortunas, prospectaban el territorio sin escaperseles un metro.