Hablar del río Urrobi y su complejo megalítico es referirnos a una importante vía que canaliza el paso del Pirineo de Norte a Sur y viceversa, por tanto, si buscamos encontraremos muchas evidencias de antropización desde los lejanos tiempos del paleolítico, cierto es que remontarnos a tan alejados periodos supone una gran dificultad para hallar restos de esta época en un terreno eminentemente montañoso y con una geología poco propicia a la existencia de cavidades horizontales, pero que las dificultades sean grandes no significa que no existan, por el contrario del periodo Neolítico, Calcolítico, Bronce y Hierro los vemos en abundancia y no tenemos dudas de que seguirán apareciendo.
El área de influencia de este río se sitúa entre las cuencas del río Irati por el Este y la del río Erro por el oeste, los tres en la vertiente mediterránea y abarcando dentro de su ámbito la Sierra de Osa al Este y la Sierra de Labia al Oeste, ambas con importantes rutas pecuarias y comerciales en la antigüedad. Estas rutas han tenido una gran influencia en la existencia de estas manifestaciones propias de un pueblo ganadero o no, semi-nómada o no, pero que vivía y moría en estos lugares y en estos montes era enterrado, con las costumbres, formas y rituales habituales de su cultura, cultura que fue evolucionando con el paso del tiempo, adquiriendo nuevas costumbres y formas provenientes del norte, adaptándolas a sus necesidades e idiosincrasia.
En la actualidad el clima es frío y húmedo con una importante media de precipitación anual e importantes nevadas en su cabecera, con vegetación continental al Norte y mas mediterránea por el Sur.
La geología claramente diferenciada varía entre la zona Norte con Devónico y Jurásico en su cabecera, el Pleistoceno en la llanada, el Cretácico, el Triásico y el Eoceno al Sur.
Como característica principal la mayor parte de los monumentos megalíticos se concentran en el macizo triásico de Oroz Betelu y la llanada de Errozabal, solo nos referiremos a los situados en vertiente del Urrobi, con la peculiaridad que dos de ellos se encuentran situados en la misma orilla del cauce, en un estrecho desfiladero y asociados a dos abrigos bajo roca «preparados» para ser habitados, detalle poco común, al menos en Navarra.
Abrigo habilitado junto al dolmen
En realidad no nos llama la atención la cantidad de monumentos concentrados, pues la experiencia a lo largo de los años nos dice, que era mas practico, transportar “el muerto a la piedra que no la piedra al muerto” y este macizo, de piedra esta bien dotado.
Todavía no tenemos nada claro en que época concreta se empiezan a construir los dólmenes en el pirineo, pero la corriente mas común, la sitúa entre el final del Neolítico y la Edad del Bronce (entre 3.000 y 2.500 a.C.), Menhires, Túmulos y Cromlechs son posteriores sin solución de continuidad, al menos hasta época romana. La escasez de investigación reciente en monumentos del pirineo, por no decir nula, no nos permite saber si algunos túmulos hallados recientemente junto a la calzada romana en lugares atípicos, tienen que ver con esta y por tanto de época alto-imperial o son anteriores que casualmente se encontraban en su trazado cuando esta se construye.
En este punto hacemos referencia al dolmen de Asibar, último megalito descubierto en Aurizberri-Espinal junto a la calzada, lo interpretamos como dolmen por similitud en tamaño y forma. Se encuentra profanado (como es habitual) sin las losas de la cámara, sospechamos que fue despojado de ellas por la proximidad con el camino, pero pudiera tratarse de un túmulo, eso si, de tamaño mas grande que los habituales.
Nuestra propuesta como dolmen evita relacionarla con la calzada, por el contrario si se tratara de un túmulo, bien pudiera tener relación con esta, como una perduración funeraria nativa de la edad del Hierro y ser contemporáneo de los Cromlechs.
En relación con los Cromlechs y su escasez en este ámbito, nosotros creemos que la proximidad con poblamientos de época romana y posteriores de cierta importancia en el llano de Otegi, hizo necesaria la utilización de estas tierras para la agricultura y esta practica habría hecho desaparecer gran número de estos monumentos, comprobando la aparición de losas de areniscas triásicas, en lugares que de manera natural nunca hubieran podido existir.
Aunque tanto la construcción y la secuencia de uso de los diferentes monumentos, como sus formas y rituales no tengan relación los unos con los otros, nos permiten hacernos una idea de la duración del fenómeno megalítico y la utilización del territorio en esta parte del Pirineo, por ello hacemos una relación conjunta de los situados en la vertiente del Urrobi, sin incluir los fondos de cabaña, con el objetivo de documentar la gran relación de los megalitos con este paso.
La relación de los megalitos censados en el ámbito aludido los disponemos de Norte a Sur empezando por el monte Lindux como cambio de vertiente.
- Dolmen Lindux Ipar
- Dolmen Lindux Hego
- Túmulo Soldaduko Harria
- Túmulo Ataloztiko Ataka
- Cromlech tumular Lindux Ipar
- Cromlech tumular Soldaduko Harria
- Cromlech Soldaduko Harria Ipar
- Cromlech Soldaduko Harria Hego
- Cromlech Atalozti
- Túmulo Arregixelai 1
- Túmulo Arregixelai 2
- Túmulo Xoringoa 1
- Dolmen Mendiaundi
- Dolmen Bagomultxu
- Dolmen Artzilo
- Túmulo Artzilo
- Menhir Oihanondo
- Dolmen Urdantxarreta
- Dolmen Dondoro
- Dolmen Otegi
- Túmulo Urritzmunu
- Cromlech Urritzmunu
- Dolmen Urritzmunu
- Dolmen Baratzeko Erreka
- Dolmen Arriurdin
- Dolmen Asibar
- Dolmen La Peña de Uligaitz
- Cista Uligaitz
- Dolmen Urrobi 1
- Dolmen Añigurrita
- Menhir Sakarteburu
- Dolmen Lerdengibel 1
- Dolmen Lerdengibel 2
- Dolmen Lerdengibel 3
- Cromlech Lendergibel
- Menhir Irumugeta
- Dolmen Xurize 1
- Dolmen Xurize 2
- Dolmen Xurize 3
- Dolmen Oianbizkar
- Dolmen Urrobi 2
- Dolmen Corona 5
- Dolmen Corona 4
- Dolmen Ansabe
- Dolmen Corona 1
- Dolmen Corona 2
- Dolmen Corona 3
- Dolmen Zanaz M
- Túmulo San Pau
Hallamos un dolmen que nos sorprendió por su estado nada habitual, cual es, el encontrarse intacto, sin traza alguna de profanación, se trata del dolmen de Oianbizkar del que no damos coordenadas por motivos obvios.
Esporádicamente comprobamos excavaciones clandestinas de “busca tesoros” empeñados en arruinar todo tipo de manifestaciones, tanto megalíticas como arqueológicas, incluidos poblados del hierro y romanos, destruyendo el valor principal de estos restos cual es la información que contienen, puesto que el valor comercial nunca les compensara por el estrago que realizan, detectoristas que actúan bajo las nieblas otoñales e incluso con nocturnidad en yacimientos catalogados o en vías de ello.
Con todo, pensamos que el conocimiento por la población de este patrimonio conllevará mayor educación, mayor concienciación y sensibilidad, creando mayores dificultades a la actuación de saqueadores.