LA IMPORTANCIA EXTRATÉGICA DE LA RED DE CAMINOS ROMANOS EN TIERRAS VASCONAS
Transcripción de la ponencia realizada dentro del VIII simposio: Los Caminos que nos atraviesan-Zeharkatzen gaituzten bideak, organizado por Nabarralde el 22 de octubre del 2022 en el Museo de Navarra.
Hablaremos sobre la relevancia, que tuvo el territorio de los vascones para los caminos, que Roma necesitó en el inicio de la nueva Era
Lo explicamos en una reciente publicación editada por Aranzadi Zientzi Elkartea, basada en la vía Tarraco-Oiasso y tres caminos mineros reconocidos recientemente de impresionante ejecución.
Antes de comenzar a narrar el recorrido, creo necesaria, una rápida explicación de cómo eran las calzadas, porque, tanto si abrimos un libro como si entramos en Internet, veremos multitud de imágenes, con bellísimos dibujos y fotografías de vías romanas, que, nada tienen que ver con las calzadas que recorrían el imperio.
Estas fotografías explican de manera gráfica, que las calzadas por lo general, se afirmaban con grabas gruesas al fondo y finas con arenas en la capa de rodadura.
Así una vez compactadas, resultaba la más lógica para la tracción animal, puesto que los romanos no herraban y necesitaban suelos elásticos y suaves para que, las pezuñas de los animales no se gastaran, como así ocurría, circulando por suelos duros enlosados, que si, existían en las ciudades, precisamente para evitar las excesivas velocidades.
Vemos, dos sondeos realizados en Zaldua-Iturissa donde se preveía el paso de la calzada a la entrada y salida del yacimiento, el resultado fue: una perfecta visión de la estructura de la misma, que nada tiene que ver, con la interpretación tradicional de esos caminos empedrados tan bonitos, que ilustran muchas publicaciones incluso en la actualidad.
La Tarraco-Oiasso, es la primera calzada que los romanos tienden en el territorio norte vascón, unía el Mediterráneo con el Cantábrico, comienzan a construirla en tiempos de la República y pronto alcanzaron Osca-Huesca.
Eran tiempos de conquista y desde Huesca descienden a la ribera del Ebro, por cuyo valle canalizarán las legiones para ocupar los territorios celtíberos, berones caristios etc.
Para ello, tienen que atravesar territorio de los vascones del sur, por donde construirán la importante Vía Norte de Italia in Hispania o Tarragona-Astorga, pasando por Ablitas, Cascante, Gracurris (Alfaro) y Calagurris (Calahorra) que según los romanos eran ciudades vasconas.
Así, fueron crearon una extensa red de calzadas, donde la tierra de los vascones o la actual Navarra tuvo una importancia estratégica capital, como vemos en este mapa, y de ahí el subtítulo de esta comunicación.
Si bien, las fuentes clásicas aportan poca información de la Tarraco-Oiasso, es suficiente para saber que existió, pero, ni el Itinerario de Antonino ni el Anónimo de Ravena, nos hablan de ella.
Estos documentos, dan más información sobre la Tarragona-Astorga y la Astorga-Burdeos, con la relación de sus mansiones y distancias entre ellas y donde comprobamos, la utilización de una misma calzada para diversos itinerarios, como vemos que pasa, en este mapa desde Astorga hasta Briviesca (Virovesca) para la Iter XXXIV y como veremos qué pasa más adelante con la Tarraco-Oiasso y la Beneharno.
De las tres calzadas importantes que atravesaban el Pirineo, dos pasaban por territorio vascón.
Como hemos avanzado, la vía Tarraco-Oiasso se comienza a construir apenas se fija la capital de la provincia Citerior en Tarraco, tempranamente a tenor de los miliarios registrados, pero, no sabemos cuándo se termina, en nuestra opinión, sería tras la conquista de Aquitania en el 56 a. C, porque intuimos, que la frontera entre aquitanos y vascones era el río Bidasoa, al menos, hasta Oronoz-Mugairi, para desde aquí, alcanzar la divisoria de aguas pirenaica hasta el Mediterráneo.
Al comenzar nuestras investigaciones, nos fijamos en un camino, que por la ortofoto del vuelo de Ruiz de Alda (1927-29), llamo poderosamente nuestra atención por su diseño, con grandes alineaciones en plena montaña, cuando pudimos reconocerlo íntegramente, comprobamos, que era romano y nos llevaba al coto minero de Txangoa.
Como una cosa lleva a la otra, a raíz de este hallazgo reconocimos otros dos caminos de la misma naturaleza, uno en Bera y otro en Etxalar.
En este mapa podéis ver en blanco las tres en relación con las calzadas importantes.
Estos caminos mineros, nos indican sin lugar a dudas la existencia de un distrito minero, pues son fuertes inversiones que el reino de Navarra nunca podía realizar.
Tras las dos guerras civiles, Sertorio contra Pompeyo (82-72 a. C.) y de Cesar contra Pompeyo (49-45 a. C.), la llegada de Augusto con sus legiones, la consiguiente derrota de cántabros y astures y la apropiación de las minas de oro del noroeste peninsular, llevo a Augusto, a la reorganización de toda la península y especialmente al territorio que nos afecta.
Dedica un gran esfuerzo a las calzadas en nuestro territorio, construyendo rápidamente la Asturica-Burdigala y otras, como la que unió Caesaraugusta con Pompelo por Cara, la Caesaraugusta-Beneharno y la que conectaba Zaragoza con la Iter XXXIV por Artzibar, estas dos últimas, utilizaban tramos de la Tarraco-Oiasso en sus recorridos.
Toda esta preocupación, tendría su razón de ser por la minería, que, aquitanos y vascones explotaban y que los romanos bien conocían, lo que los llevó, a organizar un distrito minero pues este era el objetivo que buscaban para mantener su imperio.
Ya tenemos información, de una gran cantidad de minas con labores romanas en Itxasou, Amaiur, Arizakun, Bidarrai, Baigorri, Banka, Urepel, Luzaide, Lanz, Txangoa, Oyiartzun, irun, Bera Lesaka, Igantzi, Etxalar, en fin, una larga lista donde se explotaron minas de oro, plata, cobre, hierro y plomo.
Algunas son tan evidentes que con solo fotografías podemos asegurar que fueron explotadas en la antigüedad, pero es que, por lo general, cuando se investigan se comprueban extensas labores de época romana y anterior.
Esto es muy importante, tanto que, como Mertxe Urteaga propone relacionando el Saltus Vasconum con este distrito, cambia totalmente la visión que se ha venido dando de esta parte del Pirineo.
Volviendo a la Tarraco-Oiasso, tras entrar en la actual Navarra alcanzaba Liedena, cruzaba el Irati en Lumbier y por la margen izquierda discurre hasta el actual Aos. Aquí, volvía a atravesar el Irati y en su margen derecha, nos encontramos con un asentamiento protohistórico, donde, los materiales que se han recuperado son romano-republicanos, variados y significativos de un ambiente militar. Se trata de Iturrotz y bajo este asentamiento convergen varias calzadas, lo que se puede considerar, como un cruce de caminos idéntico al que tenemos en las carreteras actuales muy cerca en Urrotz.
Todos estos materiales, depositados en su día en el almacén de la sección de patrimonio del Gobierno de Navarra, nos conducen al s. II-I a. C. situándonos en plena conquista romana y perdura al menos, hasta el Alto Imperio.
Fue testigo probable de la construcción de las calzadas, siendo la Tarraco-Oiasso la primera que se construye en su trayectoria hacia Oiasso-Irún.
Desde Iturrotz, discurre por la margen izquierda del río Erro hasta Gazteluzar en Urrotz, poblado fortificado protohistórico, que, llegó hasta la segunda Edad del Hierro, pero no se romanizó, a tenor de los materiales de superficie.
Continuando, llega a Lizoain camino de Urotz. En la antigua iglesia hoy centro cultural, se localizaba una piedra incrustada dentro del altar, su apariencia nos sugería un miliario, se extrajo y aunque no contiene epigrafía no se nos ocurre otra utilidad, tenemos que tener en cuenta que, más del 70% de los miliarios eran anepígrafos porque todos se pintaban, incluso los que estaban gravados (como vemos en la fotografía).
En su día, se instaló de esta manera para su utilización como altar, así, tiene tallado en su base, un hueco cuadrado para alojar la reliquia.
Esto nos sugiere, la gran importancia, que, esta piedra tenía para los naturales.
Este mismo caso pudo darse en Zandueta, donde, en su iglesia se halló otro miliario con hueco para reliquias, aunque este se encontró fuera del templo.
Esta fotografía es el ejemplo, de la función y decadencia, cuando se amontonaban miliarios en un lugar que llamamos nidos; decae su interés mensurable y pasa a ser más publicitaria.
Tenemos que señalar, que, venimos discurriendo por el antiguo camino real de Pamplona a Lumbier.
Entre Azpa y Egües, pasaba bajo el gran castro de Urri, aunque es probable que para entonces ya estuviera abandonado, pues, es un candidato para un posible sinecismo en veneficio de Pompelo.
De este, se dirige hacia Olloki donde había un vado y tras cruzar el Arga, por el collado de Burrin alcanzar Arre, remontando por la orilla izquierda del Ulzama.
En Ezkabarte, Odieta y Anue, el recorrido se encuentra solapado por la actual carretera, pero pueblos como Sorauren y Olagüe, sugieren su origen en época romana.
Los indicios, se hacen muy evidentes al comenzar el ascenso del puerto en Gazteluzar (Arraiz), con restos de una gran trinchera y plataforma, que es el resultado de la erosión del agua canalizada por las ruedas de los carros.
En este lugar realizamos una limpieza, donde se comprobó la estructura y el afirmado de la calzada.
Aquí vemos la plataforma con la profunda trinchera, consecuencia, del insistente paso de carros hasta la zona minera de Mangonada donde hubo una cantera de areniscas, pero la misma trinchera ocupa solo la mitad de la anchura de la plataforma.
Otra limpieza en Mangonada, permite apreciar el perfil alomado de la calzada, el afirmado, la capa de rodadura y un detalle que no es casual
No es casual que durante la mayor parte del ascenso al cambio de vertiente, atraviesa un terreno geológico que los ingenieros buscaban con ahínco, pues en su composición están presentes, las zahorras ideales para el afirmado y capa de rodadura, con el ahorro que esto suponía, así vemos grandes huecos de canteras donde se extrajo como aportes in situ y la fotografía es uno de los numerosos ejemplos.
En la subida también se observa la amplitud de la vía, como en este tramo con hayas creciendo en medio de la plataforma, por exceso de anchura para la forma de transporte histórico.
Una vez alcanzado el rellano de Iterrizokoa, llegamos a la venta de Odolaga justo en la muga pero en término de Baztán, sería un lugar de apoyo y descanso de la calzada, antes del cambio de vertiente y una perduración de época romana por la existencia de un manantial, buenas condiciones ambientales y donde se aprecia una posible fortificación romana.
Nada más entrar otra vez en término de Ulzama (flecha central), realizamos un corte estratigráfico del camino donde apreciamos la anchura original y las diferentes tongadas de las sucesivas reparaciones.
La composición del terreno, les seguía proporcionando las grabas para el mantenimiento del camino.
En el cantil del sondeo, pudimos apreciar las dimensiones del afirmado con una potencia de 90 cm y una anchura original de 5 m, que aumenta hasta 8 con los sucesivos arreglos.
Y al llegar al cambio de vertiente, encontramos un callejón perfectamente tallado en la roca, para superar un afloramiento de conglomerados y girar al Este perdiendo altura suavemente hasta alcanzar la ladera oriental del Txaruta.
Todo este recorrido desde Arraitz, es el más espectacular, quedo en desuso como Camino Real en el s. XIX, cuando se construyó la nueva carretera por Belate y así nos encontramos la plataforma interrumpida y ocupada con buen número de ardibordas, hoy casi todas arruinadas.
El propio desmonte para hacer la plataforma, les proporcionaba piedra arenisca en abundancia para los muros de contención, además, de grabas para el afirmado y la capa de rodadura.
Bajando, alcanza Gaztelu en término de Donamaria y de aquí directamente a Doneztebe.
La foto, es una vista de la bajada por Galzadaburu hasta Amonabidea para entrar al casco urbano actual.
Señalamos tres topónimos de posible relación con la calzada como son: Galtzada, Galtzadaburu y Galtzadaburuazpia.
A partir de Doneztebe y tras atravesar el Bidasoa, discurre por su orilla derecha con fenomenales evidencias en los desmontes.
Atraviesan un terreno geológico del Devónico superior–Carbonífero y al tropezar con un macizo de esquistos, dejaron tallados unos desmontes en la roca que parecen cortados con sierra.
Ahora la vieja carretera con poco tráfico, permite apreciar el extraordinario trabajo que realizaron hace 2.000 años y es una pena, que, se hayan destruido hermosas labores cada vez que se han acometido trabajos de mejoras en la carretera.
Por suerte muchos miles de metros cuadrados de estos desmontes artesanales se han conservado, a pesar de la poca sensibilidad habida para preservarlos, independientemente que su atribución fuera achacable a los romanos o a cualquier otra época.
La vieja carretera del s. XIX, aprovecho los desmontes de la antigua calzada respetándolos al máximo y las mejoras, siempre se hicieron hacia el río con muros de contención. Esto habla bien del trabajo que hicieron los ingenieros romanos y el deterioro histórico hay que achacar, a la carencia de un poder con capacidad de mantenimiento desde la caída del imperio hasta el s. XIX en que se arregla la carretera.
Encontraremos, detalles tan llamativos como el que vemos en la fotografía junto a Latsaren Borda en Sunbilla, donde existe un puente en la carretera vieja, y bajo él se conserva labrado en la roca el paso de la regata de Bustiolaran, de esta manera, consiguieron canalizar la corriente ahorrando un estribo y consiguiendo una cimentación segura del otro.
Así, discurría la calzada por la orilla derecha del río hasta las cercanías de Bera donde se da un cambio geológico, desaparecen los esquistos y afloran los granitos.
A principios del s. XX excavando el canal para la central eléctrica de Zalain, aguas abajo del cementerio de Bera, se fueron recogiendo unas 200 monedas.
No era producto de un ocultamiento, sino perdidas casuales, lo que nos sugiere, la existencia de restos romanos importantes por comprobar.
Estas que vemos en la fotografía, son las únicas que se han conservado referenciadas de este lugar, aunque, en Bera es posible que se hayan guardado algunas más. Todas son alto-imperiales del s. I y II, y denotan un largo periodo de pérdidas y por tanto, un asentamiento humano de importancia.
La Calzada en Endarlatsa cruzaba a la margen izquierda para terminar en Irun.
No descubrimos nada nuevo si decimos, que estamos en la zona minera más importante de toda Navarra y que, en toda la regata están los montes como queso de Gruyere, pero también Malerreka, Leizaran, Goizueta y todo Baztán, como Lapurdi, Baja Navarra, Luzaide, Lanz, Aezkoa y Aralar.
Con este comentario, quiero incidir en la hipótesis de M. Urteaga y coincidimos con ella, sobre la existencia en época romana de un distrito minero, distrito que abarcaría toda la zona de las mineralizaciones en el Pirineo Occidental en ambas vertientes, integrando en él, todas las famosas minas ya conocidas y explotadas por los aquitanos, como las que aludían Plinio, Estrabon y la practica minera referenciada por Julio Cesar en sus famosos comentarios de Bellum Galicus.
Es fácil, que en el futuro se den algunas sorpresas importantes de época romana en el norte de Nafarroa.
Para terminar, los que os decidáis a leer nuestro libro, encontrareis mucha información y los motivos que nos llevaron a interpretar, la existencia de un Distrito Minero, porque los tres caminos mineros reconocidos, solo se pueden justificar con esta deducción, eran parte importante, de las dotaciones del mismo y probablemente, no serían los únicos.
Los distritos, pertenecían a la hacienda imperial, se gobernaban con plena autonomía por un Procurator nombrado por el mismo emperador, y solo rendían cuentas a éste.
Por cierto, es muy probable que, el tan nombrado Saltus Vasconum, fuera la referencia directa de este distrito.
Tenemos que ver, toda esta información de la época romana con naturalidad, en poco tiempo tendremos mucha más y esto, en una comarca donde se ha tenido una visión romántica de falta de romanización, no es fácil de asimilar por algunos, pero está claro, que los siglos de romanización están en algún sitio esperando a que los descubramos.
Solo hace falta un poco de sensibilidad y otro poco de afición, pues al fin y al cabo es nuestra historia.
El presente trabajo es la transcripción de la presentación de la Calzada romana del Pirineo vascón en su paso por Ibañeta, realizada en la Universidad Autónoma de Barcelona el día 30 de noviembre del 2017.
Venimos del Pirineo vascón agradeciendo la amable invitación para estas jornadas, acudimos con la ilusión de dar a conocer, el trabajo que hemos desarrollado desde el 2011 hasta ahora.
Fue el 28 de agosto de ese año, cuando, intentando limpiar el musgo que recubría una piedra, empezó a quedar al descubierto una inscripción, estaba, junto a un viejo camino en desuso, la identificamos inmediatamente como un miliario, Igual que otras dos piedras alargadas que estaban cerca.
Este descubrimiento fue, el inicio de un trabajo de investigación que ha durado 6 años.
La metodología que hemos utilizado no tiene nada de particular, es la más sencilla partiendo de este hallazgo.
Comenzamos con la prospección visual, recorriendo este camino en las dos direcciones desde este punto, nos tropezamos con dilemas que fuimos superando, unas veces, utilizando los conocimientos actuales sobre la ingeniería romana y otras a base de intuición dentro de una exagerada vegetación… solo diré que el machete ha sido compañero necesario durante todos estos años… a lo Indiana Jones.
Posteriormente, utilizamos orto-fotografía histórica, cartografía antigua, toponimia, consulta de documentación en los archivos territoriales, publicaciones de caminería, etc.
La siguiente fase fue, la limpieza en puntos concretos del recorrido que identificábamos y por fin, la puesta en común de los resultados con expertos del resto del estado y unas jornadas celebradas en Auritz-Burguete.
Para cuando ya teníamos avanzado el trabajo, descubrir el mapa generado por el LIDAR que nos habría ahorrado muchos días de esfuerzo.
La presentación que hemos preparado, la iniciamos en Campo Real-Fillera, situado en la divisoria de Navarra y Zaragoza junto a Sangüesa. Nosotros creemos que por aquí pasaba la Tarraco-Oiasso en dirección de Pompelo.
Esta se habría utilizado para la Caesaraugusta-Beneharno por la canal de Verdún y hacia Pamplona para la Astorga-Burdeos.
Así llegamos a la villa de Liedena, que más que una villa diríamos una mansión al servicio de la vía.
El siguiente salto nos lleva a Iturriaga, yacimiento todavía inédito a las puertas de Lumbier. Los materiales de superficie son de prestigio y con una secuencia previsible de Alto y Bajo Imperio.
Aquí divisamos Lumbier al fondo, desde la calzada en Iturriaga, puede tratase según Plinio, del Oppidum de los Iluberitani, estipendiario del convento Caesaragustanus.
Mientras la calzada discurre solapada por la carretera hasta la localidad de Ripodas.
Aquí la vemos labrada, recorriendo el borde de la segunda terraza del río Irati.
Yacimiento catalogado como de la Edad del Hierro, pero, con materiales de superficie romano-republicanos.
En la fotografía, podemos ver la trazada que pasa por debajo labrada
Y abandona la ribera del río Irati, con un evidente caballete, para alcanzar la orilla izquierda de la regata de Gurpegi.
Llegamos, a la localidad de Erdozain que conoció días de más esplendor y la vemos labrada manteniendo un potente terraplén.
Alcanza Olaberri y justo en frente localizamos el castro inédito de Murugain.
Como vemos en la orto-fotografía, estuvo bien protegido con defensas adelantadas y una potente muralla con torres.
Avanzamos por el fondo del pequeño valle hasta el Campo de la Cabaña, desde, donde asciende al collado de Etxabarren y abandona la cuenca de la regata de Gurpegi para pasar a la del río Urrobi
Cerca al norte, localizamos el castro de Asnotz, en el señorío del mismo nombre y también inédito.
La calzada desciende hacia la localidad de Nagore por el barranco de Tejería, con fuerte trinchera y plataforma.
Frente a Nagore por el este y en el Alto de la Peña, otro castro inédito, vigila los valles del Irati y del Urrobi.
Los materiales de superficie nos sitúan en el horizonte del siglo I a. C., con cerámica campaniense y común romana, pero no sigillata, creemos que cuando se construye la calzada lo abandonan y bajan a la orilla del río.
Descendemos junto al río, donde la calzada discurre por la margen derecha solapada por la carretera y en la izquierda localizamos un yacimiento romano en el señorío de Artzi.
Tras la realización de un estudio geo-magnético, este año, se ha intervenido para ratificar los resultados de este trabajo, confirmándose plenamente con el hallazgo de un hipocausto y la comprobación de diferentes edificios en una superficie de más de una hectárea.
Aparecen los materiales habituales de este contexto.
Cerca en Zandueta, se descubrió un miliario que se hallaba depositado junto al atrio de la iglesia en ruinas y muy cerca de la calzada.
La vía sigue, pasando por la localidad de Uriz que también conoció días con más lustre y tras rebasarla, se separa del río y asciende por la solanera del valle.
Urdirotz es testigo de su paso en dirección de Saragüeta dentro de una tupida vegetación y muy alterada. Hay que tener en cuenta, que pasamos por un terreno de Margas y Calizas pobres, donde la erosión es brutal.
Alcanzamos Saragüeta, donde se ha localizado otro castro de importancia, que aprovecha fuertes acantilados naturales, completando su defensa, con grandes fosos y murallas. La calzada continúa ascendiendo
Alcanza el collado de San Pau y tras pasarlo, cambia la geología, entramos en terreno triásico, donde los vestigios están mejor conservados y son más evidentes.
Las plataformas y trincheras se suceden un par de millas hasta alcanzar el collado de Iratzetakolarre.
Estamos en una zona donde afloran conglomerados en descomposición, que generaron, importantes depósitos de zahorras de diferentes tamaños. De esta manera, disponían de inmejorables materiales sin necesidad de transporte, como podemos apreciar, en la multitud de canteras que se contabilizan en el mapa del vuelo LIDAR.
Poco más adelante llegamos a Mugarriluze, donde aparecieron los primeros miliarios. En la fotografía vemos el estado original cuando fueron hallados.
La siguiente nos muestra el lugar tras una limpieza de hojarasca y tierra vegetal, y se observa, una alineación de piedras que interpretamos como restos del bordillo de la calzada.
Esta nos muestra, el miliario de arenisca triásica dedicado a Constancio que fue el primero que se identificó.
El segundo se levantó en honor de Aureliano y el tercero no conserva epigrafía, posiblemente por ser de caliza fácilmente degradable por la humedad, o nunca la tuvo.
Milla y media más adelante alcanzamos la llanada de Errozabal, una de las más grandes, si no, la mayor del Pirineo. Hasta esta llegaban varias rutas pecuarias prehistóricas, como demuestran, la gran cantidad de megalitos existentes en ellas. Al ser uno de los principales pasos del Pirineo, es de suponer, que era utilizado por toda clase de gentes. Así en la Edad del Hierro, los nativos tomaron medidas para el control del territorio y su defensa. Descubrimos tres castros que servían a estos propósitos, al Oeste Mezkirizperro en Aurizberri-Espinal, al Sur Bidausi en Auritz-Burguete y al Este Irumeaka en Garralda.
Estamos en Errozabal y en la orto-foto se aprecia razonablemente bien el trazado de la calzada hasta la necrópolis que hallamos en 1985.
Esta fue excavada en 1989-90 y 94 y nos daba la seguridad de que cerca tenía que localizarse la población.
Esto nos llevó en el 2012 a plantear 4 sondeos enZaldua, los cuatro resultaron positivos, dándonos una información insospechada que en las fotografías podemos ver.
Se realizaron cortes a la entrada
Y salida del yacimiento para confirmar la calzada y su estructura, apareciendo como podemos ver el afirmado de la misma.
La Calzada, continúa hacia Auritz-Burguete y Orreaga-Roncesvalles con largas alineaciones. Podemos apreciar en la fotografía la diferente coloración de la hierba sobre ella
Entrando en el término de Roncesvalles, vemos la calzada seccionada longitudinalmente por el paso de carruajes,
Formando un canal hasta llegar a las arcillas.
Sobrepasando Roncesvalles ascendemos hacia el collado de Ibañeta y 400 m antes, localizamos una piedra caliza fuera de lugar, sospechamos que podía ser un miliario y tras intervenir aparecieron dos.
Uno solo era un fragmento del fuste que nos permitió interpretarlo y atribuido a Galerio, el otro, aunque contiene epigrafía, no lo hemos podido atribuir.
En esta foto (de alrededor de 1900) vemos la carretera inaugurada en 1881, cuando el transporte se realizaba con tracción animal, aunque, podemos ver que ya circulan vehículos a motor y podemos apreciar también, las ruinas del antiguo monasterio de San Salvador.
Ya en el descenso vemos grandes trincheras, parcialmente rellenas por derrubios del último ensanchamiento de la carretera y
Como resultado de siglos de uso y la erosión por la lluvia en las pendientes.
Tras atravesar Zubibeltzeko Erreka donde la toponimia nos indica que hubo un puente negro, empezamos a observar desmontes verticales en los esquistos, vemos fuertes alteraciones por el uso continuado y
Repetidas trincheras hasta llegar a Soraundi.
Aquí existe un rellano que nos pareció antrópico y que reunía condiciones como para situar un área de descanso o refugio.
Practicamos un sondeo de 2 x 1, que no nos dio estructuras, pero si un suelo de tierra batida con varios hogares y una fíbula de bronce.
Alcanzada la regata de Errekaundi, al advertir marcas de pico… hicimos la primera limpieza, que nos dio la pauta para actuar en la localización de niveles originales.
a continuación, fuimos encontrando más evidencias, pudimos interpretar la distinta evolución física de la calzada convertida en un mal camino de herradura.
Hallamos, cubiertos por la vegetación los desmontes verticales y en ellos este y otros petroglifos grabados. Continuamos hasta Erredorai
En este punto, tenían que superar un acantilado y se abrieron paso con un gran desmonte. El buzamiento de los esquistos, favoreció el deslizamiento de un tramo de la vía que se desplomo y se rehabilitó 9 pies más bajo (2 m), esto se ve, en las marcas que se repiten en los dos niveles, dejadas por los bujes y llantas de los carros. Después, ha terminado como un estrecho paso de mulas y varios metros por debajo del nivel romano.
Al llegar a la regata de Erredorai, observamos en la tajea de la carretera de 1881, la utilización de sillares almohadillados de cuarcita, colocados de cualquier manera menos para la que fueron labrados, deducimos que estos sillares podían ser romanos, pues, 50 m aguas arriba, tenía que localizarse un puente o tajea, hicimos una limpieza y hallamos la caja de la cimentación del estribo sur.
A partir de aquí, la carretera asume el trazado de la vía hasta Luzaide-Valcarlos.
En esta localidad, conseguimos esta antigua fotografía que dibuja muy bien el discurrir de la calzada antes de construir la carretera en el siglo XIX, por supuesto hoy es difícil verla por la gran humanización sufrida y la espesa vegetación que recubre la ladera, pero nos llevó al lugar donde cruzaba el barranco de Xokotoko Erreka,
Donde se conservan los estribos del antiguo puente.
Llegando a Arnegi, punto donde el río marca la frontera, hacemos una reflexión sobre el Camino de Santiago.
Viene al caso porque esta vía que estudiamos, ha sido el camino histórico tradicional. Esto lo vemos, por los 8 hospitales, que atendieron a los peregrinos jacobeos en esta ruta, ruta hoy marginada por el Camino Alto a pesar del peligro que tiene.
Nos adentramos en el estado francés, comarca de Garazi-Saint Jean Pied de Port y terminamos en Saint Jean le Vieux-Donazarre donde se reduce Immus Pyrenaeum
Ya hemos llegado al Immus Pyrenaeum.
Aquí dibujamos los perfiles horizontales y verticales de los dos caminos para comparar y ver la diferencia, entre el alto, que se ha indicado con insistencia como la vía romana y el ahora comprobado. El alto, también estudiado por nosotros, siguiendo las pautas de los ingenieros romanos incluso con corte arqueológico del camino, se demuestra imposible como calzada, lo que no quita, que como ruta pecuaria que fue, no fuera utilizado por las legiones para la conquista de Aquitania, antes de la construcción de esta vía.
En cuanto al perfil vertical se aprecia fácilmente la diferencia en beneficio de la “Baja” sin contar con la nieve que inhabilita el alto, 4 o 5 meses al año.
Así llegamos a las siguientes conclusiones:
Se ha constatado la existencia de una calzada por el valle del Urrobi.
Documentando dos nidos miliarios in situ, y un miliario en posición derivada, siendo 6 los miliarios encontrados.
Hemos comprobado una villa o mansió en el Señorío de Artzi.
Una población de gran extensión en Aurizberri-Espinal y Auritz-Burguete, donde se viene reduciendo Iturissa.
Se han verificado y catalogado varios recintos fortificados protohistóricos vascones.
Y por fin, se ha fijado definitivamente el recorrido de la vía por Luzaide-Valcarlos
Con esto termino agradeciendo su interés, confiando haya sido de su agrado y quedando a su disposición para cualquier aclaración.
Habiendo oído toda la vida relatos sobre el hipotético paso de una calzada romana por Aurizberri-Espinal y contando con la información que han aportado las investigaciones llevadas a cabo estos últimos años en esta zona del Pirineo, hemos decidido ocuparnos seriamente del posible recorrido.
En principio, este recorrido lo considerábamos como seguro porque “doctores tiene…”, a raíz del reconocimiento de la calzada, que viniendo de Zaragoza llegaba al yacimiento de Zaldua (Auritz-Aurizberri), empezó a preocuparnos este tramo de la Astorga-Burdeos, tras los primeros recorridos sin hallar indicios serios, relegamos esto para mejor ocasión y pusimos nuestro esfuerzo en la Tarraco-Oiasso aunque sin olvidarnos de ella, hasta que por fin, en octubre del 2018 encontramos un indicio seguro como un miliario en Esteribar. La aparición de esta pieza, nos obligaba a reintentar encontrar esos vestigios, que, nos concretaran por donde discurría esta vía con los pies en el suelo.
Recogimos, interesante información de personas mayores propietarias de fincas por donde en nuestra opinión, pasaba el camino anterior a la construcción de la carretera, así llegamos a la conclusión de la necesidad de realizar un estudio diferente mirando más al suelo que al papel, donde la arqueología estará poco presente, entre otras cosas, por dar importancia a los vestigios observados, considerarlos muy significativos y suficientes como para asegurar el trazado de esta calzada. Siempre van a quedar cabos sueltos y detalles que en el futuro puntualizarán o concretarán aspectos de nuestra propuesta, al menos, es lo que esperamos.
En 2011, empezamos a investigar las calzadas romanas en el norte de Navarra por una incidencia que se dio en nuestra búsqueda de megalitos, actividad que en ese momento nos tenía ocupado y fue el hallazgo e identificación de tres miliarios romanos en pleno bosque de hayas de Aurizberri-Espinal.
Esto nos hizo recordar indicios y evidencias que años antes, permitieron la excavación de dos necrópolis romanas y un asentamiento en esta misma localidad.- Previsiblemente en relación con la Vía Astorga-Burdeos, cuyo recorrido tradicional pasaba por la primera de las necrópolis que se excavó.- Pero este nuevo hallazgo ponía en tela de juicio lo expuesto, puesto que, ninguna referencia existía en las fuentes clásicas sobre una vía que viniera por Artzibar, solo la intuición de J. Altadill generó una referencia a la posible calzada que ascendiera por el Urrobi.
Al terminar de estudiar esta calzada que venía de Zaragoza, teniendo en cuenta, las distancias del Itinerario de Antonino, y la previsión de que existiera una calzada anterior como la Tarraco-Oiasso junto con la falta de evidencias seguras, nos inclinábamos por considerar el tramo de la Tarraco-Oiasso desde Pompelo a Iturrotz (Longida), como el recorrido de esta vía, para después remontar por el valle del Urrobi.
Esta alternativa además, casaba mejor las distancias que proporciona el Itinerario de Antonino con los yacimientos ya conocidos de Artzi y de Zaldua, aunque de todas formas, en adelante hacia el ImmoPirineo tampoco las distancias se podían ajustar a estas medidas.
Así estábamos, cuando hallamos un miliario en el Valle de Esteribar, este nos obligaba a investigar más detenidamente el recorrido por este valle, al fin teníamos algo sólido, algo que te asegura la posibilidad real de pisar un camino romano, ahora ya estamos recogiendo los resultados y en este trabajo intentamos explicarlos y darlos a conocer.
Empezaremos el recorrido en la Trinidad de Arre para remontar el cauce del río Arga hasta Zubiri, de este lugar ascender al alto de Erro y llegar a Zaldua, en Aurizberri-Espinal y Auritz-Burguete, donde se tiene constancia de un gran yacimiento ex novo romano y que, se viene reduciendo como Iturissa-Eturissa.
Esta vía, es consecuencia de la reorganización que impulsa Octavio Augusto tras su victoria sobre cántabros y astures poco antes del cambio de Era.
Viene desde Astorga por la Vía Asturica Augusta-Tarraco, hasta las cercanías de Briviesca (Virovesca) donde se separa de ella, para dirigirse por Álava y Sakana a Pamplona, de Arre por Esteribar a Ibañeta y descender a Saint Jean le Vieux continuando hasta Burdeos y empalmando también, con la narbonense en Dax.
Este pequeño trabajo, lo dedicaremos al tramo que discurre entre Pompelo y el yacimiento de Zaldua, donde se viene situando Iturissa-Eturissa, lo vamos a desarrollar en formato divulgativo y el resto hasta Saint Jean le Vieux lo podemos ver en: http://www.aranzadi.eus/fileadmin/docs/Erromatar_garaiko_galtzarak.pdf
Será más visual que literaria, argumentando las imágenes, vestigios, evidencias y topónimos, contando con la ortofotografía histórica, el sistema LIDAR y las nuevas publicaciones de caminería romana.
Tenemos muy claro que la coincidencia con el camino de Santiago no es casual sino causal, la existencia desde época romana de un buen camino aun sin mantenimiento, hizo que en la Edad Media esta vía, canalizara los peregrinos a Galicia por la llanada alavesa, luego otros intereses, cambiaron el recorrido desde Pamplona por tierra Estella a la Rioja y Castilla.
Tras largo tiempo recorriendo viejos caminos, sabemos lo difícil que es poder hallar un indicio material que nos garantice estar pisando un camino romano.- Solo analizando cuidadosamente el trazado total del recorrido, podremos tener una cierta garantía para pensar que es así y solo con un conocimiento exhaustivo del terreno podremos llegar a esta conclusión, pero aun con todo, debemos tener claro que un camino magníficamente trazado y que se ha venido utilizando a través de la historia sin mantenimiento, la gran pluviosidad y la tremenda erosión en las laderas, conlleva alteraciones de todo tipo, sobre todo en un territorio como el que nos movemos, de gran diversidad geológica, con zonas de margas, donde la erosión borra todo rastro caminero, convirtiendo las plataformas en cárcavas y torrenteras irreconocibles y la cobertura vegetal que se apodera de ellas, termina ocultándolas.
Recorrer cuidadosamente estos caminos para comprobar estas alteraciones, junto con el conocimiento de las técnicas de ingeniería romanas, nos ayuda a identificar elementos determinantes para certificar este camino como romano.
Todos sabemos, que el trazado más económico es la línea recta pero eso no siempre era cierto cuando debían trazar un camino remontando un río.- Como ya hemos comprobado en otras vías, el mejor y más barato pasaba por utilizar la loma soleada de la segunda terraza, a salvo de inundaciones, en terreno bien drenado y con los mejores materiales para su afirmado, se ahorraba una cuneta, todo el transporte y facilitaba el mantenimiento.- Si hacemos caso a la toponimia, este habría sido el criterio utilizado en Esteribar.
Las fuentes clásicas de una manera u otra, hacen referencia a la vía Iter XXXIV y sus mansiones.- Tanto Ptolomeo, el Itinerario de Antonino o el Anónimo de Rávena, hacen referencia a Iturissa-Eturissa, bien como mansio o como Civitas, situándola a 22 millas de Pompelo y por lo general, la mayoría de publicaciones divulgativas o académicas la dirigen por el valle de Esteribar.
Un reciente trabajo de investigación, hace pasar la Vía Tarraco-Oiasso anterior a la Astorga-Burdeos, por Arre y Ezkabarte, esta circunstancia, plantea un encuentro de ambas en el collado norte del monte Miravalles.- Ësta vía toma dirección de Arleta y Zabaldika hacia el nordeste y la Tarraco-Oiasso al noroeste por el valle de Ezkabarte.
Aunque la humanización y las modernas vías de comunicación han alterado toda esta zona, la fotografía histórica deja bien claro la trayectoria y la importancia que tuvieron hasta la mitad del s. XX.- La primera localidad que este camino comunicaba era Burrin, desolada desde la antigüedad, sin embargo, su iglesia perduró un tiempo como ermita de Santiagoxar.
Pronto llegamos al Señorío realengo y palacio Cabo de Armeria de Arleta donde todavía se ven instalaciones de descanso y posada.
Muy cerca, dejando atrás el Señorío de Arleta, vemos un accidente geológico producto de la acción erosiva del rio Arga, donde la plataforma ha desaparecido en su práctica totalidad en la ripa donde discurría. Este problema, hizo que en la Edad Media desapareciera el uso carretero y se buscaran otras alternativas, se construyeran nuevos puentes como el anterior románico del viejo de Zabaldika y este tramo quedó como camino de herradura.- En la actualidad es paso del camino de Santiago y sendero de viandantes.
Algo más adelante, lo encontramos alterado por las variantes introducidas para dar seguridad elevando el nivel de la senda. El recorrido desde el puente de la trinidad de Arre, se encuentra muy alterado por el uso y sobre todo, por el precipitado de materiales sobre el trazado por labores agrícolas.
En general, en este tramo se aprecian alterados los niveles originales sobre todo hasta el señorío de Arleta, con un continuo sube y baja que nunca habría tenido la calzada romana.
Salvada la ripa en el descenso por Arberoki, la adecuación de un tramo de la senda preparada para el camino de Santiago, nos permitió documentar gráficamente el afirmado en enero del 2013.
Se compone, de gruesos paquetes de gravas superpuestos unos encima de otros, que, permiten observar un arreglo o restauración de la calzada con una regularización entre ellos a base de tierra y piedras.
En la bajada de Erripaburu a Arberoki, la trocha preparada para el paso de peregrinos y senderistas, corta los restos del afirmado de la calzada, presentando, una imagen clásica habitual de este tipo de cimentaciones.- Cuando los cascajos lacustres se encuentran cerca, es el mejor y más económico de los materiales y su utilización era común siendo transportados a largas distancias, tanto de las orillas de los de los ríos cercanos, como de los lejanos depósitos cuaternarios, donde dejaban huellas imperecederas en forma de depresiones paisajísticas, pues, eran muchos miles de metros cúbicos los que se necesitaban.
Todos los afirmados, que hemos podido comprobar en Navarra tienen esta misma composición, aunque no todas las zahorras utilizadas son lacustres, muchas otras, proceden de la descomposición de conglomerados y pudingas, comunes en terrenos del norte de Navarra.
En Arberoki 130 metros al norte de Erripaburu, un pequeño barranco ha vuelto a cortar en parte la plataforma.- Después de una limpieza de vegetación podemos observar otra vez el paquete de cimentación de la calzada, aquí utilizaron piedra en abundancia para reforzar el terraplén y a pesar del uso al que fue sometido y el largo tiempo que este tramo quedo fuera de utilización, se aprecian zahorras lacustres en superficie.
Desde este lugar, la plataforma se dirigía en línea recta al pasaje del barrio de Iturpea y de ahí por Kamiope hacia el hospital de San Miguel en Irotz.
La importancia de estos vestigios es fundamental para fijar el recorrido, y más, contando con la ortofotografía del vuelo de 1927-29.
Avanzando desde Arberoki cruza la carretera actual, durante un recorrido de 2,5 km, se mantiene por debajo de la misma con un fuerte terraplén, que delata su trayectoria sin ningún tipo de dudas.
Aquí encontramos el topónimo Iturpea, que hace referencia a un manantial y sospechamos que hubo un abrevadero.
Pasando Zabaldika por Kamiope alcanzamos el termino de Irotz, como ya hemos señalado, bajo la actual carretera se conserva el terraplén de la calzada, por lo general sin haber sido ocupado pero cubierto de una espesa vegetación, quizás por tratarse de una estrecha faja afectada con derrubios de la carretera y con poca utilidad agrícola, así alcanzamos el viejo y maltratado puente medieval de acceso a esta localidad hoy camino de Santiago.
Junto al puente Iturgaitz, cuyo nombre le da un manantial que desagua junto a su estribo izquierdo, se localizaba el Hospital de peregrinos de San Miguel a cargo de la cofradía homónima, la ermita de Monserrat (algunos la adjudican a San Miguel) y un viejo molino, documentados en 1550 con la fuente.
Este grupo de edificios constituía el barrio bajo de Irotz y se situaba junto a la vieja calzada romana, actualmente encajonada, entre la carretera y el edificio rehabilitado para viviendas del antiguo hospital y después escuela.
Superando estos edificios, discurre bajo la carretera por el borde de un labrado donde afloran zahorras del afirmado hasta la antigua venta (de la Simona), casona a la izquierda de la calzada y debajo de la carretera actual, hoy sus ruinas apenas se ven completamente cubiertas de vegetación.
Continuamos comprobando el recorrido de la calzada con un potente terraplén bajo la carretera actual y pasando bajo la localidad de Antxoritz enfilamos hacia Zuriain.
A mitad del recorrido entre ambas, vemos las condiciones que gustaban y buscaban los ingenieros romanos, se trata de la loma de la segunda terraza del Arga a salvo de inundaciones, lo vemos en un antiguo lindero de campos (anterior a la concentración parcelaria), que recorre esta loma cuyo topónimo Legasa, delata la composición de la misma como depósito de cascajos, buscada por los ingenieros por el ahorro que suponía tanto en cunetas como en materiales. Esta manera de actuar la volvemos a ver un poco más adelante en Legarraga con los mismos indicios, se debe tener en cuenta que el transporte era una de las causas más importantes de encarecimiento de las obras, y el disponer de los materiales en el lugar fundamental.
Así pues, no debe de extrañar lo que intuimos más adelante en Idoi donde la toponimia alude a Zubizar, Zubiondoa, Zubiondoko Alorra y Kamiopea, en la misma terraza y debajo de ella.
Normalmente la toponimia aporta mucha información pero suele pasar desapercibida, en nuestro caso, teníamos el convencimiento del paso de la vía por un punto determinado cercano, que, una vez sondeado aportó un resultado negativo, esto hizo fijarnos en una información recogida en Idoi de la propietaria de una finca cuyo topónimo era Zubizar y la colindante hacia el río Kamiopea, estos topónimos indiciariamente, nos informan de un viejo puente y un camino.
Inspeccionado detenidamente el terreno, no vemos indicios ni rastro de ningún puente antiguo, pero si, la posibilidad existente por la llamativa terraza del Arga y la experiencia nos dice, que efectivamente el paso de la plataforma caminera por este lugar es perfectamente homologable con las técnicas y las necesidades de los ingenieros romanos, en realidad, no cambia gran cosa en relación con la recta delineación de la carretera moderna, pero si habría mucha diferencia en el coste de este tramo.
A continuación, el recorrido previsible está solapado hasta Zubiri por la antigua carretera lo que parece indicar que Larrasoaña, Urdaitz y Zubiri, nacen y se articulan por el propio camino.
Lo que no supone, que este valle estuviera despoblado antes de la llegada de los romanos y aunque este no es nuestro objetivo, pondremos solo tres ejemplos producto de las prospecciones del entorno.
Atekoaitzgaña en Idoi, Murelu en Zubiri, y Measkoitz en lo alto de la sierra de Esteribar, que no son únicos aunque si son los que tienen una relación más cercana con la calzada, más adelante veremos El Fuerte en Erro y Mezkiritzperro en Aurizberri-Espinal, todos ellos recintos fortificados vascones anteriores a la época romana.
Es muy probable, que la propia incomodidad que suponía la vida en estos recintos, fuera causa de su pronto abandono por lugares más convenientes, cercanos al agua y a la calzada, como habrían sido los actuales de Larrasoaña y Zubiri.
Llegando a Larrasoaña el traszado de la vía correspodía con la calle principal del lugar.- El recorrido encaja perfectamente con lo que los ingenieros romanos habrían buscado, siendo la calzada la que probablemente desde esta época articuló esta población continuando solapada por la carretera hasta Zubiri.
Que Larrasoaña tenía mucha relevancia antes de la Edad Media, nos dicen los tres hospitales que acogió esta localidad, el de la cofradía de Santiago, el de San Blas, y el de los Agustinos, propiedad de Roncesvalles, esto nos da una idea del interés de esta población para los caminantes.
Esta localidad, se puede interpretar por su configuración como pueblo calle, sin duda habría nacido al amparo de la calzada como final de una jornada, por tanto, muy bien pudo ser en su inicio, una mutatio (posada) al servicio de la misma, y en su evolución a través de los siglos, seguir siendo fiel a este origen.- No es solo este pueblo, el que se puede denominar como “pueblo calle”, también veremos más adelante otros como Linzoain, Bizkarreta-Gerendiain, Aurizberri-Espinal y Auritz-Burguete, donde la calzada pudo tener mucha importancia y en alguna de ellas ser determinante.
Que estos kilómetros del recorrido de la calzada fueran asumidos por la carretera moderna (S. XIX), habla muy bien de las capacidades técnicas de los ingenieros y topógrafos romanos y de la buena respuesta que esta vía estaba prestando a través de la historia.
Con esta investigación estamos viendo que, el tratamiento que el imperio romano exigió en esta vía fue el de una calzada importante dentro de su red principal, es así y no de otra manera, que después de 2000 años todavía reconozcamos su estructura en diferentes lugares, a pesar de la climatología y la alta pluviosidad de esta parte de Navarra.
En Esteribar tenemos un itinerario tradicional insistentemente señalado como el de esta importante vía, con una toponimia concordante y un previsible recorrido homologable a las condiciones que buscaban los topógrafos romanos, pero los reconocimientos sobre el terreno, no nos habían facilitado evidencias de su existencia, ahora tenemos el miliario hallado en Etxezarreta aunque este en posición derivada, pues las piezas de este calibre no se trasladaban a larga distancia y en general, terminaban en el entorno más o menos cercano. Somos conscientes que es el primer indicio material importante de esta vía,
Contando con la estupenda ayuda que nos facilita la tecnología LIDAR por exceso (lo que manifiesta) o por defecto (la no existencia) y la cierta seguridad de su trayectoria por el valle, se revalorizan muchos detalles observados con anterioridad, este hallazgo nos garantiza una cierta seguridad para prestar una atención especialmente cuidadosa.
Los miliarios, cumplían originalmente la misma función que los actuales puntos kilométricos, aunque no se limitaban a marcar las distancias, además proporcionaban información sobre quien había ordenado su construcción, origen o destino, evolucionando con el tiempo a loar al emperador como motivo propagandístico. Aunque un porcentaje alto de ellos no se grabaran, siempre estaban pintados, pues tenían que poder leerse sin descender del carruaje y puesto que conducían por la izquierda, estarían colocados en el sentido de su construcción en dirección al Pirineo.
Miliario labrado en roca caliza procedente de la cantera antigua de Ilurdoz,
No sabemos dónde estuvo situado originalmente, no obstante, habría que buscarla entre Larrasoaña y Urdaitz en el recorrido de la vieja calzada solapada por la carretera. Se trata de una pieza importante para su recuperación y puesta en valor como fundamental evidencia del paso de la Astorga-Burdeos por Esteribar.
La apropiación y desplazamiento de estas relevantes piezas, ha sido práctica común en numerosísimos casos y en todas las vías romanas, localizándose cientos de miliarios transportados de su lugar de origen, con fines de reutilización de diferentes maneras.
Hemos acopiado información toponímica, topográfica y geológica para documentar el trazado que reúna detalles de las características que dotaban los ingenieros a estas vías y que se hayan podido conservar.- Serán pocas, teniendo en cuenta el uso intensivo dado a estos caminos a través de los siglos, los innumerables atajos y variantes, la erosión por las lluvias en laderas montañosas donde desaparecen los afirmados y plataformas.- Sobre todo las largas alineaciones no se repiten en la Edad Media y el transporte carretero desaparece sustituido por el de herradura a lomo de mulas. Solo vuelven a aparecer en el s. XVIII cuando la utilización de barrenos y pólvora negra facilitaron los desmontes para la construcción de las nuevas carreteras, aunque, hasta la aparición (siglo XIX) de la barrena hidráulica y la dinamita no se generalizan estas condiciones.
Conocer esto, apoyándonos con la técnica LIDAR que nos facilita un mapa en relieve eliminando la cobertura forestal, nos asegura la no existencia de otras alternativas a través de la historia, pero además, poder comparar esta técnica con la ortofotografía histórica (vuelo 1927-29 de Ruiz de Alda, SITNA), aporta suficiente información como para realizar un reconocimiento sobre el terreno con gran seguridad, no obstante, nunca estas técnicas evitaran este reconocimiento por incómodas que resulten.
Cruce del río Arga
Zubi-iri, como su propio topónimo indica, el puente le da el nombre.- Desde luego la actual arquitectura del mismo nada tiene que ver con la romana, pero no tenemos la menor duda de que en este lugar hubo uno romano.- Los constructores de la vía, la realizan contando con un proyecto perfectamente estudiado, recorren el valle por la solanera y cuando cruzan el río Arga es por el lugar apropiado, una vía como esta, no tendría ningún problema de financiación, habrían construido un buen puente y el propio topónimo lo demuestra, pero si algo ha eliminado todo rastro de grandes obras, han sido principalmente los ríos. En Navarra no se conserva ninguno por más que algunos se empeñen en asegurarlo, aunque es cierto, que existen vestigios. En este caso no se advierten indicios pero el lugar es ideal.
Desde el propio puente comenzaba el ascenso en dirección Este por debajo de la pista actual, por una trinchera irreconocible entre la vegetación, donde el agua de lluvia se canalizó convirtiendo la plataforma en un barranco y deteriorando el camino de manera definitiva, no obstante, indica que el ascenso se hacía de manera progresiva formando un suave arco adaptado al terreno de las curvas de nivel para alcanzar la loma tras un pequeño ziczac.
Habiendo conocido las dificultades que se encontraron allá por los años 60 del siglo pasado, cuando se diseñaron muchos tramos del actual camino de Santiago, estamos seguros que con los medios actuales, sería muy diferente y más cómodo, eso sí, siempre y en cualquier tiempo se puede mejorar.
La mítica carga del Camino de Santiago y las leyendas del lugar, no ayudan mucho a comprender con claridad la evolución del propio asentamiento humano y su entorno.- En este caso existen todos los ingredientes para entender una evolución lógica y clara, la ideología y las formas de vida de los vascones antes de llegada de los romanos a esta zona, no eran diferentes de las de otras tribus en la península ibérica y en el resto de Europa, la inseguridad permanente llevaba a los jóvenes a engancharse a promesas de pillaje y riqueza, muchos terminaban como mercenarios en ejércitos extraños y el que conseguía regresar era el señuelo. Llegan gentes con un ejercito donde trabajar como auxiliares, calzadas, minas y formas de vida que les hace abandonar los incómodos castros y bajar al llano, pero sobre todo traen seguridad. Esto habría llevado un tiempo y no pocas diferencias, pero las formas romanas serían un atractivo y un objetivo, sobre todo para las élites.
Esto es fácil de entender en Zubiri, arriba Murelu, un incómodo poblado amurallado, abajo una gran calzada y un puente que eliminaba un periódico obstáculo para la circulación, como imponente propaganda de los avances que traían.- Murelu se extingue y nace el pueblo del puente, Zubiri con los beneficios del comercio que genera el camino.
El primer tramo de Zubiri al Alto de Erro, fue el más perjudicado por la erosión del agua de lluvia al canalizarse dentro de la plataforma, como consecuecia, la formación de grandes trincheras y la pérdida total de la capacidad carretera, sin embargo, está documentado el paso de diligencias hasta la construcción de la carretera inaugurada en 1881.- Es fácil imaginar las penalidades de los arrieros y conductores de carruajes a través de las reiteradas quejas a las Cortes incluso al Rey.
Tenemos que confesar que, tras varios reconocimientos del trazado en busca del recorrido original, tarea difícil por lo accidentado del terreno y por la espesa vegetación que recubre las trincheras, no era optimista en hallar evidencias identificables, pero debo rectificar porque por pequeñas que sean nos dan pistas, como la existencia de cantos rodados que veníamos observando en diferentes puntos, cantos rodados sueltos pero que nos ponían sobre aviso, pues su existencia solo se justificaba, por haber sido transportados monte arriba.- Conociendo la composición y evolución de los afirmados, hemos podido comprobar, la existencia de pequeños tramos donde se mantiene parte del afirmado original de zahorras.
Para que se conserven este tipo de estructuras, es condición indispensable, que el trazado sea plano, en loma y en ausencia de erosión por corriente de agua superficial. Esta circunstancia se da en Aztiriaingo Gaña, en el primer rellano que alcanza el recorrido en su ascenso al alto de Erro, un tramo de al menos 300 m, donde se ha conservado parte del afirmado y restos de la cimentación.
Como anécdota, es costumbre entre los peregrinos el amontonar pequeñas piedras, de trecho en trecho, vemos algunos de estos montones, simplemente con piedras calizas procedentes del sustrato local, otros mixtos de calizas y cantos rodados y en este tramo, uno solamente de cascajos. Otro detalle, en nuestra opinión importante, es el vestigio de la cimentación que se observa en diferentes tramos.
Tramo elevado sobre doble terraplén,
Vistosa evidencia de ingeniería poco común en caminos de montaña, pero característica que la delata como calzada romana.- Trabajos con estas condiciones técnicas, son los que han permitido la conservación en buen estado aun después de abandonarse su mantenimiento, aunque esto solo sucede en trazados llanos sin aguas superficiales. Estos trabajos, son rarísimos en épocas históricas hasta que se vuelven a tender caminos carreteros modernos.
Plataforma con fuerte terraplén
En esta zona caracterizada por la poca inclinación del trazado, la plataforma discurre en aguda loma con un gran terraplén, aunque, ha perdido parte mayor del afirmado se mantiene en buen estado gracias al sustrato calizo y sobre todo, a la poca capacidad de arrastre que adquiere el agua cuando circula por la caja.
De todas formas, la falta de mantenimiento ha hecho desaparecer la capa de rodadura, parte mayor del afirmado y parte de la amplitud original de la calzada, quedando esta reducida a 10 pies rozando los 3 metros de anchura.
Las dimensiones de la caja o plataforma de la calzada, discurriendo en terrenos montañosos es difícil de comprobar, en contadas ocasiones se ha conservado y por lo general, sin una intervención arqueológica no somos capaces de confirmarlas, puesto que materiales sedimentarios en sus márgenes han permitido que la vegetación colonice parte del afirmado, permitiendo además, que el arbolado prospere incluso en la misma plataforma, puesto que la anchura de los caminos romanos, resultaba excesiva para la forma habitual de transporte de mercancías a lomos de acémilas, no obstante, la anchura rondaría los 5 metros en el momento de su construcción.
Venta del puerto o de Agorreta
Conocida como Venta del Puerto o Venta de Agorreta, se derribó en el 2.010 por el peligro que presentaba su estado ruinoso, a través de la historia fue un punto de hospedaje de caminantes y arrieros como abrevadero y establo para sus animales, fue útil sobre todo, en la recogida de animales de tiro que se contrataban en Zubiri para el fuerte ascenso y tras superarlo devolverlos a su origen.- Estas ventas que tuvieron carácter de institución por el servicio que prestaban, las introdujeron los romanos con diferentes categorías, como mansio, mutatio, y simples caupona o taberna, con diferentes servicios.
Alto de Erro
En el lugar donde la calzada atraviesa la carretera, existe cubierto un fragmento de empedrado moderno publicado repetidamente como romano y evidentemente muy posterior, en este lugar se ubicó el Portazgo o Cadena, para el cobro del peaje tras inaugurarse la nueva carretera a finales del s. XIX.-Recorriendo este camino encontraremos algunos otros vestigios de empedrado que se pueden remontar al s. XVII, en tramos donde el sustrato blando obligaba a buscar esta solución.
La característica dominante en todo el recorrido desde Zubiri a Linzoain, es un sustrato duro superficial de calizas estratificadas y margas duras, que se mantienen bien en terrenos planos, pero se erosionan fuertemente en los planos inclinados formando potentes cárcavas.
Tenemos un detalle importante que al menos, denota antigüedad, se trata de la repetida utilización del camino como límite entre diferentes municipios, este hecho nos asegura su existencia anterior a su delimitación territorial.- Esto ha sido habitual a través de la historia como los cursos fluviales, montes y collados, con la diferencia que estos últimos están ahí desde siempre pero los caminos estructurales son creación humana y solo los muy relevantes causaban este efecto en una época en que no se construían caminos de esta importancia.- El recorrido de este mapa sirve para delimitar los de Saigots, Agorreta, Erro y Zubiri.
El Paso de Roldan
Según la leyenda, esta piedra era la medida de la zancada de este mitológico personaje medieval, la propia épica popular hacia grandes a estos personajes, tenía que ser gigante y de esta manera se magnificaba la victoria de los vascones sobre las tropas de Carlomagno en la mítica batalla de Errozabal-Roncesvalles, una manera de devolver la pelota que la épica medieval europea les arrebataba en La Chanson de Roland.- Situada en el mismo recorrido, hoy sirve para descanso de peregrinos.
El recorrido desde el alto de Erro por regla general, es el mismo camino histórico que en la actualidad utilizan los viandantes a Compostela, solo en dos lugares se salen del trazado romano, son dos pequeños tramos con acusadas trincheras y el resto se ajusta al mismo, si acaso, hemos detectado un tramo en ladera donde, la plataforma actual está 2 y hasta tres metros por debajo del nivel original, con el consiguiente estrechamiento de la plataforma.
Hasta Linzoain salvo pequeños tramos, discurre como anteriormente, por terreno de calizas estratificadas y margas duras, que por su buzamiento, ha resistido favorablemente la erosión manteniéndose en buen estado.
El descenso hasta Linzoain, está en general solapado por un camino agrícola-forestal moderno, aunque, no vemos un cambio en su composición.
Otra observación que nos llama la atención, es la aglomeración de la población a ambos lados del camino en ladera, reservando las tierras más planas para la agricultura.- Las actuales construcciones son modernas en general del s. XVIII en adelante, pero no cabe duda sobre la antigüedad del poblamiento.
Terminado el descenso, en Linzoain se localiza un manantial-abrevadero de apreciable antigüedad, aunque muy deteriorado conserva un parecido con muchas fuentes consideradas romanas, los sillares originales que mantiene denotan un buen trabajo de cantería, lo que no es suficiente para determinar su forma arquitectónica y la sedimentación por arrastre, mantiene el suelo muy por encima del original cuando fue construida.
De todas formas, tuviera o no tuviera relación con la calzada, es indudable la necesidad de un estudio y restauración como elemento patrimonial histórico importante en el camino de Santiago.
La salida de Linzoain hacia Bizkarreta-Gerendiain, se hace sobre un terreno suavemente ondulado y este tramo del camino ha sido siempre utilizado localmente para tareas agrícola-ganaderas, por tanto, no es fácil hallar vestigios pero si se reconoce la buena traza del mismo, que tras ser asumido un trecho por la carretera, desciende a Bizkarreta por el mismo que se utiliza actualmente como camino de Santiago, discurriendo por la población adaptada a la curva de nivel.
Bizkarreta-Gerendiain, como explica el topónimo en euskera, es una suave colina donde se asienta la población, es evidente que la calzada lo articula aunque el agrupamiento principal es el alto de la colina, zona de más cómoda expansión.- Igual que Larrasoaña, fue final de jornada para caminantes y también tuvo hospital y palacio de Cabo de Armería, la fundación se fecha en el s. XII pero en nuestra opinión es muy anterior, aunque como ubicación de una mutatio no la vemos homologable, por la corta distancia con la mansio de Iturissa y es más fácil y lógico, su asentamiento en Linzoain, lugar donde inicia la ascensión al alto de Erro.
Tenemos una cuestión a nivel de valle como unidad administrativa, este camino tenía mucha utilidad para lo que había sido construido, ósea largas distancias pero poca a nivel del valle, por lo que en épocas históricas se utilizaron otros caminos para comunicar los diferentes municipios entre sí.
Uno procedente de Luzaide, Auritz, Aurizberri, Mezkiritz y Ureta, por un lado, otro de los Aldudes y Sorogain, un tercero de Orosa, Ardaitz, Larraingoa, Urniza, Gurbizar, Erro, Orondritz, Aintzioa, Loizu y Esnots, un cuarto de Zilbeti y Linzoain, alcanzaban Laurentxi, como eje geográfico del valle y lugar donde se construyó la casa del valle. Esto denota, la poca utilidad de la gran vía para los naturales, que, solo les venía bien para su comunicación con la capital del reino pero era un problema a la hora de su mantenimiento.
También en época histórica, la calzada acogió desde Aurizberri-Espinal la pasada nº 26 de la Cañada Aezkoa-Fitero hasta el alto de Erro, para discurrir por la sierra de Esteribar y retomar el eje principal en el Valle de Aranguren siguiendo la milenaria ruta pecuaria que demuestran los abundantes dólmenes, túmulos y castros hallados en esta sierra.
Es muy conocida una leyenda, que, se refiere a la ruta anteriormente nombrada de la sierra de Esteribar, se trata de San Guillen y Santa Felicia.- Ella hija de un importante noble feudal aquitano con fuertes inquietudes vitales, decide peregrinar a Compostela y se hace acompañar de su hermano Guillen, a la vuelta en la ruta de ascenso a la sierra recalan en Amokain Señorío de un jauntxo navarro, Felicia encuentra en este lugar algo que estaba buscando y determina quedarse, su hermano intenta convencerla para que le acompañe de vuelta, pero ella había tomado una firme determinación. Guillen regresa y enterado su padre le encarga, hacer volver a su hermana sea como sea, Guillen la encuentra, intenta explicarle que su sitio no estaba en este humilde lugar sino en su palacio en Aquitania, ella se niega pues había decidido firmemente dedicar su vida a ayudar a los pobres y en un arrebato su hermano acaba con su vida.
Arrepentido de la atrocidad cometida, el mismo tomo la determinación de retirarse a una ermita (dicen San Guillermo en Obanos) para purgar su pecado y hacer el bien ayudando a los necesitados.- Esta es de manera muy sintética, la leyenda que nos da una pista del camino que en esta época estaría de moda y que concuerda con la pasada 26 de la cañada y la sierra de Esteribar.- Lo cierto es, que estas rutas en la época estaban despejadas de vegetación por el continuo paso de ganados pastando camino de mercados y ferias, eran rutas muy marcadas sobre el terreno y muy fáciles de seguir por gentes a caballo, por tanto, nada tiene de extraño que se usaran sobre todo en época de lluvias, sin puentes y en ríos con aguas altas que obligaban a duros trayectos alternativos y peligros insospechados.
Todo esto que comentamos, es consecuencia de la existencia de una calzada romana que canalizó a través de la Edad Media, invasiones, ejércitos, comerciantes y peregrinos por un territorio que de otra manera es difícil que se hubiera dado.
Llegada a Bizkarreta-Gerendiain
Llegando por Arrio, desciende por Idiara del alto donde se localiza el actual cementerio para recorrer toda la población de suroeste a nordeste.
Esta localidad, cuya fundación se data en el s. XII y era fin de jornada para los caminantes antes de la construcción de la colegiata de Santa María en Orreaga, como quedó constancia escrita de su existencia en la guía del Camino de Santiago del Codex Calixtinus, denominándola Biscarretum, por tanto era lugar fundamental dentro del camino, importancia que habría decaído tras la construcción de la colegiata.
La salida desde el pueblo se hace en descenso hacia el río Erro y tras vadearlo inicia la subida por Espilxar en dirección a Dondore, aquí, la calzada sirve de muga entre los concejos de Bizkarreta y Mezkiritz hasta alcanzar la muga con el término del concejo de Aurizberri-Espinal en Errebelu.- En este paraje, el vestigio de la vía es una larga alineación con dos trincheras paralelas, imagen espectacular en invierno e invisible en verano oculta por zarzas y helechos.- Otra vez comprobamos, que la antigüedad de este camino sirvió como divisoria de términos comunales entre diferentes concejos.
El trazado por terreno llano que propusieron los topógrafos y llevaron a la práctica los ingenieros romanos, evitando el puerto de Mezkiritz, sus desmontes sobre roca y curvas, nada tiene que ver con el que 1900 años después realizaron los técnicos modernos.- La diferencia es muy notable y demostrativa de la preparación de los técnicos romanos.
Una vez en la llanada de Errozabal, el mapa de relieve que el sistema LIDAR pone a nuestra disposición nos marca las evidencias por donde discurría, en las tierras llanas de labor de manera muy sutil y en laderas de forma muy evidente, nos ha permitido comprobar sobre el terreno su trayectoria sin ningún lugar a dudas.
Julio Altadill, en investigaciones desarrolladas a principios del s. XX, también nos dejó algunas pistas que hemos podido confirmar, aunque por desgracia, la gran trasformación sufrida a raíz de la concentración parcelaria aprobada el 7 de abril de 1973, nos ha impedido comprobar otras que nos habrían prestado gran ayuda.
A lo largo de muchos años, hemos buscado las huellas que los antepasados dejaron en etas tierras, teníamos la suerte de estar sobre uno de los pasos más importantes del Pirineo Occidental desde la lejana prehistoria, soportando migraciones, invasiones y continuos trasiegos de gentes y animales, tierra de cazadores, pescadores y recolectores, de pastores, mineros y artesanos, de carboneros y monjes, de arrieros, comerciantes y contrabandistas, que muchas veces eran lo mismo. Todos dejaron su huella, unos evidentes y otros ocultas o secretas.
Ahora creemos con alto grado de seguridad, que tenemos identificado el recorrido de esta gran vía al 100 % entre el puente de la Trinidad de Arre y el yacimiento de Zaldua, identificado como la Iturissa-Eturissa del geógrafo griego Tolomeo, del Itinerario de Antonino y del anónimo de Ravena.
La larga alineación al norte de la localidad de Aurizberri-Espinal, demuestra que cuando de funda el pueblo en el s. XIII, ya estaba en desuso parte del tramo de calzada que atraviesa todo el término del concejo de Oeste a Este, el tramo más oriental es el que según recogió Altadill a principios de s. XX, era llamado Auritzeko Bidezarra que según un vecino del pueblo recordaba con amargura, fue desmontado por el contratista de la nueva carretera.
En ocasiones las evidencias pasan desapercibidas en tramos concretos, porque la visiones parciales no dicen nada o es muy difícil relacionarlas con algo diferente a un accidente geográfico natural, aquí es donde el LIDAR es importante, relaciona gran número de estas evidencias poniendo de manifiesto trayectorias que desde el suelo es imposible ver, a veces por su sutileza y a veces, por la falta de visión del antes y después.- Esta fotografía es un ejemplo de esta observación, pasarás cien veces sin imaginar que por aquí pasaba una calzada romana.
Manantial de Iturrizar
Su nombre indica antigüedad y su localización una función al servicio de la vía.- Este manantial es citado como de agua fresca y cristalina por J. Altadill que nos relata el recuerdo del Sr. Urtasun, octogenario vecino natural de casa Beretx, cuando lamentaba la torpeza al intentar mejorar el gran depósito de esta fuente perforando o haciendo desaparecer el fondo (según él romano) con el fatal resultado de la perdida de la mayor parte del caudal.- El que esto escribe, recuerda perfectamente esta fuente, pues, estaba justamente junto a la entrada de un pequeño campo propiedad de la familia antes de la concentración parcelaria.- Su localización exacta junto a la calzada es recuerdo lejano pero suficiente para reconocer en la misma un buen trabajo intencionado, hoy se encuentra cubierta por un fuerte relleno antrópico bajo el camino de concentración.
Otro dato importante que nos dejó J. Altadill fue, el referente a los restos de cimentaciones y muros que aparecían en Mezkiritzperro y que los vecinos utilizaban cuando necesitaban piedra, él situaba aquí, una fortificación romana o Iturissa relacionándola con Iturrizar por similitud fonética, aunque hoy sabemos dónde se sitúa la ciudad y no es aquí, es cierto que la vía atravesaba su ladera meridional, el Sr Urtasun le relata, como el contratista de la nueva carretera, solicita permiso para utilizar los materiales del Bidezar, camino en 800 m bien conservado, a lo que los vecinos se niegan, pero, para disgusto del pueblo y contando con autorización de “arriba” o Diputación, levanta el afirmado presumiendo de la buena calidad tanto de piedras como de argamasas, este es el Bidezar o camino viejo que nosotros de chavales decíamos “el alcorce a Burguete”.
Este tramo deja atrás la localidad discurriendo entre prados, algunos de ellos con plantación de alerces y pinos, en buena parte se encuentra cubierto de una gran vegetación de avellanos, hayas, espinos, acebos y zarzas, así es que solo en invierno tenemos la posibilidad de tomar alguna imagen entre tanta maleza, de todas maneras, vemos 2 y 3 trincheras paralelas como consecuencia del poco mantenimiento de este camino desde la antigüedad, aumentado por la erosión del agua que se canalizaba por ellas y la ya relatada retirada de su afirmado
Estamos en plena llanada de Errozabal donde se han dado los hallazgos más interesantes de época romana, dos necrópolis con sus centros de habitación asociados y la convergencia al menos dos calzadas.- Si ya antes de estos descubrimientos de manera hipotética, se situaba Iturissa en las inmediaciones, en el momento actual sigue siendo imprecisa pero hay más indicios para reducirla en Zaldua.
Si la necrópolis de Ateabaltsa pertenece a un asentamiento militar, como así parecen demostrar los materiales recuperados y se localiza al borde de la vía Astorga-Burdeos, la necrópolis de Otegi está al borde de la vía que viene de Caesaraugusta, ambas puertas afuera como era costumbre romana, con la diferencia que, la de Otegi solo se excavó en parte y pertenece a una población de gran tamaño como la que se vislumbra en Zaldua.
También estas necrópolis nos indican, que las dos vías son contemporáneas o de fechas muy cercanas en el tiempo a tenor de los materiales y las dataciones que se han calibrado.
No descartamos, una tercera vía de segundo orden que comunicara con el valle de Aezkoa, o que se utilizara para esta comunicación la vía minera que desde Auritz se acerca al coto de Txangoa por la Real Fábrica de municiones de Orbaitzeta, camino utilizado tradicionalmente para llegar a esta localidad y porque no, a otros pueblos del valle hasta que en 1935 se construyó la carretera actual.
Señalar este camino minero no es gratuito, porque su existencia tiene un significado muy importante en el devenir histórico de la zona y de todo el Pirineo Occidental, los últimos estudios que se vienen haciendo en la minería de época romana, están demostrando que con toda probabilidad fue un distrito minero el motor de la economía abarcando toda la zona de mineralizaciones del Pirineo occidental y caracterizado hipotéticamente como Saltus Vasconum.
Pasando la localidad de Aurizberri-Espinal pronto llegamos a Ateabaltsa, comunal del concejo que se roturó a finales de los años 60 para sembrar patata comercializada por la cooperativa OPOSA para simiente, esto supuso una gran ayuda en esta parte del Pirineo.
Estas labores dejaron al descubierto en superficie, gran cantidad de restos líticos, cerámicos y metálicos, caracterizados como calcolíticos unos y romanos otros.
Corría el año 1982, cuando identificamos restos de una necrópolis de incineración con vestigios de un lugar de habitación en Ateabaltsa y en 1985 otra en Otegi, 800 m al Este, se dio parte en el Museo de Navarra que procedió a su excavación, Ateabaltsa en 1986, 87, 88, y 89, por M.ª Jesús Perex y Mercedes Unzu y en 1989, 90 y 94 la de Otegi por las mismas arqueólogas, estos vestigios se verían aumentados en 2011 con el hallazgo de tres miliarios en Mugarriluze y con el estudio de la calzada que significó un gran avance en el conocimiento de esta época en el Pirineo Navarro.
Así, con la llegada de las calzadas a Otegi y Zaldua y la localización del yacimiento de Zaldua se fortalece la importancia del estratégico paso del Pirineo Occidental con su confluencia.
La información que estos hallazgos nos están facilitando, sumada a la que aportan las excavaciones de Zaldua y Artzi, están despejando incógnitas y esperamos que en un futuro cercano se vayan aclarando otros aspectos sobre la cultura romana en la zona, la economía, minería, industria, oficios, artesanías, servicios, agricultura, ganadería, en definitiva, los medios de subsistencia y la influencia que pudieron tener los nativos.
Esta importante calzada, producto de la estructuración que impulsó Augusto tras conseguir la Pax peninsular, no solo sirvió para comunicación y comercio en general entre Asturica Augusta y Burdigala, también serviría para distribuir el producto siderúrgico del distrito minero que abarcaba la mayoría de las minas de los aquitanos y de los vascones en el occidente pirenaico, desde Mendilatz en Orbaitzeta hasta el cabo de Higuer.
La reciente identificación de otras dos calzadas mineras en Bera y Etxalar solo tienen sentido con esta función, refuerzan los trabajos que, M. Urteaga y sus colaboradores han llevado a cabo estos últimos años en el entorno de Peñas de Aia, Oiasso-Irun y Bera, junto con la identificación de ingentes labores mineras romanas en Luzaide, Banka, San Martin d´Arrosa, Itxassou, Urepel, Aritzakun, Lanz y Amaiur, dejan pocos resquicios a la duda sobre la existencia de un distrito minero.
Estas circunstancias, nos han llevado a preguntarnos donde estaría la frontera entre vascones y aquitanos antes de su conquista por Julio Cesar, porque sin duda, fue un condicionante para la construcción de la Tarraco-Oiasso como primera calzada que construyen en el norte de la navarra actual. Si hacemos caso a las fuentes clásicas, toponimia y los vestigios mineros estudiados o en proceso de estudio, diríamos que desde el Cantábrico, el río Bidasoa sería la divisoria hasta Oronoz Mugairi e Irurita y desde este punto por la regata de Artesiaga hasta la divisoria de aguas en el collado homónimo siguiendo esta divisoria hasta el Mediterráneo.
Esto sería así hasta la reorganización de Octaviano, en la que una de las medidas principales habría sido la activación de un distrito minero y el nombramiento de un procurator metallorum de su confianza, pues conocido es que las minas pertenecían a la hacienda imperial, los procuradores tenían plena autonomía y solo daban cuentas al emperador.
Calzada minera a Txangoa
De este modo se entienden estas infraestructuras no justificables de otra manera, pero además aunque sea hipotéticamente, se resuelve una cuestión que ha gastado mucha tinta, cual fue el Ager frente al Saltus, estos caminos demuestran y refuerzan el concepto Saltus Vasconum como lo propone M. Urteaga Artigas referente al distrito minero.
La falta de datos sobre esta actividad en Txangoa y otros cotos mineros de la zona, solo se debe a la falta de investigación pero esperamos que pronto se vayan solucionando.
Así pues, llegamos a la conclusión que efectivamente y siempre en nuestra opinión, la vía Astorga-Burdeos discurre por el recorrido indicado por la tradición y que en la actualidad es utilizado en parte, como camino de Santiago desde Bizkarreta, salvando, importantes tramos por el valle de Esteribar, donde para evitar la carretera general, se han utilizado caminos medievales tradicionales de comunicación inter pueblos que nada tienen que ver con la calzada romana,.
Se han detectado vestigios y evidencias para considerar este recorrido como obra romana, pero no solo los vestigios con ser importantes nos indican esto, en todos los kilómetros del recorrido no hemos apreciado ninguna circunstancia que nos haya dado una sensación negativa, en cuanto al trazado técnico de la misma, incluso, cuando atravesamos alguno de los parajes extremadamente deteriorados, que en un primer momento nos sorprende, aunque después viene la explicación de la evolución y la causa del deterioro.
Consideramos también muy importante, la visión de todo el trazado en los caminos de mucha antigüedad, porque tenemos claro, que después de la época romana no se han construido carreteras hasta el s. XVIII con la técnica suficiente y la mayoría están documentadas.- Por otra parte, echamos en falta referencias a materiales o artefactos romanos en Esteribar, nosotros los hemos buscado y solo tenemos referencia, de unos fragmentos de cerámica nativa de cocina y sigillata romana recogidos cuando se adecuó el cortafuegos desde Urdaitz hasta el collado de Esnotz donde quedaron en superficie, únicos vestigios de industria romana que conocemos en este valle.
Este tramo desde Arre, en realidad tiene 25 millas en vez de las 22 del itinerario de Antonino sumando 37 km.
No estamos seguros, si este desfase con relación a las distancias del Itinerario de Antonino merece tomarlo en cuenta, no solo en este tramo sino en los siguientes hasta Summo e Immo Pyrenaeum son imposibles de casar y claramente vemos una notable diferencia entre el Itinerario y la realidad sobre el terreno, aunque se busquen soluciones simplistas dando a la milla diferentes valores observados en otras calzadas.- Las diferencias son tan notables que no hemos sido capaces de justificar sobre el terreno de ninguna forma ni por ningún otro camino.
Es posible, que lo mismo que nos llevó en su momento a dudar de este recorrido por otras alternativas les ocurra a otros investigadores intentando justificar distancias, hoy los medios disponibles y la forma de prospectar, nos permiten una cierta seguridad como para mirar de reojo a estos documentos, antes imprescindibles en las investigaciones.
Esto nos lleva, a incidir más si cabe, en el conocimiento de las técnicas, modos y maneras de los ingenieros, topógrafos y maestros de obra romanos, dependiendo menos de algunas fuentes, sin prescindir de ellas pero teniendo en cuenta que son documentos al menos dudosos y apoyarnos más en detalles y evidencias.
También debería llevarnos a compaginar siempre que sea posible, la puesta en servicio de estas antiguas infraestructuras, sobre todo, cuando coinciden con rutas como Camino de Santiago, Vías verdes, Eurovelo o senderos de medio y largo recorrido, sería una forma de mantenerlos a bajo coste, o al menos recordarlos como las fenomenales obras que fueron y lo que significaron para el desarrollo cultural de toda la Cuenca Mediterránea, la Europa Occidental y nuestra tierra en particular.
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Muchos y buenos artículos se han publicado últimamente, sobre las comunicaciones que articularon el territorio de los vascones y nosotros queremos aportar nuestro pequeño grano de arena en este asunto, por otro lado importante en el devenir histórico de nuestra tierra, siendo como fueron autopistas por donde circularon además de mercancías y personas, pueblos, culturas, ideologías, lenguas, costumbres y religiones.
Después de cinco años de investigaciones sobre una calzada que en principio creíamos no referenciada por las fuentes clásicas nuestra visión ha cambiado. Hoy si la creemos citada por los diversos documentos, el problema radicaba en la distinta identificación de su recorrido.
Mapa de vías romanas en Navarra
La inercia creada por los antiguos investigadores sobre determinados recorridos, han generado un problema, que sin una sola prueba arqueológica, ha dado evidencia a un recorrido y ha traspasado la carga de la prueba a quien quiera demostrar un trazado diferente.
Nos estamos refiriendo a la calzada que por Artzibar alcanza Errozabal (ALTADILL, 1928; ANDREU, 2017)) en la llanada de Roncesvalles donde se ubica Zaldua, un poblamiento romano de gran importancia arqueológica y aún mayor importancia estratégica en época romana para el paso del Pirineo.
Estado original de los miliarios de mugarriluze (Aurizberri-Espinal), 2011
Miliario de Constancio Cloro antes del levantamiento
Este tramo reconocido al 100% desde Iturrotz-Villaveta en (Longida) hasta Donazaharre-Saint jean le Vieux, nos ha proporcionado evidencias tan importantes como 6 miliarios, 4 de ellos con epígrafes y tres importantes asentamientos romanos, uno de ellos republicano y dos altoimperiales de larga secuencia temporal, Iturrotz, Artzi y Zaldua (GARCIA ET AL, 2016) , nos faltan sus reducciones pero no la confianza de su futura identificación.
Hoy la geo localización y el traqueado digital de estos caminos es fácil así como su medición, eso nos ha llevado a comprobar que las distancias aportadas por el Itinerario de Antonino, en la practica, son difíciles de casar, así que nos conformamos con aproximarnos e intentar su confirmación por métodos arqueológicos.01
Tenemos una datación por Carbono 14 de la calzada en Zaldua (Auritz-Burguete) de 2036 ±30 [1], coherente con las recogidas en Donazaharre-Saint Jean le vieux identificado como Immus Pyrenaeus por J.L. Tobie (TOBIE, 1982) y coherente también con la construcción por Augusto de esta calzada desde Caesaraugusta entre el 9 y 4 a. C. (ANDREU, 2017)
Por el contrario en el Camino de Santiago, insistentemente señalado como el trazado de la Iter XXXIV, pese a estudiarlo con verdadero interés, no hemos podido reconocer ni una sola evidencia, lo hemos intentado con la prospección del recorrido, el área donde se localizaba la Venta del Puerto ya desaparecida entre Zubiri y el alto de Erro, el seguimiento de obras en Zubiri, incluso con el seccionado arqueológico de una plataforma anterior a la carretera actual. Tampoco las pendientes reconocidas nos animan a considerarlas romanas, aunque evidentemente es un antiguo e importante camino.
Existen alusiones de restos de calzada en el alto de Erro (PEREX, UNZU, 1990), los conocimos en su día, pero mas parecía un empedrado con el objetivo de sanear el portazgo que en su día hubo en este camino en este mismo lugar, en nuestra opinión, estos restos son modernos.
Pero existe un argumento que nos hace descartar o al menos cuestionar seriamente este recorrido, los técnicos de Augusto planifican y proyectan estas calzadas desde Caesaraugusta.
Así ya implantada la Pax por Augusto y poco antes del cambio de era, el Princeps Octavio Augusto, acomete un importante programa para la construcción de vías fundamentales en la articulación de esta parte del imperio, la Tarraco-Oiasso (ESTRABON,3,4,10) que comunicaba el Mediterráneo con el Cantábrico, posiblemente ya adelantada antes de Augusto (MAGALLON,1990), la Ab Asturica Burdigalam (iter XXXIV) que facilitaba la comunicación de Asturica Augusta con la Galia. De paso con la Beneharno, pone en comunicación Zaragoza y el Bearn por el Pirineo central (MORENO, 2009) y muy posiblemente el ramal que uniría por Cara, Caesaraugusta con Pompaelo (ANDREU, 2017), ya para entonces convertida en una importante ciudad vascona.
Recapitulando: Si ya tenemos la Tarraco-Oiasso por el piedemonte pre pirenaico de Sureste a Noroeste y tenemos la Ab Asturica Burdigalam que convergen junto a Pamplona, no vemos, – como los romanos tampoco habrían visto- la necesidad de tender una calzada por Esteribar, que tenía que superar dos puertos como Erro y Mezkiritz, cuando ya tenían solucionado el trayecto por Artzibar sin ninguno.
Existiese ya o no la Tarraco-Oiasso, tendrían una parte importante del recorrido solucionado al menos desde Iturrotz (Longida) hasta Arre, por tanto Iturissa y Summo Pyreneo debemos buscarlos en el pasillo de Artzibar para lo que ya tenemos tres alternativas, Iturrotz, Artzi y Zaldua.
Hypocaustum con muros de opus cementicium en Artzi
No seremos nosotros quienes pongamos nombre a ninguna mientras no tengamos una confirmación epigráfica, si aportaremos argumentos para la comprensión del territorio y las condiciones de vida en la época romana como en la actualidad.
Salvando ciclos climáticos en los que las nevadas han sido mas o menos copiosas, el clima de la zona no ha variado fundamentalmente desde la época romana.
Si en la actualidad el collado de Ibañeta ofrece unas duras condiciones climáticas, igual que se daban en 1132, como para que el hospital que el Obispo de Pamplona, D. Sancho de Larrosa, había construido en 1127 se abandonara y se construyera otro en lugar mas protegido como es la ubicación actual de Orreaga-Roncesvalles. En época romana tampoco sería un buen lugar para instalar el Summus Pyrenaeus, aunque si para instalar un altar a los dioses manes -o por ejemplo el supuesto trofeo de Urkulu- como punto mas alto de la calzada, de hecho la recuperación por L. Vázquez de Parga en 1951 en excavación arqueológica de un fragmento de ara al Sol Invicto vendría a confirmarlo, como confirma la calzada, los dos miliarios que hallamos 400 m al sur del collado.
Miliarios de Ibañeta in situ. antes del levantamiento
Tampoco lo sería en épocas históricas, pero en estas cubría una vital necesidad como refugio de peregrinos, en un momento de gran popularidad de esta practica en la Edad Media, de ahí la existencia del monasterio de San Salvador y que sus restos llegaran hasta el s. XX como ermita.
Restos arqueológicos del Monasterio de San Salvador de Ibañeta cortados por la antigua carretera de 1881. (verano del 2017)
Todo esto nos lleva a cuestionar también el collado de Ibañeta como el lugar donde se asentara el Summo Pyreneo. Lo mismo que la identificación de la calzada discurriendo por Luzaide nos da motivos como para poner en duda la torre de Urkulu como trofeo romano.
En general se alegaba como motivo de su ubicación en Urkulu, que era un lugar señalado y visible desde la calzada que discurría por Bentartea y Lepoeder, cuando lo cierto es que por estos lugares nunca discurrió una calzada romana. Si acaso, una ruta pecuaria que sin duda, habrían utilizado las legiones en la época de la conquista, como los nativos la siguieron utilizando y muchos peregrinos en épocas históricas también.
Se ha mantenido el carácter de trofeo romano aún después de las excavaciones llevadas a cabo los años 1989-1990 (MEZQUIRIZ, 1992), trabajos que no aportaron la mas mínima prueba material de época romana, interpretando como altar de consagración del monumento los restos de una simple chabola abierta al Norte, donde cocinaran los militares acantonados en el lugar a finales del s. XVIII (de los que si hay pruebas), habida cuenta, que el recinto donde se cobijaban solo tenía un hueco, la puerta orientada al Sur, el cocinar dentro sería un verdadero problema.
Torre de Urkulu
La falta de materiales metálicos romanos no nos extraña, por ser terreno abonado para los detectoristas clandestinos, pero si la ausencia total de materiales cerámicos, o la extraña tipología de la talla y mampostería a base de ripios, no nos parece romana se mire por donde se mire.
Somos conscientes que esto que decimos nos costará aceradas críticas, es un debate que no se puede cerrar en falso, pero en muchos años no hemos visto ninguna revisión crítica de la hipótesis que desarrollaron los encargados de la excavación e interpretación de estos trabajo, la hipótesis es muy romántica pero carece de evidencias arqueológicas. La visión tradicional parte de una hipótesis teórica, al dar por sentado el paso de una importante calzada romana por estos puertos hoy demostrada errónea.
Volviendo al Summo Pyreneo, si como hemos argumentado, el lugar no tenía las condiciones como para instalar una mansión, quizás debamos buscarla en Zaldua y por tanto Iturissa en Artzi o Iturrotz. Ya hemos comentado que de ninguna manera vamos a conciliar exactamente las distancias del Itinerario de Antonino pero al menos las aproximamos, y tenemos una idea mas clara para confirmar o no nuestras propuestas, si vamos atando cabos es posible que en un futuro cercano contemplemos este territorio con una visión menos hipotética, mas científica y real, hará falta afición porque trabajo no va a faltar y en el Pirineo navarro hacen falta alicientes patrimoniales de este tipo que los hay, y habrá que descubrirlos .
Diferentes yacimientos romanos en la llanada de Errozabal con el recorrido de la calzada
Esto es a grandes rasgos, una serie de observaciones críticas producto de las investigaciones sobre las vías romanas y antiguos caminos llevadas a cabo estos últimos años en el Norte de Navarra, que están conformando una visión mas real de este territorio en época romana, como zona de paso importantísima, con un potencial desconocido, pero que lo intuimos extraordinario, aunque solo fuera como canal de culturas y gentes en todas las épocas, también en las históricas.
[1] Resultado del análisis realizado por The Angström Laboratory /Tandem Laboratory de Uppsala Universitet, el 14-11-2014, sobre una muestra de un sondeo geoarqueológico en la calzada Zaldua (Auritz-Burguete)
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De Donibane Garazi-Saint Jean Pied de Port a Orreaga-Roncesvalles
No hace todavía tantos años que se puso de moda otra vez el Camino Jacobeo, personalmente recuerdo muchos años de mi vida, en los que o no pasaban peregrinos o al menos no eran visibles, fue por los años 90, cuando se empezó a mover gente preocupada por este hecho cultural y en 1993 la UNESCO declaro patrimonio de la Humanidad el Camino Frances, el que a nosotros nos atañe.
Peregrinos por Urdanarre en el camino alto
Desde el inicio se promociono el camino alto, probablemente por motivos de inversión y comodidad pues este camino ya estaba hecho, alejado del trafico rodado, no se podía prever la evolución que sufriría hasta convertirse en el fenómeno mundial actual, las riadas de caminantes de todas las edades y de todo el mundo, superan las previsiones mas optimistas.
Peregrinos entre Leizar Atheka y Bentartea
Hoy sabemos que se cometido un error de bulto, con resultados nefastos al promocionar el camino alto, de espectacular paisaje con buen tiempo, pero siempre largo, agobiante y peligroso, ruta sin la infraestructura mínima necesaria, por mas que se estén paliando los problemas, ahora debemos re-andar el camino de la promoción, para la canalización de la mayoría de peregrinos por el camino histórico, el de siempre, mas seguro, mas cómodo, mas corto y mas humano.
Croquis del camino viejo con los hospitales
Donde desde la época de los romanos existía una buen camino, existía una población con infraestructuras suficientes y desde luego, siempre fue una preocupación de los reyes de Navarra la seguridad de los peregrinos, para lo que dispuso, hasta un castillo en Luzaide para ello, como el gran historiador José María Jimeno Jurio, dejo claro en su obra El mito del Camino Alto entre Roncesvalles y Saint Jean Pied de Port.
José Mª Jimeno Jurio
Hay suficientes razones culturales, humanas y también económicas para reparar este error, tenemos claro que hay dificultades pero en nada son comparables a los problemas actuales, a cambio los beneficios serán importantes, hablamos de seguridad, de comodidad, de atención, de historia, de paisaje, cultural y humano, también de economía hoy inseparable de la vida, hablamos de poner en valor una ruta histórica que sin duda sorprenderá y sobrecogerá recorriendo una vía romana de montaña, tallada en la roca, donde se visualiza La Chanson de Roland sin esfuerzo, con cantidad de alicientes paisajísticos y culturales, con enigmáticos lugares como Gastixarre (castillo viejo en euskera), encima del máximo estrechamiento del desfiladero, que inmediatamente nos evoca La Batalla de Roncesvalles, bucólicos caseríos solitarios, ventas, minas, molinos de mineral, ferrerías, en fin, una larga lista.
Primavera en Axistoiko Bizkarra
No es el mejor momento por la situación económica existente y mas en los ayuntamientos pequeños como Luzaide, pero con voluntad e imaginación, se puede acometer la obra de abrir una senda que ofrece evidentes dificultades, pero que estamos seguros que se pueden superar sin demasiado esfuerzo. Desde luego la senda se tiene que separar en la mayor parte del recorrido de la carretera actual y creemos que es posible.
Saliendo desde Donibane Garazi, el camino bajo se encuentra señalizado y sin ningún problema el recorrido se ajusta bastante bien al del antiguo camino, pasa muy cerca de Mokosail, primer hospital del recorrido, antiguamente perteneciente a la Colegiata de Roncesvalles, regido inicialmente por religiosos, posteriormente pasa a manos privadas con el compromiso de la atención a caminantes, peregrinos o no. Junto a este lugar se hallaba la muga del Valle de Erro histórico, ya en 1406, Carlos III rey de Navarra en un documento dice: «hasta el portiello de Monc Conseil (Mokosail) que se clama Arrataqua» (Arrataka).
Arrataka, antigua muga del Valle de Erro histórico y de Luzaide-Valcarlos
Mokosailia, lugar del antiguo hospital de Monc Conseil
La leyenda dice que Carlomagno esperaba acampado en este lugar a la retaguardia que nunca llego (Pseudo Turpin).
Siguiendo la ruta ya señalizada pronto llegamos a la muga interestatal en Ventas, continuamos en dirección a Pekotxeta y en este lugar es donde se tiene que abrir una senda por debajo o por encima de la carretera con el fin de evitar el trafico y la incomodidad de la circulación, el antiguo camino discurría a la altura de la actual carretera hasta la curva de Anikoberri, donde por debajo cruzaba Xokotokoerreka, donde todavía se ven vestigios del viejo puente y ascender pasando la curva debajo de Barcelona a Luzaide por Errusiako Pentzea.
Vista antigua de Luzaide donde se observa abajo, el viejo camino y destaca la poca vegetación, cortesía de ángel Aintziburu
Este edificio conserva el nombre del antiguo hospital de Irauzketa
Eskilenia, lugar del Hospital de La Campana
A la salida de Luzaide ya en la curva de Granada, se podría retomar el camino antiguo pasando por Bordelenea, Eskilenia (La Campana)
Lugar del antiguo hospital de Nabarlatz, hoy Lapitzenea
Lapitzenea (Nabarlatz) para continúan hasta el puente de hierro y por encima de la carretera llegar a Manuelenea y el antiguo barrio de Artxurieta, continuando por encima hasta Erreklusa.
Erreklusa, Lugar del viejo hospital y ferrería de La Reclusa
Torta de hierro de la ferrería de Reclusa, reducción artesanal
Olaberri, guarda los restos de otra antigua ferrería
Desde este Lugar se tendría que buscar un trazado paralelo a la carretera, al menos hasta Olaberri, donde pasaría a la parte alta, de esta manera retomaremos el trazado original de la calzada romana. Antes pasaremos por lugares antaño habitados como Bentainekoa, Txirriski y Erredorai, en uno de estos tres lugares se ubico el hospital-hosteria Caballo Blanco, que lo fundara un auzperritarra y todavía es una incógnita su localización. El trayecto desde aquí hasta llegar al collado de Ibañeta va a estar marcado por el bidezarra o calzada romana, pasando por lugares donde la toponimia evoca la existencia de esta vía como Zubibeltz, o Gabarbide, donde las evidencias del trabajo secular de los valcarlinos, pastoreo y minería o minería y pastoreo son constantes en intimo contacto con la naturaleza.
Angosto paso en Erredorai donde justamente pasarían las mulas
Entalladura en la roca de la calzada romana
Limpieza del viejo camino entre Erredorai y Errekaundi
Lo que queda de la calzada en Errekaundi
De esta manera alcanzamos Gorosgarai saliendo de Errekaundiko Erreka a terreno mas despejado.
Borda de Arrosagarai, lugar del antiguo hospital de Gorosgarai
Larga evolución del camino en Epersaroko Bizkarra
por debajo de la carretera seguimos hasta pasar la regata de Epersaro para cruzar la carretera a la parte alta y de esta manera continuar hasta Zubibeltz o Infernuko Erreka donde se abandona la ladera soleada y se interna en el paco de Gabarbide, para volver a cruzarla debajo de Biurguneaundi.
Sin abandonar el camino viejo nos encontraremos una palomera y junto a ella las ruinas de un enigmático edificio antes de llegar a Ibañeta.
Ruinas junto a palomera
Ibañeta lugar donde se localizaba San Salvador de Ibañeta, último hospital antes de llegar a Roncesvalles y conjunción de los dos caminos, el alto y el bajo.
Hasta ahora la mayoría de los investigadores que han dedicado un tiempo a estas rutas, han dado por seguro que la vía romana ascendió desde este collado al de Lepoeder, para desde aquí descender a Donibane Garazi. Después de dos años de minuciosa búsqueda de evidencias y teniendo en cuenta la nueva visión de las técnicas romanas, podemos decir sin temor a equivocarnos que esta ruta nunca ha sido una calzada romana, indudablemente ha sido un importante camino nativo pecuario prehistórico, que si bien pudo haber sido utilizado por los romanos en el periodo de la conquista, nunca estos, lo dotaron de estructura propia de una calzada, mucho menos sabiendo, que en un largo periodo invernal quedaba inservible por la nieve y las acusadas pendientes que tiene, nunca serian aptas para los carros romanos, ni militares ni comerciales.
Hoy sabemos con toda seguridad que la existencia de la calzada por el barranco, anula por completo la posibilidad del camino alto como calzada romana, Es cierto que desde muy antiguo algunos peregrinos han circulado por este llamado Port de Cize, ademas en un periodo concreto, incluso la mayoría de ellos, pero esta tendencia decayó pronto y a través de la historia la mayoría utilizaron la vía Valcarlina. La época moderna y contemporánea puso de moda nuevamente el camino alto o de Napoleón por la aparición de la artillería, necesitaron caminos mas seguros para su desplazamiento, para esta necesidad si se doto de estructura a este en sus diferentes alternativas y estas evidencias si se aprecian en el.
Munición de artilleria ligera
Evidencias militares
Hemos estudiado mucha documentación que nos habla de la importancia de esta ruta desde la conquista de Navarra en los Siglos XVI, XVII, XVIII incluso el XIX, por aquí circulaban los ejércitos Castellanos, Franceses, de la Convención, napoleónicos, liberales y aquí se desarrollaron importantes batallas, que han dejado evidencias de todo tipo, pero en cuanto a los caminos propiamente dichos, no hemos encontrado ninguna evidencia o característica técnica constructiva romana.
La carretera actual recién inaugurada junto a las ruinas de la Ermita
Restos de San Salvador de Ibañeta, hoy ocupados por la nueva ermita
Hay que señalar que cuando nos referimos al «camino viejo» estamos hablando de la calzada romana y su evolución, también señalamos, que desde el puente de hierro hasta Txirriski la carretera y la vía romana viajan juntas, por lo que es necesario buscar una alternativa, sobra decir que este camino no debería pasar de una simple senda, con un tratamiento ecológico y de mantenimiento sostenible.