Una visión de la participación de los pobladores inmediatos en este hecho histórico, 1236 años después, contando con los nuevos datos camineros.
El dato fundamental de un camino que hoy sabemos existía en la época de la batalla, en suficiente buen estado como para que Carlomagno circulara por él, permite sino ubicar definitivamente, si aportar argumentos importantes en la localización del lugar de este hecho.
Las fuentes principales para poder extraer información de este importante hecho alto medieval, aunque escasas, dan la suficiente seguridad a los historiadores como para asegurar, no solo, la existencia real de la batalla sino también la fecha y la participación de algunos personajes en la misma.
Son los Annales Regios, los Annales Metenses, priores (anónimo), Vita Caroli Magni Imperatoris , de Eguinhardo, Annales de Gestis Caroli Magni, del Poeta Sajón y Vita Hludowi Imperatosis, del astrónomo Lemosín.
Sobre Annales Metenses, priores, escritos 25 años despues de la batalla, José María Jimeno Jurio nos dice que:
«aunque silencian el desastre son valiosisimos por cuanto anotan expresamente la ruta seguida por Carlomagno entre Aquitania y Pamplona».
En los Annales Regios, anónimo, 50 años posterior a los hechos podemos leer:
» Habiendo decidido volverse (a Francia), entró en los bosques del Pirineo (Pyrenei saltum ingressus est), desde cuyas cimas los vascones habían tendido una emboscada. Al atacar a la retaguardia (extremun agmen) se extiende el tumulto por todo el ejército (totum exercitum magno tumultu perturbant), y aunque los francos eran superiores a los vascones, tanto en armamento como en valor, lo escarpado del terreno y la diferencia en el modo de combatir los hizo inferiores. En la lucha fueron muertos la mayoría de los paladines que el rey había puesto al frente de las fuerzas. La impedimenta fue saqueada. El enemigo desapareció rápidamente gracias al conocimiento del terreno».
En Vita Caroli Magni, escrito por Eguinhardo cronista de Carlomagno nos dice:
«Marchó a Hispania con todas las fuerzas disponibles, y salvados los montes Pirineos, logró la sumisión de todas las fortalezas y castillos que encontró. Al regreso, en la misma cima de los Pirineos, tuvo que experimentar la perfidia de los vascones cuando el ejército desfilaba en larga columna, como lo exigían las angosturas del lugar. Los vascones emboscados en el vértice de la montaña, descolgándose de lo alto, empujaron al barranco a la columna que escoltaba la impedimenta que cerraba la marcha, provocando que los hombres se precipitasen al valle situado más abajo, y trabando la lucha los mataron hasta el último. Después de lo cual, apoderándose del botín, protegidos por la noche que caía, se dispersaron con gran rapidez. Ayudó a los vascones no sólo la ligereza de su armamento, sino también la configuración del lugar en que la suerte se decidía. A los francos, tanto la pesadez de su armamento como el estar en un lugar más bajo, les hizo inferiores en todo momento. Entre otros muchos perecieron el senescal Egiardo, el conde de palacio Anselmo y Roldán, prefecto de Bretaña. Este fracaso no pudo ser vengado, porque los enemigos se dispersaron de tal manera que ni siquiera quedó rastro del lugar donde podían hallarse».
El astrónomo Lemosin en Vita Hludowici Imperatoris comenta:
«Decidió atravesar los escarpados Pirineos, y con la ayuda de Cristo socorrer a la Iglesia que cruel yugo sarraceno. Había una montaña muy alta que casi toca el cielo; una montaña de escarpadas peñas, sombría por los tupidos bosques, tenebrosos y oscuros, y con estrechos senderos que entorpecen el paso tanto de un gran ejército como de un pequeño grupo. Carlomagno consiguió franquearla con la ayuda del cielo. La gloria de la feliz hazaña fue gravemente mancillada por la fortuna pérfida. Terminados los asuntos que le habían llevado a España, después de la feliz marcha de retorno, surgió un contratiempo. Los hombres de la retaguardia fueron degollados en la montaña».
Para terminar el Poeta Sajón nos cuenta 100 años después de la batalla como Carlomagno iba delante y ya había pasado el puerto, cuando se dio el ataque:
«Habiendo penetrado (el rey) a su regreso en la profunda hondonada del Pirineo, cuando el ejército cansado atravesaba por los estrechos senderos, los vascones osaron poner asechanzas bajo el sumo vértice del monte. Una abominable muchedumbre de ladrones victoriosos que arrebatan el inmenso botín, matando a varios ministros palatinos encargados de custodiar las riquezas. Enriquecidos por los óptimos despojos, los ladrones huyen por senderos inabordables en medio de los bosques del profundo valle que sólo ellos conocían. Se ponen a salvo gracias a la huida y a la noche que se echaba encima. No dejaron rastro y no hubo posibilidad de represalias».
También en las Notas Emilianenses ( Pseudo Turpin) existe una referencia a la batalla que aunque recoge la versión que da La Chanson de Roland, contiene una novedad que es el discurrir de la vanguardia por el «Vallis Karoli», denotando el uso popular de la denominación de Valcarlos en esta época, reconociendo el lugar de la batalla en el barranco o desfiladero de Luzaide (¿ Luze Bide?)
No tratamos de construir un relato histórico desde el punto de vista científico, pues este aspecto suficientemente publicado da para poco, mas bien lo desarrollaremos desde la visión mas sentimental de un natural de esta zona.
Una épica y gran batalla, recordada a nivel europeo como un hito en la historia del continente y básicamente por La Chanson de Roland, documento fundamental de la literatura europea.
Es curioso que en la enseñanza básica española, es prácticamente inexistente, referencia alguna a ella.
Mas impresentable es, que tampoco en Navarra (solar de los Vascones), se haga referencia alguna oficial a este evento, como una de las pocas y grandes victorias a celebrar memorablemente, pasando siempre desapercibida.
Antes por ignorancia e incultura y ahora por motivos mas políticos e inconfesables. Dirán que existe poca documentación, que la épica esta reñida con la verdad y la historia, ¡excusas demagógicas!, porque estas carencias también tienen en Europa, ellos ¡perdieron la batalla! y sin embargo la recuerdan y enseñan.
Actualmente a mi parecer, las razones arrancan de la ocupación del estado navarro, violentamente, por la fuerza de las armas y la secular represión, tanto judicial, militar, intelectual, social como educativa, que el estado agresor ha tenido que mantener a través de la historia, para poder controlar a los descendientes de aquellos vascones que aquí, derrotaron al mayor ejercito de la época.
Dirán que exaltarían sentimientos nacionalistas, como si los navarros no tuviéramos derecho a sentirnos Vascones y Navarros y celebrar con orgullo estas gestas de nuestros antepasados.
Ajustándolos al tema que nos trae: Empezaremos por hacernos una idea del territorio desde de la prehistoria.
En la llanada de Errozabal, que comprende los términos de Auritz-Burguete y Aurizberri-Espinal y Orreaga-Roncesvalles, confluían varias vías pecuarias nativas, vías por donde se movían desde la lejana prehistoria, los naturales tras sus ganados, buscando los pastos estacionales y por tanto jalonadas de manifestaciones funerarias.
- La azul desde el valle de Baigorri por Sorogain.
- La roja de Garazi, por Lasa, Lauriña y Lindux.
- La amarilla desde Garazi, por Bentartea y Lepoeder.
- La verde de Saint Michel, por Urkulu y Nabala.
Desde aquí partían en distintas direcciones, por las sierras de Osa, Sierra de Labia y Sierra de Esteribar.
Del Paleolítico, tenemos evidencias cercanas en Zatoia, Abaurregaiña, Aezkoa y suponemos, que en el valle de Erro también aparecerán, si algún día se investiga en alguna cueva.
Del neolítico, hay abundantes evidencias en el abrigo de Aizpea (Aribe) y líticas en los alrededores de Aurizberri.
En el Eneolítico, Calcolítico y Edad del Bronce, además de industria lítica y cerámica, ya tenemos otras manifestaciones como dólmenes y menhires, que son evidencias del aprovechamiento intensivo del territorio con un elevado numero de estos monumentos. Son las primeras manifestaciones arquitectónicas y funerarias y de alguna manera denotan la apropiación ritual y tribal del territorio.
De la edad del hierro, también tenemos abundantes evidencias en forma de Túmulos, Cromlechs y abundantes recintos fortificados, que nos indican que ya el territorio no era seguro.
Localizaciones castreñas de la edad del hierro en un radio de 25 km. de Ibañeta
- Alto de la Peña, Nagore (inédito)
- Asnotz, Señorío de Asnotz (inédito)
- Burdigain, Garaioa (inédito)
- Elbegi, Oskaritz (inédito)
- El Castillo, Gorraitz, (Armendariz 2008)
- El Fuerte, Erro (inédito)
- Gaztelu, Eugi (inédito)
- Gazteluzar, Urepel (inédito)
- Gazteluzar, Urrotz (inédito)
- Irixar-Murillo, Ardaitz (inédito)
- Irungaztelu, Jaurrieta (inédito)
- Measkoitz, señoríos Erro (inedito)
- Moriskoa, Orbaitz, (Armendariz, 2008)
- Murelu, Zubiri (inédito)
- Murugain, Caserío Akotain (inédito)
- Zerkupe, Saint Michel, (F. Gaudel,1983 )
La llegada de los Romanos: Supone ni mas ni menos que la seguridad y un gran progreso.
Esto, que si bien en un principio, sería solo para los ciudadanos romanos, las vías, el comercio y la tecnología terminaba facilitando la vida de los nativos.
Trajo practicas mineras y metalúrgicas modernas, en un territorio con gran abundancia mineral y fueron respetuosos con las costumbres, la religión y la lengua de los nativos, de hecho promulgaron leyes muy severas que protegían estos derechos.
En definitiva, no conocemos constancia escrita, de problemas entre los vascones y los romanos, al menos hasta la crisis y la decadencia del mismo.
Por el contrario, fueron contratados por los romanos, como fuerzas auxiliares para la protección de las vías y del territorio.
Todo esto conformaba un territorio con un gran dinamismo, industrial y cosmopolita comercio, donde las vías de comunicación, la minería y la madera mantenían activa una gran población superior a la actual.
Es posible, que al final, se pusieran enfrente de las castas dirigentes, participando en el fenómeno bagauda, que con la crisis, asfixiaba con impuestos a la población y esa misma tradición en el uso de las armas, la habrían mantenido (en cierta manera) por largo tiempo.
Para hacernos una idea de la situación y del contexto histórico, es necesario hacer una composición de lugar:
- ¿Como seria el territorio?,
- ¿Cual era el tipo de vida de los vascones, después de la caída del Imperio romano?,
- ¿Que efecto tendrían las invasiones, en el paso mas importante del pirineo atlántico?
- ¿Qué población habría y donde vivirían?
Si tenemos en cuenta que en el 778, fecha de la batalla, la única población que existía con seguridad sería Roncesvalles, osea… Auritz-Burguete, primero tenemos que tener claro, que el Roncesvalles de la batalla era el actual Auritz-Burguete.
El Orreaga-Roncesvalles actual, fue fundado por el Obispo de Pamplona D. Santxo de Larrosa, como Real Hospital de Santa María en 1127, para sustituir al hospital de San Salvador de Ibañeta, donde la vida y el clima eran muy duros, después sería denominado como Santa María de Roncesvalles por proximidad (2300 m) y terminó apropiándose del nombre de Roncesvalles.
Los hospitales-hostales, nacen como refugios para peregrinos, estaban atendidos por religiosos y posteriormente pasan a manos seglares privadas, menos este que evolucionaría a monasterio o colegiata.
Por tanto: Se referían a Auritz… difícilmente se podían referir al actual, cuando no existía.
En documentos antiguos el puerto de Ibañeta es denominado como puerto de Auria o Auritz.
Creemos que el antiguo Errozabal-Rozabal-Rosçebal-Ronzalsvals-Roncesvalles, nacería a finales del S. VI o principios del S.VII , tras abandonarse Iturissa años antes.
La confluencia de dos grandes vías que venían de Zaragoza y de Astorga y los materiales reciclados de la antigua población, habrían facilitado el nacimiento de un nuevo poblado, en el mismo sitio del actual Auritz.
También creemos, aunque no exista documentación, que el resto del territorio estaría habitado, aunque es posible que las invasiones de Bárbaros, Suevos, Alanos y Visigodos, habrían replegado a los habitantes a lugares apartados de las vías, y es muy posible que se habrían rehabilitado los poblados fortificados de la edad del hierro, pero ademas hay indicios, de que esta inseguridad, habría favorecido la organización de los vascones para su defensa, de hecho tanto el siglo VI y el VII, discurrieron en continuos enfrentamientos con los visigodos.
Existe una carta (S.VII) del obispo visigodo de Zaragoza, al obispo de Barcelona, donde le cuenta como los vascones ponen cerco a Zaragoza, asolan la comarca y se llevan 3000 prisioneros.
Al parecer en el 653, el noble visigodo Froya se subleva contra Recesvinto y aliándose con los vascones acomete esta difícil empresa, muriendo en la misma, como nos dicen A. Barbero y M. Vigil:
«Esta intervención revela, que los vascones ademas de ser independientes en la región del Pirineo, tenían una organización y una fuerza que les hacia capaces de tomar parte activa en la vida de naciones mucho mas poderosas que ellos mismos».
Esto solo se consigue con una fuerte organización y practica guerrera, habida cuenta que Zaragoza era una de las mas importantes ciudades visigodas y perfectamente fortificada.
Estamos en una época oscura, con poca documentación escrita, los vascones tenían la mala costumbre de no escribir y por tanto, lo único que nos puede dar pistas sobre la historia de los nativos, es el pertenecer al mismo pueblo y conocer su idiosincrasia, practicas y costumbres.
De esta forma intuimos, que el territorio que posteriormente conformará oficialmente el valle de Erro, ya existiera, al menos en la conciencia de sus moradores, como unidad administrativa, o que la batalla fuera el desencadenante para su organización. Hay que tener en cuenta, que los territorios administrativos, nunca se organizarían, contra la voluntad de los naturales sino a propuesta de los mismos.
Tenemos que ser conscientes, que esta historia se desarrolla en pleno valle de Erro histórico.
Que en el origen del reino de Pamplona, el valle mas potente era Erro, Baztan en esta época no es seguro si estaba integrada en el reino o bajo influencia del duque de Aquitania.
Que ocupando las dos vertientes, controlaba los mas importantes pasos pirenaicos, con lo que es fácil entender la influencia que habría tenido en la formación y defensa del reino.
En las necrópolis conocidas del S.VI-VII, la recuperación de armas y materiales metálicos bien elaborados, es abundante, denotando, la formación guerrera de parte de la población y el mantenimiento de la tecnología metalúrgica y minera local, por tanto los pobladores de este territorio, tendrían una buena formación y organización guerrera y estaban bien armados.
La poca población diseminada, no permitiría una actitud agresiva sino mas bien defensiva, de tal manera, que el conocimiento del terreno en profundidad, sería una gran baza en esta defensa.
Como también lo seria, la tradicional ligereza del equipaje, que favorecía el movimiento en este medio, enfrentado a la pesada impedimenta de los guerreros de la época.
Los ejércitos en esta época, eran muy pesados y lentos, la caballería no era determinante y menos en este territorio, todavía no conocían ni la herradura ni el estribo, solo podían circular por caminos carreteros y nunca recorrían mas de 15 km diarios. Sirva como ejemplo que la indumentaria de un infante, tenia un peso superior a 50 kgs, empezando por la cota de malla con 28 kgs, espada, escudo, lanza etc.
Hoy sabemos, contrariamente a lo presumido hasta ahora, que el único camino carretero de buena traza existente, era la vía romana y que esta discurre de Ibañeta por el barranco de Luzaide, con una inclinación máxima de un 6% y una anchura mínima de 5-6 metros, como correspondía a una de las grandes vías del imperio.
Este conocimiento nos hace replantear seriamente, no solo la existencia de la calzada por la cuerda alta, innecesaria e inservible una buena parte del año, sino que hace altamente improbable que los romanos llegaran nunca a dotar de infraestructura esta vía, que ya hemos comentado existía como ruta pecuaria prehistórica. La altura, los grandes desniveles, la dureza del invierno, son argumentos mas que suficientes para desechar esta creencia, pero ademas la falta de evidencias camineras estructurales (buscadas y no encontradas) y la falta de ejemplos similares en el imperio romano, nos lleva a rechazar la idea de una calzada de verano por la cuerda alta.
Es verdad, que habían pasado mas de 200 años desde que los romanos dejaron de atender estos caminos, pero , estamos seguros de que los habitantes del territorio, mas tarde conocido como Valle de Erro, lo mantendrían de alguna manera, aunque solo fuera para sus relaciones vecinales.
Lo que nosotros hemos observado en varios puntos de la calzada, son diferentes niveles de rodaduras de carros, evidencia que denota el uso carretero durante muchos siglos.
Teniendo en cuenta que los ejércitos se movían siempre con brigadas de azadones o zapadores, que iban por delante arreglando los caminos, podemos tener una cierta seguridad que la batalla fue en Luzaide (de ahí, Valcarlos, valle de Carlos).
No hace falta ser adivino, ni tener un exceso de imaginación y hay argumentos para creer, que corrió a cargo de los vascones de esta zona (Erro y Aezkoa) la organización y supervisión de los preparativos para la batalla, pues de una verdadera batalla se trato, no solo una emboscada.
Algunos historiadores la sitúan como la Chanson de Roland, desde Ibañeta al llano de Errozabal, ¡ habría sido suicida ! el enfrentamiento con un ejercito acorazado como el carolingio en campo abierto, no cabía.
Es verdad que en este llano se han hallado armas de esta época, pero también es cierto que este llano es el lugar ideal para la acampada y también se han dado otras batallas, otros pasos de ejércitos y las perderían.
Pero el mantener las posiciones y atacar no solo a los que habían quedado encerrados, sino también a la infantería, impidiéndole reaccionar. No sería tarea fácil de unos pocos locos, sino de una gran fuerza y bien organizada.
Después, el saqueo (habitual en la época), el repliegue y dispersión, tampoco podía ser labor de unos pastores, sino de una población bien organizada y se hizo en la oscuridad, otra evidencia más, del gran conocimiento del terreno que tenían los participantes en esta acción.
¿ Cuanta gente pudo reunirse como para atacar semejante reto ?
Podemos pensar en un buen número, es correcto creer, que se juntarían mas de 2000 hombres y mujeres y habrían sido guiados a los diferentes lugares a conocer y preparar el ataque y la retirada.
Si analizamos las fuentes que nos dicen, que al regresar de Zaragoza saquean Iruña y se entretienen en derribar las murallas, aunque obligaran a la población bajo amenazas, debemos pensar que estuvieron ocupados varios días, sabemos cómo eran las murallas de Iruña y algo queda de ellas en el aparcamiento de la plaza del Castillo, ¡no se derriban las murallas en cuatro días!
Todos los pueblos tenían un sistema de comunicación rápido y los vascones también.
Por tanto al día siguiente del ataque a Iruña, prácticamente todo el Saltus vasconum conocía o estaba conociendo lo que ocurría.
Los vascones de la ribera ya venían detrás del ejercito carolingio, entre ellos los Banu Quassi, vascones musulmanes, que habían sufrido los desmanes de los francos y cuya misión consistía en acosarlos, manteniéndolos en continua tensión.
Así los días que estuvieron entretenidos en Iruña, sirvió para juntarse y preparar la encerrona.
El ejercito de Carlomagno se movía con la misma disciplina y las mismas normas de las legiones romanas.
De esta manera sabemos que estarían acampados en Ibañeta, pues la distancia que recorrían al día no pasaba de 15 km, el camino que venía de Iruña coincide en este punto con 45 kms y ofrecía las condiciones mínimas necesarias para ello.
Sabían perfectamente por donde tenían que pasar y como las gastaban.
Tampoco los francos las tenían todas consigo, Carlomagno era un gran estratega y conociendo perfectamente las artes de la guerra, destacaría patrullas de exploradores e intentaría tomar rehenes.
Los vascones sabían que probablemente las nieblas de la época, estarían presentes como casi todos los años, haciendo inútiles estas avanzadillas.
Es posible que la guerra psicológica también se pondría en practica como método de acoso, trompas, irrintzis, columnas de humo, pueblos abandonados y ganado dispersado y oculto, les indicaría que no estaban en tierra amiga.
El no haber tenido problemas en la venida y quizás un poco de prepotencia, favoreció el trabajo de los que durante varios días preparaban la munición sobre el terreno.
Localización de puntos de ataque cercanos y posibles salidas, parapetos y lugares donde ocultarse y esperar, acopios de troncos, piedras, grandes rocas y palancas estratégicamente situadas para hacer rodar las rocas, seria la tarea de los naturales esos días.
De pronto: El sonido de irrintzis y cuernos rebota entre los peñascos del barranco, rompiendo el pesado silencio que anuncia la tragedia.
En un minuto la infantería queda aislada de la retaguardia, sin posibilidad de reaccionar.
En txirriski, Tabletako Oihana y Gastixarre las pendientes son tan violentas que el que se atreve a subirlas es presa fácil de certeras pedradas, ¡de esto estaban bien provistos!.
Así el escenario seria dantesco, ver y oír caer las rocas sin poder hacer nada para protegerse, encoge al guerrero mas experto y la audacia desaparece al instante.
Intentan huir pero es inútil, unos mueren aplastados, otros se despeñan y resultan malheridos.
Es posible que los muertos no fueran tantos (al enemigo que huye puente de plata) pero si fueron importantes, (de ahí la gran repercusión de la batalla en Europa).
El que estos importantes personajes de la nobleza franca estuvieran en la retaguardia, pudo ser por mantener la moral ante el acoso o porque el botín de guerra no querían perderlo de vista.
¡¡ Ha oscurecido y Roldan ha muerto!!
Ya solo quedaba acopiar el botín, armas y bagajes, y desaparecer.
¡No eran ni ladrones ni bandidos!, nada se hizo que no fuera normal en la época.
Nada tenía que ver con un ataque agresivo, era una respuesta defensiva ante la agresión y prepotencia del un gran ejercito, el ejercito del Sacro Imperio Romano, que pasaba arrasando a sangre y fuego por segunda vez en pocos meses, la tierra de los vascones.
Al amanecer, tras una larga noche, Carlomagno reconoce el desastre, entierra a sus muertos y regresa apenado con una gran depresión.
Ya nunca volverá y de nada le sirvió atacar a los vascones ni derribar las murallas de Iruña.
No aprendieron la lección los Condes Eblo y Aznar en el 824, que fueron también derrotados en el mismo escenario.
A modo de conclusión diremos, que ha pesar de la falta de documentación, tenemos argumentos suficientes para creer que la repercusión fue muy grande.
Un pueblo como el vascón que no escribía, tenia otra forma de fijar en la memoria hechos como el que celebramos, uno de ellos es la toponimia.
Muy abundante en todo Navarra e indicio, de la amplia participación de vascones de otras comarcas.
Los topónimos mas numerosos son los referentes a Roldan, con ellos, se mitifica al personaje y de esta manera se hace mas grande la victoria.
- Errolansoropila (Asto Bizkar),
- Errolaniturria (Asto Bizkar)
- Errolangurutz (Auritz),
- Errolan Harria (Urrotz),
- Errolan Harria (Madotz),
- El Paso de Roldan (Linzoain)
- la propia denominación de Valcarlos son ejemplo cercano de la gran cantidad de toponimia referente a este hecho.
La misma técnica es usada por los francos, cuando en la Chanson de Roland, magnifica las fuerzas enemigas para restar importancia a la derrota, poniendo en escena a la otra gran fuerza de la época como eran los musulmanes.
En la zona no conocemos o no existe ningún cuento o leyenda referente a la batalla, pero en el territorio vascón esta ampliamente difundida la de Errolan Harria, que aunque no hace referencia directa a la batalla (de hecho creo que es mas antigua), ridiculiza al personaje, que siempre falla en su objetivo de destrucción, por motivos harto banales como una “cacarruta” donde patinarse o la capa que se le enreda, para estropearle la tarea y la contraria donde se le magnifica como en el combate de Roldan contra el gigante Ferragut.
Es muy difícil transpolar los poblados habitados en la época de la Batalla con los conocidos actualmente, sabemos que los pueblos muchas veces nacían al amparo de un camino siempre y cuando tuvieran solucionado el problema del agua.
Pero también es cierto, que estos caminos otras veces, se construían para articular el territorio precisamente por la existencia de los mismos.
Saber distinguir unos de otros es importante a la hora de conocer que lugares estaban habitados en un momento determinado de la historia.
Por eso es muy difícil para mi, poner nombres actuales a los lugares habitados en el 778, así me conformaré con hacer una relación de los lugares que han conformado el Valle de Erro a través de la historia:
- Aintzioa
- Aldudes
- Aranegi
- Ardaitz
- Auritz
- Aurizberri
- Bizkarreta
- Erro
- Esnotz
- Gurbizar
- Larraingoa
- Linzoain
- Loizu
- Luzaide
- Mezkiritz
- Oiaide
- Orosa
- Orreaga
- Urniza
- Zilbeti
Sirva pues esta aclaración para rendir homenaje a todos los Vascones, habitantes de estos lugares, que sin genero de dudas participaron activamente en la batalla que derrotó al ejercito mas grande de la época.
Este pequeño trabajo se basa fundamentalmente en la charla impartida los días 26 de julio y el 2 de agosto en Aurizberri y Erro, organizadas por la asociación Etxabarrengoa, Fundación Orreaga y la coordinadora Orreaga 778 con motivo del 1236 aniversario de la batalla de Orreaga.
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UBIETO ARTETA, Antonio (1985): La ‘Chanson de Roland’ y algunos problemas históricos, Zaragoza. Ed. Anubar.
Me ha gustado mucho. Felicidades. Particularmente el texto de Eguinhardo concuerda perfectamente con el camino que estáis descubriendo:
“ Los vascones emboscados en el vértice de la montaña, descolgándose de lo alto, empujaron al barranco a la columna que escoltaba la impedimenta que cerraba la marcha, provocando que los hombres se precipitasen al valle situado más abajo, y trabando la lucha los mataron hasta el último.»
[…] Arqueología y megalitismo en el Pirineo Occidental « La batalla de Orreaga y la participación de los nativos […]
Mi opinión sobre la emboscada de Roncesvalles es que pudo ser realizada por grupos numerosos de guerreros vascones de distintas procedencias, y que no sería la primera operación de saqueo que realizaban. No sólo de los valles de Erro y Aezkoa. Iban a por el botín y si hubiesen sido sólo de esas zonas se habrían expuesto a las represalias y al exterminio de toda la población de esas zonas. También habría gente de esos valles que conocían el terreno y pudieron actuar como conductores, pero yo lo veo más como una respuesta de los vascones al paso de Carlomagno por sus tierras, robando, etc, que a una oportunidad que se les presentó sólo a los vascones de la última parte del recorrido de los francos por el territorio vascón.