El día 17 de agosto se desarrollo la primera tarea, para poner en valor la nueva vía romana que asciende a Ibañeta por el Valle de Artzi.
Consistió en la convocatoria de un «auzolan» (trabajo voluntario) en la localidad de Aurizberri-Espinal, con la intención de practicar una primera limpieza de vegetación en el recorrido de esta calzada.
A las 8,30 horas, 26 personas de diferentes edades acudieron a esta cita, pertrechados con las herramientas necesarias para llevar adelante la limpieza y desbroce del recorrido. Se organizaron tres equipos a los que se asignó sendos tramos, con el encargo de dejar el trazado ( previamente marcado), expedito de vegetación. La tarea se realizo animadamente, con un descanso para reponer fuerzas con el bocadillo a las 10 de mañana y sin ningún contratiempo se terminó el trabajo para las 13,30 horas.
Después de este trabajo, se puede apreciar la evolución sufrida por este camino a través del tiempo, sobre todo en el tramo de Zubitxa (Zubitxa-rra?), muy alterado por las diferentes alternativas en la toma de altura, hacia la ladera de Asibar (donde aparecieron los miliarios) y donde el trazado original había sido abandonado por el abarrancamiento habitual de los caminos por falta de mantenimiento.
Aquí la calzada dibuja una amplia curva que se convierte en una gran trinchera, posteriormente se abandona cuando el camino deja de ser carretero y se convierte en camino de herradura, a la vez que desciende de nivel y se realizan nuevos tramos con desniveles mas fuertes que nunca lo mejoraron.
En esta zona se observa muy didácticamente la evolución habitual de las calzadas cuando se dejan de mantener, primero va desapareciendo la capa de rodadura que generalmente se componía de gravas finas y arena de rio, después aparecía el afirmado de materiales mas gruesos que rápidamente eran escupidos fuera de la plataforma, conforme la trinchera profundizaba, rodaban o aparecían grandes bloque de piedra (c0mo se ve en la fotografía) que entorpecían la circulación (ya de mulas) para terminar por abandonarse practicando otro camino paralelo hacia abajo y en nuestro caso una tercera trinchera todas de gran tamaño.
Este día pudimos observar un detalle significativo en el lugar donde se localizaron los miliarios, como fue hallar una cruz grabada en una piedra arenisca, como testigo (quizás) de la cristianización del lugar en época temprana.